Es sinónimo de determinación, constancia, coraje, decisión, pasión y agallas.
Artículo publicado en Expansión (27/06/2024)
Hace años me ocurrió algo. Algo que me transformó. No sé si por cómo llegó a mí, si por la forma en la que, de pronto, la viví; si por toda la investigación que hay detrás, si por esas cuatro letras en inglés que desconocía, si por el momento en el que estaba. No sé si por una mezcla de todo. Pero me transformó. Primero, voy a intentar explicar la fascinación con esta palabra. Tuve el honor de que el doctor Martin Seligman, psicólogo y escritor, conocido, reconocido y admirado por su trabajo e influencia en la psicología positiva, me invitara a la Universida de Pensilvania. Tengo recuerdos de aquella visita y aprendizajes que se han quedado para siempre. La intensa e inmensa búsqueda que el dr. Seligman siente y hace sentir son, en mi opinión, indescriptibles y ojalá que replicables en el mundo de las organizaciones y de las personas que las lideran. En él se palpa la curiosidad de quien quiere aprender de verdad, de todo y de todas las personas a su alrededor, sin egos, sin sesgos, sin envidias; con humildad profunda y la curiosidad al desnudo, quizás conocedor de esa frase de Voltaire «los prejuicios son la razón de los tontos».
Y en ese idilio entre el conocimiento y la emoción me encontraba cuando supe que iba conocer a Angela Duckworth, autora de Grit. Admito que no sólo no sabía quién era, sino qué también desconocía qué significa la palabra en inglés. Y aquí comienza en realidad el baile, la historia y mi enamoramiento con esta palabra. Rápida busqué a la autora y cómo se había traducido el libro Grit al español. Pero el móvil me chivó que no tenía. Conocí a la autora, leí el libro y les revelo que hay pistas más que valiosas en el subtítulo. Grit: el poder de la pasión y la perseverancia. Duckworth ha investigado a lo largo de su vida el secreto para llegar a lo más alto y ha llegado a la conclusión de que para lograr cualquier objetivo a largo plazo se necesita pasión y perseverancia, más que talento, inteligencia o cualquier otra capacidad del ser humano. Duckworth compara la vida con una carrera de fondo que requiere de resiliencia para llegar a la meta, esa extraordinaria capacidad, la de sobreponernos y avanzar en momentos adversos y situaciones hostiles.
Es extraordinaria por lo que implica de esfuerzo, por lo que supone de un dolor intrínseco del que hay que salir como de una mala curva, con decisión y arrojo. Boris Cyrulnik, psiquiatra, neurólogo y psicoanalista dio a conocer el concepto de resiliencia en el campo de la psicología en su libro Los patitos feos: la resiliencia. Una infancia infeliz no determina la vida (Debolsillo). Este best seller se ha convertido en un referente para entender el concepto. Para el autor, los patitos feos son una analogía de las personas heridas que pueden transformarse; historias de vida de dolor transformadas. Decía el autor en una entrevista que no existe resiliencia si no se metamorfosea el dolor y se le dota de significado o, como decía Friedrich Nietzsche, solo «aquel que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo».
Pasión para triunfar
Las personas que se esfuerzan, se levantan tras la caída. Los que dedican tiempo y, sobre todo, pasión son los que tienen más posibilidades de llegar a donde quieran llegar.
Desde 2012, Gallup, empresa de investigación de mercados y opinión, publica su informe State of the Global Workplace enfocado en analizar y reportar tendencias y estadísticas relacionadas con el compromiso laboral a nivel mundial. Esta edición, State of the Global Workplace: 2024 Report viene acompañada del subtítulo La voz de los empleados y empleadas del mundo. El CEO de la consultora comienza con una frase del Informe sobre desarrollo humano 2023-2024, programa de las Naciones Unidas para el desarrollo: «El bienestar mental de las personas ha ido empeorando. En los últimos 10 años, el número de personas que expresan estrés, tristeza, ansiedad, ira o preocupación ha ido en aumento, alcanzando sus niveles más altos desde que comenzaron las encuestas Gallup», apunta. Y por tener una visión más amplia, pongamos el objetivo de la cámara más cerca. Estos son algunos datos concretos que publica el informe: la tristeza afecta cada día a un cuarto de los empleados. El 36% de los trabajadores españoles sufren estrés diario, el 25% tristeza y el 22% ira debido al trabajo.
Sin fórmulas de éxito
Dirigir y liderar empresas en tiempos complicados, de fragilidad sentida, no es sencillo ni hay fórmulas exactas de éxito. Y, sin embargo, hay una ventana extraordinaria de posibilidades, de transformación. Las décadas de investigación de Gallup sobre la gestión eficaz revelan aspectos que ponen luz en el camino de liderazgo -y no son buenismo, ilusión o quimera -: hablan de la importancia del respeto, del feedback que aporta valor, de la relevancia de crear un ambiente positivo y del poder de la sensibilidad para que la persona que lidera sea capaz de ver y valorar fortalezas, «los dones únicos de las personas empleadas». Los grandes líderes -continúa el informe- ayudan a las personas empleadas a encontrar sentido y recompensa a su trabajo. El resultado es claro: mayor productividad. Pero no sólo eso. También tienen más ganas de aprender, de avanzar, de crecer y de implicarse.
En este punto recupero la palabra grit, como una necesidad para intentar desterrar la tristeza, la ira, la angustia de la encuesta o del futuro; que sea sólo una visita breve para recordarnos que darle la vuelta es cosa nuestra. Y las personas que lideran deben capitanear y propagar ese grit, esa determinación, constancia, coraje, decisión, arrojo. Con esa palabra tan castiza: agallas.
CUANDO LA DETERMINACIÓN ES SINÓNIMO DE ÉXITO
La perseverancia es uno de los principales valores de los directivos y así lo ha ilustrado el cine. Por ejemplo, la película ‘Air’ refleja la determinación de Sonny Vaccaro (interpretado por Matt Damon), ejecutivo de Nike, que no se detuvo hasta convencer a Michael Jordan para que firmará en exclusiva con la marca deportiva.
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