«Bilbao y la arquitectura urbana» es un libro poco convencional, que reúne 61 elementos arquitectónicos de la villa para entender la idiosincrasia de los bilbaínos a través de textos y acuarelas.
Artículo publicado en Deia (08/02/2025) / Ane Araluzea.
En imágenes: acuarelas de ‘Bilbao y la arquitectura urbana’ Elena Ciordia
Decenas de vecinos de Deusto acceden cada día al centro de distrito situado en la finca Bidarte, un edificio insigne construido por Severino Achúcarro en 1897 para la familia Ybarra Arregui. Lo que seguramente la mayoría desconoce es que el palacete, que sigue la herencia residencial inglesa, disponía hasta de un pequeño hipódromo dentro de los bosques y jardines que lo rodeaban. La publicación «Bilbao y la arquitectura urbana (Ediciones Beta, 2024)» recoge, a través de los textos de la historiadora María Jesús Cava y de las acuarelas de la pintora Elena Ciordia, un diálogo entre el pasado y el presente de 61 edificios o elementos urbanísticos más que botxeros en el que se reflejan muchas singularidades ignoradas por el gran público. “Es una lectura que nos lleva más allá de las piedras, no es una guía convencional de arquitectura”, promete la historiadora y catedrática bilbaina que escribe la narración.
¿Distinguimos el papel desempeñado por edificios civiles que formaron parte de la revolución de los transportes de la villa o de la educación? ¿Conocemos el sentido histórico-artístico de la ornamentación en fachada de edificios a los que se califica de emblemáticos? ¿Se identifican los nombres de arquitectos señeros del siglo pasado que hicieron ciudad? Estas son algunas de las cuestiones que plantea la catedrática de historia en relación a una ciudad que, como dice, “lleva décadas generando interrogantes, reacciones y estereotipos”. María Jesús Cava, ahondando en su faceta investigadora, arroja luz sobre edificios que forman parte de la cotidianidad urbana de los bilbainos con una pulcra documentación académica. “Lo que el libro ha pretendido no es contradecir ni enmendar a los amateurs de la historia, sino demostrar que se puede investigar, narrar y publicar sobre historia de forma amena”, afirma convencida.
Y a juzgar por la trayectoria de la publicación, el objetivo se está cumpliendo con creces. Tras el lanzamiento de la obra a finales del año pasado, Ediciones Beta sacará próximamente una segunda edición. Parte de ese éxito radica en el empeño por que la historia material y humana de la villa pase a un primer plano. “Más allá del preciosismo de la imagen, había un mensaje: entender cómo fuimos, cómo somos”, indica la catedrática emérita de la Universidad de Deusto sobre el tomo que recoge desde las casas de la Unión Begoñesa, hasta el Edificio de La Bolsa, pasando por La Sociedad Bilbaina o el Puente de Deusto. “A través de la selección, el libro busca no solo documentar las obras, sino ofrecer una reflexión profunda sobre el impacto en la vida cotidiana de los ciudadanos”, resume la investigadora, que considera que “Bilbao ha recibido una herencia de siglos atrás que obliga a resolver qué patrimonio queremos dejar a las generaciones que vendrán, y para quienes ‘ser de Bilbao’ no debería sonar a tópico o chascarrillo”.
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Ayuntamiento de Bilbao Elena Ciordia
Algunos edificios
Desde las coloridas y características casas inglesas de Irala a los palacios con tintes burgueses ribereños. “La fascinación por lo inglés en Bilbao es palpable en infinidad de cuestiones de cultura material”, asevera la catedrática cuando habla del Palacio Olabarri, edificado en la zona que hoy se conoce como Campo Volantín, donde desde finales del siglo XIX se alinearon una serie de palacetes y villas señoriales rodeadas de jardines frente a un frondoso bulevar a lo largo de la ribera derecha del Nervión. El inmueble, uno de los más representativas de Julián Zubizarreta, llegó a contar con 37 criados, revela Cava, entre otras curiosidades, en relación al edificio que acogerá un hotel de lujo tras ser vendido en 2023 por más de 10,47 millones de euros a una cadena navarra.
En esa corriente de inspiración inglesa se contextualiza también Ciudad Jardín, nacida tras la tendencia iniciada por el arquitecto Ebenezer Howard, estenógrafo del parlamento británico que mostró un enorme interés por los problemas sociales y propuso la creación de ciudades pequeñas. En Bilbao, fue en 1922 cuando Pedro Ispizua presentó el proyecto para la construcción de una ciudad jardín bilbaina, en el ámbito de un concurso que compitió con nueve propuestas más. Aunque se concibieron como casas baratas, los costes fueron creciendo y se situaron entre las 16.000 y las 23.000 pesetas de la época.
