Artículo publicado en El Correo (06/01/2025)
Hay nuevos ejes de competición política articulados alrededor de un tema que han ido surgiendo en las últimas décadas donde los partidos buscan posicionarse para llegar los primeros por si se convierte en determinante en las siguientes elecciones competitivas. La inmigración, el cambio climático y el feminismo podrían ser tres ejemplos que se han consolidado en los últimos años como elementos centrales de la competición política. Y hay un tema incipiente, el de la vivienda, que se ha convertido en la principal preocupación de Euskadi y donde los partidos están intentando cristalizar su posición más competitiva.
No es casualidad que EH Bildu haya elegido la vivienda como tema central para marcar su negociación presupuestaria este año, tanto la que acabó mal con el Gobierno vasco como la que acabó bien con la Diputación de Bizkaia. Tampoco es casualidad el perfil político del consejero de Vivienda del PSE y su activismo dual con el mismo énfasis en el desarrollo de políticas públicas y en la estrategia comunicativa. El PNV, pasada su incomodidad inicial con una cuestión lejana a su identidad programática, ha dejado de hablar de invasión competencial y se va situando en asuntos que no están relacionados con el problema del acceso a la vivienda, pero que le acercan al votante mediano en la competición política como es el tema de la okupación. El Partido Popular también se ha hecho cargo de la relevancia política del tema y pretende negociar con Junts y el PNV un plan de vivienda enviando señales de su capacidad de llegar a acuerdos sobre cuestiones fundamentales, sacrificando si es necesario la dimensión territorial de competición política.
¿Y sus votantes? ¿Cómo se posicionan en los debates que se van abriendo sobre el problema del acceso a la vivienda? Según el Deustobarometro, el 90% de los electores de todos los partidos vascos tiene claro que su ideal es vivir en una vivienda en propiedad. Y más del 75% de los votantes de todos los partidos son propietarios. Dos de cada tres votantes de los cuatro principales partidos vascos establecerían en un máximo de dos el número de viviendas que una persona debería poder acumular. El apoyo transversal al incremento del parque de viviendas sociales de alquiler supera el 80% del electorado de los principales partidos. Los votantes de todos los partidos también coinciden mayoritariamente en que se pongan más trabas a los fondos de inversión para limitar su interés en la compra de vivienda. Y el apoyo a que los ayuntamientos puedan dedicar más suelo a la vivienda libre para aumentar la oferta también es transversal, aunque un tercio de los votantes de EH Bildu rechazaría esta medida.
La unanimidad desaparece en el posicionamiento sobre la declaración de zonas tensionadas para poner topes a los precios de alquiler. La mayoría de los votantes del Partido Popular no apoyan esta medida. Y tampoco apoyan que se reduzcan las deducciones por compra de vivienda a las rentas más altas. Los votantes del resto de los partidos, PNV, PSE y EH Bildu, respaldan mayoritariamente estas medidas. El canon a las viviendas vacías divide más a los electorados del PNV y del PSE. Un 40% de sus votantes rechazan esta medida. La mayoría de los votantes del PP están en contra. Y dentro de los votantes de EH Bildu habría un apoyo mayoritario. La mayoría de los votantes de PNV, PSE y EH Bildu estarían a favor de prohibir la concesión de nuevas licencias de pisos turísticos. Dos de cada tres electores del Partido Popular estarían en contra de esta prohibición.
Y sí, la mayoría de los votantes de todos los partidos están en contra de la okupación de las viviendas vacías. Por eso ninguno de los cuatro principales partidos vascos defiende esta posición.Hay nuevos ejes de competición política articulados alrededor de un tema que han ido surgiendo en las últimas décadas donde los partidos buscan posicionarse para llegar los primeros por si se convierte en determinante en las siguientes elecciones competitivas. La inmigración, el cambio climático y el feminismo podrían ser tres ejemplos que se han consolidado en los últimos años como elementos centrales de la competición política. Y hay un tema incipiente, el de la vivienda, que se ha convertido en la principal preocupación de Euskadi y donde los partidos están intentando cristalizar su posición más competitiva.
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