La hija del reconocido senador estadounidense Robert F. Kennedy, sobrina del presidente John F. Kennedy, ha dado una charla inspiradora sobre la cruda realidad de los derechos humanos en el mundo, haciendo un llamamiento a las nuevas generaciones para que se levanten y tomen las riendas del futuro.
Ane Bores | 25/10/2024.
Formar parte de una de las dinastías políticas más relevantes en la historia de los Estados Unidos genera cierto nivel de expectativas, especialmente cuando te apellidas «Kennedy» y trabajas día a día desde hace décadas por mantener el legado moral tu padre, Robert F. Kennedy, de hacer de este mundo un lugar más justo y pacífico para todas las personas.
Una visión con la que Kerry Kennedy y su familia han querido traspasar fronteras, fundando una filial de su fundación en España, la Robert F. Kennedy Human Rights, que desde 2018 realiza diversos programas y una intensa actividad de concienciación y educación sobre los derechos humanos a las generaciones futuras de mujeres y hombres, madres y padres, estudiantes y trabajadores.
Hoy, con el objetivo de seguir tendiendo puentes y aproximarse a la realidad educativa del País Vasco, Kerry Kennedy y RFK Human Rights España han visitado la Universidad de Deusto, con la que también comparten lazos gracias a la contribución del jesuita José Antonio Obieta, quién fue testigo de los cambios jurídicos, sociales y políticos que los Kennedy trajeron en los años 50 para proteger los derechos de las minorías -especialmente el derecho al voto de los afroamericanos- y quién fundó, a su regreso, la “Biblioteca John F. Kennedy” en Deusto.
Con un sencillo y alegre vestido rojo floreado y unos cómodos mocasines «chunky», la séptima hija de los Kennedy, que hace tan solo 10 días perdía a su madre, la también activista Ethel Kennedy, ha acaparado la atención de las más de 300 personas que abarrotaban el Paraninfo de la universidad en Bilbao, en una conferencia en la que se ha mostrado cercana y sin artificios, compungida por el horror y la barbarie de los genocidios, las guerras y los conflictos que desde hace demasiado tiempo asolan a distintas poblaciones, dejando a su paso un incesante reguero de víctimas y haciendo del odio un arma para gobernar el mundo.
La vulnerabilidad de los derechos humanos es muy palpable, y Kerry Kennedy ha mostrado centenares de ejemplos de esa cruda realidad, sin tapujos, desde el Holocausto hasta la actual guerra de Gaza, lamentándose de que sea su país, Estados Unidos, quién aún hoy siga proporcionando las armas con las que millones de civiles están siendo asesinados en estos momentos. Por eso, sobre todas las cosas, ha incidido en la necesidad de convertirnos en personas compasivas.
Asimismo, ha llamado a la responsabilidad colectiva, no sólo exigiendo a los gobiernos que cumplan con sus promesas en línea con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), sino también a que limiten el poder de las compañías tecnológicas, de las redes sociales y de los medios de comunicación, que en la actualidad controlan la información y los hilos de esta sociedad hiperconectada, perpetuando la injusticia y las desigualdades. En sus palabras, solo dando a las mujeres más representación en los órganos de poder, podremos lograr la tan anhelada diversidad.
Por último, Kerry Kennedy ha hablado del gran poder que ejerce la educación en las futuras generaciones. En este sentido, ha instado al alumnado allí presente a tomar parte activa en las injusticias, ya que, “el mundo está en constante cambio y no se puede frenar, pero nuestras acciones pueden determinar hacia dónde nos queremos dirigir”.
Como muestra del papel que cada ciudadano cumple en la sociedad, la activista ha pedido a todos los allí presentes a levantarse y escenificar esa gran ola de acción de la que todas y todos formamos parte, a través de una sincronización de aplausos, chasquidos y zapateos, que además de arrancar una ovación infinita, ha generado buen rollo y una total sintonía entre los y las asistentes.
Un encuentro que no ha dejado indiferente a nadie, y que marcará indudablemente el itinerario académico y personal de nuestro/as estudiantes, que en el ejercicio de sus futuras profesiones, demostrarán que «la ola» de los Kennedy no solo sigue en constante movimiento, sino que está más viva que nunca.
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