Es momento de promover conductas de prevención del cáncer de próstata, el de testículo y las enfermedades mentales
Artículo publicado en El Correo (18/11/2023)
Veinte años han pasado desde la aparición del movimiento Movember. Y todavía muchas personas no saben en qué consiste. Es la suma de ‘moustache’ y ‘november’ y surge en Australia, donde un grupo de jugadores de rugby, con el fin de apoyar a un compañero diagnosticado de un cáncer de próstata, deciden dejarse bigote durante aquel mes de noviembre de 2003. Este simple gesto se ha ido convirtiendo lentamente en un movimiento que se desarrolla en 21 países y recauda fondos para la investigación de las enfermedades del varón. Más concretamente, el cáncer de próstata y testículo y las enfermedades mentales (tres de cada cuatro suicidas son varones). La Sociedad Española de Oncología Médica cifra en 29.002 los nuevos casos/año de cáncer de próstata en nuestro país. Es un tumor que afectará a 3 de cada 10 varones. Aunque no existe un programa de cribado establecido como en los de mama y colon, sí es recomendable un chequeo de la salud prostática a partir de los 50 años (si existen antecedentes familiares, desde los 45).
Este simple gesto de acudir a revisar la salud sin detectar síntomas, tan poco común en el colectivo masculino, es de vital importancia en el cáncer de próstata porque crece oculto bajo los síntomas habituales del crecimiento benigno de la glándula prostática con la edad (hiperplasia prostática benigna). Es necesario acudir al urólogo para que determine ese riesgo oculto de enfermedad tumoral para anticipar un diagnóstico en una situación donde el tumor esté localizado en la próstata y se puedan arbitrar medidas terapéuticas con intención curativa.
La disponibilidad de biomarcadores en análisis de sangre y en orina, así como las técnicas de imagen de los microultrasonidos y la resonancia magnética multiparamétrica, están permitiendo detectar y guiar las biopsias prostáticas para obtener un diagnóstico más preciso y precoz de la enfermedad. Este diagnóstico precoz -el 90% de cánceres son localizados dentro de la glándula- ha permitido reducir un 28% la mortalidad de esta enfermedad en los últimos años. Lo de ‘si se llega a tiempo, se cura’ es una realidad.
Además, el refinamiento tecnológico en cirugía -asistida por robot- y técnicas de radioterapia permite altas tasas de curación, minimizando las secuelas de estos procedimientos. En nuestra unidad de Urología Clínica Bilbao atesoramos una de las más amplias experiencias en el tratamiento del cáncer de próstata mediante cirugía asistida por robot Da Vinci desde hace ya casi 18 años, siendo pioneros en el Esta
Igualmente, aunque menos común, el cáncer testicular (4-5 casos/100.000 varones/año) está también en nuestro punto de mira. Es un tumor de aparición indolora como nódulo testicular en varones jóvenes entre 14 y 40 años. Es un tumor con altísimas tasas de curación (95%-99%), pero llegar a tiempo es relevante. Así que, sin entrar en alarmismos, es aconsejable adquirir el hábito sencillo de autoexplorarse los testículos y, en el supuesto de detectar algún nódulo, irregularidad o cambio de tamaño, acudir a la consulta.
Una simple exploración y la realización de una ecografía permiten un rápido diagnóstico y arbitrar las medidas terapéuticas oportunas. En ocasiones, es suficiente con su extirpación, aunque en estadios más tardíos con extensión a ganglios y otros órganos, la quimioterapia se hace necesaria con excelente tasa de curación.
Promover una vida activa, dieta saludable, ejercicio físico, evitar las drogas y un simple gesto como escuchar a los demás e interesarse por sus vidas puede ayudar a prevenir problemas mentales. La tendencia de algunos varones a ocultar y minimizar estos problemas contribuye a que los trastornos mentales y las ideas de suicidio permanezcan ocultos. Se hace necesario normalizar y consultar sin complejos estos problemas de salud mental. Asimismo, conviene motivar a las instituciones a establecer medidas de detección precoz en centros escolares y en entornos laborales.
En definitiva, Movember, además de un gesto simbólico, es una idea que debemos propagar en nuestros entornos personales, familiares, profesionales e institucionales, para cuidar la salud del varón y promover unas conductas de prevención que permitan detectar esos tres ‘jinetes del apocalipsis’ que amenazan de manera silenciosa y oculta la salud de los hombres.
Es momento de emular el buen hacer de todas las iniciativas ya establecidas para el cuidado y empoderamiento de la salud femenina, que tan buenos frutos están dando en términos de salud y detección precoz. Es hora de dejarnos crecer el bigote , sacudirnos los complejos y los mitos y velar por la salud del varón.
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