Con los premios Ignacio Ellacuría y René Cassin, el Gobierno vasco respalda la labor de la ONU con los refugiados palestinos
Artículo publicado en El Correo (04/01/2025)
El año terminó a la vez que la destrucción por parte de las fuerzas armadas de Israel del hospital Kamad Adwan, el último que operaba en el norte de Gaza. La Organización Mundial de la Salud (OMS) denuncia que «Israel lleva a cabo la destrucción sistemática del sistema de salud» combinada con un asedio a la población en la zona norte. Israel alega, sin pruebas, que varios centenares de guerrilleros de Hamás operaban desde ese centro sanitario.
Israel planea vaciar el norte de Gaza y ocuparlo permanentemente. A la vez, espera con la ayuda del futuro Gobierno de Donald Trump, y recursos, presionar a Egipto para que acepte a un millón o más de refugiados de Gaza.
A partir del ataque por parte de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023, Tel Aviv lanzó una ofensiva, en nombre de la autodefensa, contra la Franja de Gaza que ha costado la vida de 45.000 palestinos, una gran parte niños, mujeres y personas mayores. A la vez, ha realizado ofensivas sobre Líbano contra el grupo político militar Hezbolá, las guerrillas en Yemen, y está ampliando la ocupación de los Altos del Golán en Siria. La intención es acabar con grupos armados hostiles y disuadir a Irán de apoyarlos, además de redefinir el mapa geopolítico de Oriente Próximo.
La destrucción del hospital de Kamad Adwan coincide con una investigación de ‘The Washington Post’ (30-12-2024) que describe cómo Israel cuenta con sofisticados sistemas bélicos y de control social basados en Inteligencia Artificial que aplica desde hace años en la Franja de Gaza.
En 2023 los israelíes tenían un control detallado de lo que sucedía en Gaza, desde la construcción de una nueva casa o un túnel, hasta quién viajaba en un camión o quiénes estaban reunidos en qué planta de un edificio. Con satélites, drones, algoritmos, Inteligencia y reconocimiento facial, Israel pudo eliminar el año pasado a líderes de Hamás en Gaza, Siria e Irán.
Al contar con esa impresionante tecnología, más las armas de última generación que le proporciona Estados Unidos, Israel no necesitaba arrasar el 80% de las viviendas de los 2,3 millones de gazatíes, ni destruir todos sus hospitales e infraestructuras sanitarias (incluyendo las de acceso a agua potable) y someterlos a hambruna. La ONU denuncia que en los últimos meses Israel ha restringido la entrada de camiones de ayuda. Y una investigación del ‘Financial Times’ señala que el ejército hebreo permite que mercenarios de ese país, vinculados con grupos criminales palestinos, trafiquen con alimentos y medicinas a precios siderales.
Israel nunca ha respetado las normas del Derecho Internacional ni las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que condenan la ocupación de los territorios palestinos. A la vez, lleva años tratando de acabar con la Agencia de Naciones Unidas para la Población Refugiada de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA por sus siglas en inglés). El fin político es evitar que los palestinos que fueron desplazados en 1948 puedan volver a sus tierras, como lo indican varias resoluciones de la ONU, y que no exista una institución que les asiste.
Desde su creación en 1948, UNRWA se ocupa de la educación, la sanidad, la vivienda, la ayuda humanitaria y los servicios sociales de 5,9 millones de refugiados de Palestina que viven en condiciones de vulnerabilidad en Siria, Líbano, Jordania y los territorios ocupados palestinos –Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este–. UNRWA se financia con fondos de los Estados miembros de la ONU, gobiernos locales y el presupuesto de esta organización, además de aportaciones privadas.
En 2023 Israel denunció sin pruebas que personal palestino de UNRWA colaboró en el ataque de Hamás del 7 de octubre. A través de tres leyes aprobadas durante los dos últimos años, el Parlamento hebreo prohibió las actividades de esta agencia en su territorio, incluyendo Jerusalén Este. A la vez, proscribe todo tipo de contacto entre funcionarios del Gobierno de Tel Aviv y UNRWA, y tampoco permite emitir visados para sus miembros.
La Asamblea General de la ONU ha prorrogado su mandato hasta el 30 de junio de 2026. Durante su primera Administración, Donald Trump cortó la ayuda a UNRWA, y ahora es previsible que vuelva a hacerlo.
En este marco, la reciente concesión a UNRWA por parte del Gobierno vasco de los premios Ignacio Ellacuría de Cooperación y el René Cassin de Derechos Humanos es un reconocimiento a la labor humanitaria de esta agencia y a la ONU en tiempos de desprecio hacia el Derecho Internacional. Asimismo, representa un importante compromiso con los derechos humanos ante un crimen de guerra, y posible genocidio, planificado por un Estado que cada día pierde más su identidad democrática.
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