Considera más preocupante la falta de oportunidades para el regreso que el hecho de que un alto porcentaje de alumnos se vaya a Madrid
Entrevista publicada en El Correo (29/04/2024) | Ane Barandiarán.
Pertenece a la promoción de 1984 en la que coincidió con otros directivos vascos como Asís Canales (Iberdrola), Luis Ignacio Lizarraga (Norgestión) o Fernando Irigoyen (Kutxabank). Él siguió una trayectoria muy habitual en La Comercial, ahora Deusto Business School: primero trabajó en una consultoría, KPMG, y luego saltó a una empresa industrial, Tubacex, en la que ejerce de vicepresidente de Marketing y Ventas. El pasado verano tomó el relevo de Agustín Garmendia y se puso al frente de la Alumni, justo después de que esta asociación, puente entre empresas y estudiantes, cumpliese su centenario.
– ¿Qué papel desempeña en estos momentos la Alumni?
– Es una organización que aglutina a 6.200 exalumnos que trabajan en 2.500 empresas y que están repartidas por 110 países. Es conocida, sobre todo, por su labor como agencia de empleo para los recién titulados de grado o de máster. Pero cada vez más las empresas recurren a nosotros para buscar profesionales con experiencia, con cerca de 650 solicitudes al año. Y también acuden a nosotros antiguos alumnos que buscan un cambio. Se nota que hay más rotación.
– Prácticamente todos los titulados se colocan. Tienen pleno empleo. ¿Dejan muchas ofertas sin atender?
– Sí, el porcentaje de empleabilidad es del 98%. Hay que tener en cuenta que, además, una parte de los graduados deciden continuar su formación con un máster.
– La facultad ofrece ahora un amplio abanico de dobles grados. ¿Cuáles son los más demandados?
– Los dobles grados han sido un grandísimo éxito para adaptarse al mercado. Los que combinan ADE con ingeniería y derecho, que llevan más años, tienen una gran demanda. Son cinco años en vez de cuatro y terminas con dos títulos que requieren un gran esfuerzo y dan al alumno una enorme perspectiva.
– Según el último informe, un 50% de los alumnos se coloca en siete firmas, la mayoría consultoras.
– En eso no ha habido grandes cambios en los últimos años. La demanda se concentra en las consultoras, las ‘big four’ y firmas similares, que todos los años solicitan un gran volumen de personas. Hay quien lo ve negativo. Yo que vengo de ahí diré que empezar en esas firmas es como hacer un posgrado con formación práctica aplicada al mundo real, lo que te facilita mucho el salto al siguiente empleo.
– Abren puertas, pero también se cuestiona lo poco que pagan a los jóvenes. ¿Comparte estos recelos?
– No hay un equilibrio entre el nivel salarial que se paga al entrar en este tipo de empresas para lo que se pide y el talento que trae el graduado. Creo que, en general, tenemos un reto con la juventud porque la remuneración debe ser suficiente para que puedan tener autonomía y desarrollar su proyecto de vida.
– ¿Son bajos los salarios en Euskadi?
– Respecto a los alumnos que salen de Deusto Business School, he decir que las empresas han hecho ajustes salariales para evitar que los jóvenes se vayan. Pero sí hay una diferencia con el pasado y es que antes se subía de forma más rápida y ahora la promoción es mucho más lenta. Eso tiene que ver con el crecimiento de las empresas, que no es el que era. Hay más competencia y se ha registrado una importante consolidación en sectores como la banca o la energía. Queda menos espacio para crecer.
– Llama la atención que de la promoción de 2022, el 56% se ha quedado en Euskadi, pero un 30% se ha ido a Madrid y un 9% al extranjero. ¿Faltan oportunidades de desarrollo profesional en el País Vasco?
– Hay un éxodo porque el crecimiento de Madrid es superior. Concentra los headquarters de la mayoría de las multinacionales que hay en España. Ofrece muchas más oportunidades para la gente joven, sobre todo en el primer y segundo año. Tampoco hay que hacer una lectura negativa de ello. Eso quiere decir que nuestros alumnos son apreciados y pueden competir perfectamente. Otra cosa es la pena para las familias. La autopista del norte hacia el sur es muy amplia porque se va mucha gente a Madrid, pero hay cola para volver por la calidad de vida de Euskadi. Los profesionales incluso están dispuestos a cobrar menos para regresar.
Ventajas competitivas
– ¿Pero hay oportunidades para volver?
– Insisto en que no demonizaría tanto que los jóvenes salgan como que no haya oportunidades para volver. Y para eso es necesario que Euskadi crezca de forma más sustancial.
– ¿Y lo hace?
– Bueno, es un hecho que las inversiones en nuevos proyectos son muy limitadas en Euskadi. Todo ello a pesar de que tenemos ventajas competitivas muy importantes como unos profesionales excelentes, unas infraestructuras muy buenas y un sector financiero sofisticado.
– ¿Considera que DBS está bien reconocido en los ranking?
– Se está trabajando muy duro para ello. Es un tema en el que se empezó a trabajar un poco tarde respecto a otras escuelas de negocio, pero estamos avanzando.
– ¿Cómo se puede reforzar su proyección?
– Es necesario reforzar la internacionalización tanto de DBS como de la Alumni. En la asociación tenemos exalumnos en un montón de países y necesitamos instrumentos para llegar a las empresas y que sepan que pueden buscar profesionales aquí. Para esos tenemos dos ideas. Por un lado, montar lo que se denominan ‘chapters’, que consiste en identificar sitios en los que hay masa crítica de antiguos alumnos como Londres y establecer puntos de encuentro. Por otro, vamos a desarrollar el concepto de ‘clubes’, que serían grupos de interés como por ejemplo uno de consejeros.
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