El reto es mayor cuando asumimos que estamos a tiempo de hacer un uso honesto y responsable que permita utilizar esta tecnología para mejorar la sociedad. Por ello, la Facultad de Ingeniería incorpora la IA en sus programas académicos con un enfoque crítico y responsable, abordando desafíos éticos y técnicos para garantizar la fiabilidad
Artículo publicado en El Diario Vasco (16/02/2024)
Seguramente si se habla de la influencer Aitana López (@fit_aitana), creamos que es una joven influyente más con sus cientos de miles de seguidores, pero lo que no esperamos es que esté creada por inteligencia artificial (IA). Si escuchamos el nombre de Alba Renai (@albarenai) nos pasa lo mismo. Si echamos la vista un poco más atrás podemos recordar que James Cameron lanzó al mundo su película «Terminator», una cinta que proyectaba una visión futurista de un dominio despiadado de la IA a través de los temibles terminators de Skynet. Ahora, estos ejemplos, pasados o actuales, nos tocan muy de cerca.
Que la IA ha avanzado significativamente en los últimos dos años es algo evidente y que tiene sus aspectos positivos y negativos, también. En tiempo récord, hemos conocido la llamada IA generativa. Por si quedaba alguna duda, se trata de ChatGPT y sus competidores Bard o Copilot, que son capaces de dialogar en nuestro propio lenguaje, generando y elaborando textos con calidad cercana a la humana y resolviendo otras tareas diversas como código de programación funcional. Es normal dudar si es IA o realidad.
Y por si esto fuera poco, apareció la IA generativa de imágenes (Dall-E, Mid journey o Stable Diffusion), vídeo, voz o música. Contenidos realistas y con calidades difíciles de distinguir de la humana, a cambio de dedicaciones mínimas y tan sencillas como una petición (prompt) escrita en nuestro propio idioma.
La inteligencia artificial, un arma de doble filo
La integración de la IA representa un reto acelerado que está desafiando a cada vez más sectores. En la Universidad de Deusto somos conscientes de que como sociedad nos va a tocar redefinir muchos trabajos, servicios y productos, a la luz de lo que estas tecnologías, que además mejoran a todo ritmo, posibilitan. El reto es aún mayor cuando asumimos que estamos a tiempo de hacer un uso ético y responsable que permita utilizarlas para mejorar la sociedad, en lugar de llevarnos a esos futuros terroríficos que dibuja el cine.
Y en todo ello ya estamos trabajando. Porque el ámbito educativo es uno de los sectores que puede verse más afectado, puesto que los chatbots son capaces de resolver cuestiones académicas como un trabajo de fin de grado, corregir una redacción o responder a una práctica. Además, a cada persona le ofrece un resultado diferente por lo que detectar los plagios se está convirtiendo en una misión prácticamente imposible. Atrás quedaron «El rincón del vago» o la «Wikipedia» que tantos trabajos escolares salvaron.
Desde hace años, la Universidad promueve la mirada ética de forma integrada en todos los ámbitos profesionales, por lo que abordar la IA desde ella es un paso natural para la institución. En este marco surge el proyecto de investigación SIIRSE, financiado por el Gobierno Vasco, en el que participa la Facultad de Ingeniería en su campus de San Sebastián. El proyecto persigue incrementar la robustez y seguridad de sistemas de IA desde su especificación y diseño considerando aspectos éticos.
Esta investigación, además de beneficiar a la industria vasca y contribuir al avance global de la IA, también permitirá, como recalca la estudiante de Ingeniería Violeta Clar, que «el alumnado podamos conocer qué hay detrás de las redes neuronales». Y es que en este proyecto están colaborando estudiantes de Ingeniería, lo que les está proporcionando una experiencia práctica muy valiosa, al tener que enfrentarse a desafíos reales, a la vez que «nos brinda -como dice la también alumna Ane Pradera- una oportunidad excepcional para aplicar los conocimientos teóricos dentro de la empresa».
Necesidad de ingenieros e ingenieras
Además de las investigaciones que la Universidad de Deusto está llevando a cabo en el área de la IA, la oferta académica para responder a las demandas de la sociedad en este terreno no ha dejado de crecer. El reciente estudio del Observatorio de la Ingeniería de 2022 advirtió de la necesidad, de aquí a diez años, de 200.000 nuevos ingenieros e ingenieras. Por ello, los estudios de Ingeniería Informática y de Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial, así como del doble grado que aúna ambos grados y que solo ofrece Deusto, están en pleno auge. Y en esta línea relacionada con la IA, se seguirá trabajando, sin olvidar que lo humano nunca podrá ser reemplazado por una máquina.
Porque detrás de las máquinas hay personas y, por ello, la Universidad de Deusto persigue una formación integral que dote al alumnado, no solo de conocimientos y capacidades profesionales para desarrollar sistemas eficientes y de calidad en un mundo cada vez más impulsado por la IA, sino que sepan también navegar por los dilemas éticos emergentes y gestionar los impactos de la tecnología digital.
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