Artículo publicado en el blog Ekonomiaren Plaza de El Diario Vasco (07/05/2024)
Tras los dos posts sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA) en el crecimiento económico mundial y el empleo hoy lo haré sobre la desigualdad, siguiendo con el reciente, extenso e interesante informe del FMI. Se distinguen tres efectos de la IA sobre la renta y la desigualdad:
- La utilización de la IA implica que algunas tareas antes realizadas por el trabajo humano ahora los lleva a cabo el capital de IA (trabajo en “call centers”, por ejemplo): reduciría la renta del trabajo,
- La utilización de la IA implica que las tareas que no se han visto desplazadas por la IA pueden ser más importantes, especialmente en las ocupaciones que tengan una alta complementariedad entre el trabajo humano y la IA (jueces/as, por ejemplo): aumentaría la demanda de trabajo y la renta de los ocupados en estas tareas, y
- La utilización de la IA puede aumentar la productividad general, y elevar la inversión y la demanda de trabajo (mejora de las capacidades de los ordenadores): podría compensar una parte de la reducción de rentas salariales originado por la IA.
En suma, el efecto agregado de 1), 2) y 3) es que “puede pasar de todo” y hay que observar, por tanto, lo que la evidencia empírica actual nos sugiere. El FMI realiza una simulación basada en datos del Reino Unido, muy expuesto a la adopción de la IA. Los trabajadores de renta alta tienen una mayor participación de las rentas del capital que los trabajadores de renta media y baja y este hecho puede ser fundamental para estudiar el impacto de la IA sobre la desigualdad. Además, cuanto mayor sea la renta de los trabajadores mayor es la exposición a la IA, pero también aumenta la complementariedad potencial con la IA.
El FMI simula una reducción de la participación del trabajo (tratado ya en este blog varias varias veces) de 5,5 puntos porcentuales, que es lo ocurrido durante 1980-2014, como consecuencia de la utilización de la IA, y su efecto sobre la distribución de la renta dependería de la exposición a la IA y la complementariedad del trabajo, así como del aumento de la productividad, que se supone que aumentaría cerca de un 1,5% en los primeros 10 años tras la adopción de la IA.
El Gráfico 1 muestra la variación en la renta total por percentil de renta. El percentil 100 representa el valor más alto de renta y 0 el más bajo. Se distinguen tres escenarios, (1) cuando hay baja complementariedad entre la IA y el trabajo, (2) alta complementariedad entre la IA y el trabajo y (3) alta complementariedad entre la IA y el trabajo pero con mayores incrementos de productividad en las ocupaciones con mayores complementariedades. Cuando hay baja complementariedad el efecto desplazamiento del trabajo humano es más fuerte que el efecto de complementariedad para las rentas altas, cuyas rentas salariales se resienten más. A mayor complementariedad el efecto desplazamiento es más débil y el efecto salarial negativo es menor para las rentas altas. Cuando hay baja complementariedad (gráfico izquierdo, zona azul), en los trabajadores con menores rentas (percentiles más bajos) el impacto es casi nulo, pero perjudica a los de mayores rentas porque desplaza el trabajo humano: el efecto desplazamiento es más fuerte que el efecto de complementariedad. Cuando la complementariedad es alta (gráfico central, zona azul) entonces el efecto de complementariedad es más fuerte que el de desplazamiento, especialmente en la parte alta de la distribución de la renta (percentiles más altos), lo que mejora sus rentas salariales. Cuando mejora además la productividad general como consecuencia de la IA (gráfico derecho, zona azul) las rentas salariales mejoran para todos porque aumenta la demanda de trabajo y capital.
La desigualdad en las rentas del capital (zona naranja de los tres gráficos) y en la riqueza aumentan con la adopción de la IA porque aumenta la demanda de capital IA aumentando su rentabilidad, desplazando el trabajo humano. Dado que a mayor renta hay mayor tenencia de activos, los más beneficiados de la IA son los trabajadores de renta alta.
Gráfico 1. Variación en la renta total por percentil de renta.
Fuente: FMI.
En los países emergentes y en vías de desarrollo con mayor desigualdad inicial la IA puede aumentar la desigualdad de la riqueza y reducir la desigualdad en los salarios, pero si la exposición a la IA es reducida, también mitigará este impacto. Finalmente, la IA puede tener importantes efectos sobre las disparidades económicas a lo largo del mundo porque algunas actividades que se realizan actualmente en países menos avanzados (los “call center”, por ejemplo) podrían retornar a los países avanzados (“reshoring”) aunque la IA podría ayudar también en los países menos avanzados a “saltar” a actividades en las que actualmente no están.
En suma, la IA supone un cambio importante en nuestras vidas y hay que prepararse.
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