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Ciudad Jardín Elena Ciordia
El libro también repasa la historia de la casa consistorial, abierta el 17 de abril de 1892, la cuarta de Bilbao desde su fundación. En más de un siglo de historial apenas han cambiado tres elementos del “poderoso” edificio: el salón de recepciones, el salón de plenos y el vestíbulo y cuerpo de escaleras. Son tres indicadores del eclécticismo imperante en la época, porque el salón de recepciones, conocido más bien como Salón Árabe, se resuelve en estilo neomudejar –“uno de los mejores ejemplos en el Estado español”, y con un toque hasta cierto punto de “snobismo exótico”–, mientras que las otras dos piezas se ejecutan en neorrenacentismo.
El viaje al pasado de Bilbao y la arquitectura urbana también se hace a través de los lavaderos de Castaños (1908) y San Mamés (1908), que retrotraen a una época en la que la higiene adquirió gran importancia para evitar la propagación de enfermedades como el cólera, que en 1855 provocó una mortalidad “extraordinaria” en Bilbao. Los edificios también han sido testigos de otro calamidades que provocan su destrucción, como la sufrida por el Teatro Campos Elíseos, el edificio de art nouveau más “espectacular” que tiene Bilbao. Fue inaugurado en 1902, pero en 1978 se produjo una explosión en el patio de butacas como consecuencia de una bomba de ETA que destruyó gran parte del inmueble.
Muchos aciertos
“En la variedad de la estructura narrativa del libro, que no solo va desde una topografía que pretende abarcar todos los libros, también pretende demostrar que todos esos procesos en los que a veces se ha hecho un lectura derrotista, ha habido muchísimos aciertos reconocibles, como el Guggenheim o el puente de Calatrava”, enumera María Jesús Cava, quien destaca la mano de arquitectos como Atanasio de Anduiza o Severino Achúcarro. Su narración también ofrece un espacio destacados a la Casa Cuna de San Antonio o el actual Azkuna Zentroa –históricamente la Alhóndiga–, ligados al ilustre arquitecto Ricardo Bastida.
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Edificio Aviación y Comercio y Edificio de la Naviera Aznar Elena Ciordia
Más allá de construcciones a la vista de cualquiera, la historiadora también ahonda en elementos independientes como la estatua que corona el Edificio El Tigre, diseñado por Pedro Ispizua y llamado así por albergar una escultura de nueve metros de longitud y “un verismo en su composición que apabulla”. El tigre fue restaurado en 2017 debido a las fisuras que manifestaba. La escultura de la Minerva bilbaina, que lleva cubierto el pecho, con la égida, el casco y el escudo, ubicada en el edificio del Instituto Miguel Unamuno desde 1926 es otro ejemplo de la atención al detalle. Esta figura, además, no tiene muy lejos a su gemela, en el Banco Santander, donde se colocó de la mano del escultor santurtziarra Ricardo Iñurria.
El libro incluye también el Rascacielos de Bailén, el primer edificio en altura construido en 1939. “Ostenta históricamente el mérito de aproximarse a un ejercicio de construcción en altura como torre”, relata Cava sobre el inmueble de estilo racionalista. Varias décadas después ese ejercicio fue llevado a lo máximo, con un edificio como la Torre Iberdrola, el inmueble más alto del norte del Estado –alcanza un altura de 165 metros, distribuidos en 41 plantas y suma una superficie de más de 50.000 metros cuadrados–, diseñado por el arquitecto César Pelli. Los colosos urbanos del siglo XXI también dejan espacio a los pocos vestigios que quedan del siglo XV en la ciudad, como el convento de La Encarnación, de 1523, unas instalaciones que se emplazaron fuera del recinto amurallado que aún existía en Bilbao. “Es lamentable que de la época medieval se haya conservado tan poco en Bilbao. Es una ciudad que a lo largo de la historia sufrió numerosos incidentes. Bilbao se quema, sufre aguaduchos… hay restos de ello en el Casco Viejo”, zanja Cava.
«Bilbao y la arquitectura urbana»
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Distrito a distrito, barrio a barrio, este libro selecciona imágenes muy representativas del patrimonio material de Bilbao. Acuarela y narrativa histórica se unen para ofrecer un libro inusual, ya que a través de diversos edificios de épocas distintas se subraya la evolución compositiva de la trama urbana de la villa, se analizan estilos, funcionalidad y valor artístico.
Pero también quedan destacados trama económico-social, rasgos culturales, personajes, actores de la modernización, y una enorme voluntad de innovar. Característica que en la historia de la capital vizcaína es proverbial.
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Este trabajo de la historiadora María Jesús Cava y de la pintora Elena Ciordia ofrece un repertorio arquitectónico cuya originalidad consiste en aportar al relato un diálogo innovador sobre la ciudad, estética e históricamente, dado el desconocimiento sobre la relevancia de diversos edificios singulares del conjunto urbano de Bilbao, y dado el interés que despiertan.
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