Artículo publicado en El Correo (23/10/2023)
La única posibilidad que tiene EH Bildu de ser alternativa de gobierno en Euskadi pasa por llegar a un acuerdo con el Partido Socialista. Es decir, la única posibilidad que tiene EH Bildu de sacar del Gobierno vasco al PNV pasa por un cambio radical de la estrategia del PSE. En las próximas elecciones vascas, quien gane en número de votos puede que no se convierta en lehendakari. El poder que repartirán las urnas dependerá de los acuerdos que prioricen los tres partidos principales vascos: PNV, EH Bildu y Partido Socialista de Euskadi.
La estrategia de la coalición soberanista en las últimas elecciones municipales y forales fue clara. La narrativa preelectoral estaba orientada a visibilizar su capacidad de llegar acuerdos tanto con el PNV como con el PSE dependiendo de los resultados electorales de cada localidad y el contexto social de cada territorio. Se hablaba de geometría variable. Para las últimas elecciones generales, la estrategia pasó de la geometría variable al posicionamiento unívoco alineado con el presidente Pedro Sánchez. Todo el mundo sabía que el voto de EH Bildu iba a servir para tener un presidente socialista en España. En ninguna de las dos citas electorales de 2023, municipales y forales y generales, EH Bildu colocó al PNV como el enemigo a batir en todos los territorios.
Esas estrategias le fueron bien a EH Bildu, que creció tanto que se ha convertido en una alternativa viable para las próximas elecciones vascas. Y si el clima social es de cambio de ciclo político, como argumentan los líderes de EH Bildu a cuenta de la pérdida de apoyo electoral del PNV, les tocaría confrontar directamente con el Partido Nacionalista Vasco y buscar los espacios políticos que puedan ayudar a cambiar la estrategia del Partido Socialista de Euskadi.
Cuando lo que se pretende es construir una nueva mayoría de gobierno hay que comprender los posicionamientos y prioridades de los posibles socios que necesitarás en el futuro para gobernar. Así lo entendió el PNV para construir sus acuerdos con el Partido Socialista sin los que no habrían podido disfrutar de la estabilidad que han tenido los gobiernos de Iñigo Urkullu desde 2016. El acuerdo entre el PNV y el PSE ha funcionado porque incluían sus desacuerdos en materia territorial, cultural e identitaria.
EH Bildu se sintió traicionada cuando el PNV renunció a seguir adelante con su acuerdosobre las bases del nuevo Estatuto en la ponencia de Autogobierno. Y no se trataba de una traición, fue una decisión estratégica de preferir gobernar con el Partido Socialista que probar la construcción de un bloque nacionalista vasco. EH Bildu vuelve a poner sobre la mesa una presunta traición del PNV al pacto educativo de 2022 y vuelve a acusar al Partido Nacionalista Vasco de haberse acercado a las posiciones del PSE por haber pactado con su socio de gobierno la famosa enmienda sobre los modelos lingüísticos. Más allá del contenido de la ley educativa que se discutirá en las próximas semanas, EH Bildu se equivoca alejándose y despreciando públicamente al PSE y enviando señales de su incapacidad de llegar a acuerdos sobre leyes tan decisivas como la de Educación con partidos no nacionalistas.
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