Artículo publicado en el blog Ekonomiaren Plaza de El Diario Vasco (16/04/2024)
En un post anterior de Ekonomiaren Plaza hablamos sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA) sobre el crecimiento económico mundial. Recientemente el FMI ha publicado un extenso y muy interesante informe sobre el impacto de la IA en el futuro del trabajo. En este post me centraré en describir los mecanismos básicos a través de los que la IA puede influir sobre el trabajo humano y algunos datos sobre su posible alcance.
En su marco conceptual distingue, por un lado, el grado de exposición del trabajo humano a la IA. “Exposición” se refiere al grado de solapamiento entre las aplicaciones IA y las habilidades humanas requeridas en cada ocupación. Si es alto, mayor es el peligro que supone la desaparición del trabajo humano en esa ocupación o tarea. Por otro, el marco conceptual contempla el potencial de complementariedad de la IA, esto es, el probable grado de protección contra el desplazamiento del puesto de trabajo originado por la IA. Por ejemplo, los jueces están muy expuestos a la IA debido a todos los avances en el análisis de textos, pero están, a la vez, protegidos de ser desplazados porque no es probable que la sociedad acepte delegar estas tareas en una IA sin supervisión. Por tanto, la IA complementaría la labor de los jueces y aumentaría su productividad más que ser sustituidos por la IA. Por el contrario, los trabajos administrativos que también están expuestos tienen menor protección y es mayor el riesgo de ser desplazado por la IA. Este esquema conceptual lo resumo en la Tabla 1. Así, el escenario 1 sería exposición alta y alta complementariedad, y es donde el potencial positivo de la IA es más claro. El escenario 2 es exposición alta pero poca complementariedad. Aquí es donde el potencial negativo sobre los puestos de trabajo es mayor. El resto de los escenarios 3 y 4 cuentan con una exposición baja, y alta o baja complementariedad y es donde hay poco potencial para la aplicación de la IA.
Yendo a los datos que ofrece el FMI, un 40% del empleo mundial estaría expuesto a la IA. En el caso de los países avanzados la exposición es mayor porque un 60% del empleo puede verse afectado por la IA, pero junto a ello existe un mayor potencial para el aprovechamiento de la IA: aproximadamente la mitad del empleo puede beneficiarse de una productividad mayor, pero la otra mitad puede verse afectado negativamente. En suma, aproximadamente el 30% del empleo total de los países avanzados estaría en el escenario 1, otro 30% estaría en el escenario 2 y aproximadamente un 40% estaría en los escenarios 3 y 4. En los países emergentes y en los de renta baja la exposición es menor, pero también lo es el potencial para aprovechar la IA. Además, la situación varía de unos países a otros. El Gráfico 1 muestra los resultados concretos por zonas y países seleccionados.
Gráfico 1. Participaciones del empleo según exposición a la IA y a la complementariedad.
Fuente: FMI y elaboración propia.
Junto a ello conviene prestar atención a cómo se puede ir adaptando la fuerza de trabajo a este entorno que irá cambiando, por ejemplo, pasando del escenario 2 al 1 porque unas personas se irán adaptando mejor que otras. Los trabajadores con estudios universitarios se han tendido a adaptar mejor; a su vez, los jóvenes mejor que los mayores. También se crearán trabajos nuevos que todavía no existen.
Todo ello impactará sobre la desigualdad de la renta y la riqueza, por lo que la adaptación a la IA supone un reto importante en esa dirección también. Sobre ello hablaré en mi próximo post.
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