MISIÓN Conceptos que deberían estar en la lista de propósitos del líder.
Artículo publicado en Expansión (26/12/2024)
«Con este pequeño libro fantasma he procurado despertar el espíritu de una idea sin provocar malestar en mis lectores consigo mismos, con los demás, con la temporada ni conmigo». Así comienza A Christmas Carol, firmado en diciembre de 1843 por «su fiel servidor, Charles Dickens». Cuento de Navidad, traducido al español, se publicó con una preventa de seis mil copias, un auténtico éxito de ventas.Cada Navidad recuerdo esta historia de fantasmas que sigue causando una impresión poderosa en mí, una combinación de recordatorio y de viaje a la infancia mezclada con villancicos, olores y sueños. Esa historia de moraleja profunda está protagonizada por unos espíritus que le muestran los errores de su vida al egoísta Scrooge y le enseñan el significado de la Navidad: bondad, caridad, empatía y solidaridad.
Charles Dickens quiso alzar su voz en un momento de enormes desigualdades. Pensó en escribir algo político, pero elaboró una crítica social en forma de cuento que tocó corazones y conciencias. «Escribió a un amigo diciendo que, en lugar de un panfleto, escribiría algo para Navidad que tendría 20 veces más fuerza», explica Louisa Price, conservadora del Museo Charles Dickens de Londres desde 2014. Y su voz se ha escuchado hasta nuestros días.
También la de otros estudiosos que han explorado el tema de los propósitos. A finales de la década de 1950, la psiquiatra japonesa Mieko Kamiya, quien trabajaba con pacientes con lepra, reflexionó sobre una pregunta crucial: ¿Por qué algunas personas podían mantener la esperanza a pesar de vivir situaciones extremadamente difíciles, mientras que otras no? Kamiya llegó a la conclusión de que todo residía en un sentido experiencial único, que definió con la palabra ikigai, que define la «razón para vivir», la «autorrealización» o el «sentido de la vida». Ikigai se explica a veces de manera tan sencilla como compleja, pero es simplemente la razón por la que nos levantamos cada mañana. El neurocientífico, escritor e investigador Ken Mogi afirma que «da a nuestra vida un propósito y nos aporta el coraje para seguir adelante».
Mi amigo y colega de la Universidad de Oxford Jaco Hoffman, profesor también en Cape Town University, habla de ubuntu, filosofía africana de cuidar al otro. «Su base es el respeto por uno mismo y por los otros». Este concepto se basa en la creencia de que hay un vínculo universal que hace que los seres humanos seamos capaces de superar retos porque estamos conectados.
Tener un propósito ayuda a mirar al futuro con otros ojos, a no castigarse por el pasado, a entender y disfrutar del presente y del camino. Entendernos para entender es el paso clave para liderar y compartir la misión de la propia organización, el propósito, con una mirada optimista, con un sentido de esperanza necesario. Una persona líder tiene que ayudar a crecer a los demás como parte de su compromiso; debe entender y sentir el propósito, crear valor y ser generoso, por lo que de generoso tiene el hacer mejor a las personas, clave de y para un líder.
Decía Julio Cortázar que «probablemente de todos nuestros sentimientos el único que no es verdaderamente nuestro es la esperanza. La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose». Y el puente hacia lo posible. En este tiempo de pensar en propósitos, quizás el primero comienza por recordarnos quiénes somos, qué buscamos y en qué somos buenos. Don Quijote en su lúcida locura aconsejaba a Sancho: «Has de poner los ojos en quién eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana que quiso igualarse con el buey». Y este paso no nos lo podemos saltar como en un videojuego; no podemos ni debemos pasar a la siguiente pantalla.
En un esfuerzo por dar ejemplo, comparto la mía: quiero confiar en mí, quererme y querer. Como afirma Shakira, «no pido que todos los días sean de sol. No pido que todos los viernes sean de fiesta», pero sí quiero que muchos lo sean y pienso esforzarme en ello. Quiero seguir trabajando siempre con ilusión, practicar el ubuntu y vivir mi ikigai. Quiero cuidarme. Y sobre todo cuidar.
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