Artículo publicado en El Correo (11/07/2024) | Iraitz Casillas Muñoz.
Como parte del curso de verano sobre mentoría inclusiva de la Universidad de Deusto, 65 estudiantes de todo el mundo pudieron disfrutar ayer de una visita a Bilbao distinta, siguiendo los pasos de mujeres que han tenido un impacto en la ciudad. Tocaba comenzar desde el principio: la fundación de Bilbao en 1300 de la mano de Diego López de Haro, el Intruso. Y es que el señorío pertenecía a María López de Haro, pero él creyó conveniente arrebatar el título a su propia sobrina. A su muerte en 1309, María se convirtió en la primera Señora de Vizcaya y refundó Bilbao.
Dando un salto en el tiempo, la visita parte de la Universidad de Deusto. Pese a fundarse en 1886, no es hasta 1956 cuando cuatro mujeres acceden al grado de Derecho: Marisol Pineda, Mar Vreugde, Itziar Monasterio e Inmaculada Boneta. Su aceptación formó parte de una prueba piloto que superaron con creces obteniendo los resultados más altos de la clase.
Desde la Pasarela Pedro Arrupe, en la Avenida de las Universidades llaman la atención dos palacetes de estilo barroco. Las conocidas como ‘Casas de la Cava’ fueron la residencia de Rafaela Ybarra y su familia. La bilbaína, con el consentimiento de su marido José Vilallonga, fundó la Congregación de los Santos Ángeles Custodios con el propósito de ayudar a las personas en situación desfavorable -sobre todo mujeres-, sin que mediara ánimo de lucro ni intereses políticos.
En el otro lado de la ría, la ya característica araña también lleva nombre de mujer. La obra ‘Mamá’, de la autora franco-estadounidense Louise Bourgeois, es una expresión de sus traumas. El arácnido gigante representa a su madre, que pese a ser cariñosa, fue cómplice de las infidelidades de su padre. Según Bourgeois, la madre es protectora y depredadora, fortaleza y fragilidad al mismo tiempo.
De escultura a escultura, y no muy lejos de la anterior parada, se encuentra una de las mejores representaciones de las mujeres trabajadoras. Obra de la bilbaína Dora Salazar, desde 2021 la obra ‘Las Sirgueras’ recuerda a aquella villa portuaria. Con los hombres luchando en las Guerras Carlistas -y siendo más barato contratarlas a ellas que alquilar bueyes-, estas mujeres se encargaban de tirar de las maromas de los barcos para acercarlos a tierra y asegurarlos a tierra. En los restos del que fuera el antiguo depósito franco toca recordar a las aguadoras, cargueras, rederas… entre ellas Trini la Sañuda, María la Caporala, Señorita Caramelo, La Gallarda u Ojo de Perdiz. Todo un catálogo de luchadoras.
La primera y única
Enfrente del Ayuntamiento es el momento de viajar hasta 1969, cuando Pilar Careaga fue nombrada durante la dictadura alcaldesa de la villa -la primera y la única-. A los 20 años ya se coronó como la primera ingeniera y conductora de un tren en España, sin olvidar que impulsó la inclusión de las mujeres en la Policía Municipal de Bilbao.
Ya en El Arenal es necesario mencionar a la única persona que tiene dos lugares con su nombre: Casilda de Iturrizar. Conocida también como la viuda de Epalza, tras la muerte de su marido -fundador del Banco de Bilbao- heredó una gran fortuna. De origen humilde, no dudó en invertir todo su dinero en labores caritativas, mejorando así la vida de los más desfavorecidos.
Ellas son solo algunas de las mujeres que esconden las calles de Bilbao, pero quien lo desee seguro que encuentra más referentes que lucharon por tener los mismos derechos que los hombres, por ganarse la vida o por ayudar a los demás.
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