Los partidos, gane quien gane hoy, inician una legislatura en un contexto de nuevo ciclo, el de la agenda social, el que tocará continuar desarrollando a aquellos que ganen y consigan gobernar después de mañana
Artículo publicado en El Diario Vasco (21/04/2024)
Hoy se celebran las elecciones al Parlamento Vasco más reñidas de los últimos años. Durante la campaña hemos escuchado muchos mensajes de uno y otro signo que, buscando atraer votantes han hablado de la apertura de nuevos espacios, nuevos tiempos e incluso, nuevos ciclos políticos. Los resultados que dibujan algunas encuestas han dado fuelle a alguno de estos mensajes. ¿Pero nos podemos encontrar realmente ante un nuevo ciclo, una vez que sepamos qué es lo que hoy va a suceder? ¿Qué es lo que lo definiría?
La apertura de un nuevo ciclo político puede estar definida por la inclusión de nuevos actores en el tablero. Es lo que sucedió en la política española con la incorporación de Podemos y Ciudadanos, con cuya incorporación cambió la configuración del Parlamento, la dinámica de acuerdos e incluso la propia configuración del Gobierno, dando lugar al primer gobierno de coalición desde la aprobación de la Constitución de 1978. Sin embargo, y pese a que algunas encuestas, varios editoriales y muchos artículos hablaron de ello, estos partidos nunca consiguieron llevar a cabo el sorpasso electoral ganando unas elecciones o incluso quedando por encima de sus ‘hermanos mayores’. Una segunda razón para la apertura de un nuevo ciclo político puede deberse a cambios importantes en la agenda política, motivados por un cambio de prioridades de la opinión pública. De alguna forma, es lo que sucede después de las grandes crisis, que reajustan la mirada y las prioridades de la agenda y las políticas públicas. Sucedió, a escala mundial, después de la gran crisis de 2008 y más recientemente después de la crisis pandémica de 2020.
La tercera razón para la apertura de nuevos ciclos políticos tiene raíces mucho más profundas y tiene que ver con cambios estructurales que pueden afectar a la propia naturaleza del sistema democrático, incluso a su definición. Chile es un buen ejemplo de ello. Largos meses de revueltas populares cuya consecuencia es una reforma constitucional que, por otra parte, votada en dos ocasiones y de signo bien distinto nunca ha llegado a ser aprobada. Pero implica una marea de fondo muy diferente.
¿Y qué es entonces lo que tenemos en Euskadi? ¿Cómo estamos en este momento?
Estando inmersos en plena convocatoria electoral, es innegable que la Comunidad Autónoma de Euskadi se encuentra en una lucha por el liderazgo gubernamental y, por lo tanto, por decidir quién diseña e implementa las futuras políticas públicas. Sin embargo, y pese a que uno u otro partido puedan ganar hoy las elecciones, los espacios políticos de la CAE y los partidos que los representan apenas se han movido en su historia reciente. Son cinco espacios que se repiten de forma constante y cuya representación en forma de partidos también se ha mantenido.
Sin embargo, la agenda pública sí que ha variado de forma sustancial. Desde la declaración de cese definitivo de ETA en 2011, la opinión pública ha virado, priorizando de forma notoria la agenda social frente a la agenda nacional. Este ha sido un cambio fundamental en Euskadi, en un espacio en el que la mayoría del debate público se guiaba hasta el momento por variables más vinculadas con la identidad que con el eje social y ha supuesto una reconfiguración de los debates en todos los espacios. Basta echar un vistazo a las principales encuestas publicadas para darnos cuenta que las primeras preocupaciones de la sociedad en el contexto actual tienen un marcado carácter social. Sin duda, las consecuencias de las crisis mencionadas previamente han tenido un efecto importante en esta cuestión. Por lo tanto, nos encontramos ante una convocatoria electoral que no es la primera que sucede en un contexto nuevo, en un ciclo nuevo, porque la agenda política, efectivamente, ha virado temáticamente desde hace ya más de una década. Y es en este contexto en el que la inmensa mayoría de los partidos ha optado por rejuvenecer sus candidaturas, dando paso a una nueva generación que definirá (o no) una nueva forma de hacer política. Esta nueva generación viene ya a un escenario muy distinto al de hace veinte años, cuando sucedió la última gran pugna electoral en la Comunidad Autónoma de Euskadi.
Hoy, seguro, será un gran día para toda la ciudadanía. Nos toca ejercer nuestro derecho, ir a marcar prioridades, consignas¿ en otras palabras, nos toca ir a votar. A algunos afortunados, además, nos toca ejercer de presidentes en nuestros colegios electorales. Allí nos veremos. Y los partidos, gane quien gane hoy, comenzarán una nueva legislatura en un contexto que ya hace algún tiempo que abrió un nuevo ciclo, el ciclo de la agenda social, el ciclo que tocará continuar desarrollando a aquellos que ganen y consigan gobernar después de mañana. Que haya suerte.
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