Artículo publicado en El Correo (14/07/2025)

En el ‘Retrato de Juventud’ que ha presentado esta semana el Gobierno vasco se vuelve a ver cómo la seguridad es el marco de referencia que articula y limita los sueños de una generación. Cuando preguntan a los jóvenes por los aspectos y características más importantes y valoradas de un puesto de trabajo, en primer lugar aparece la estabilidad y la seguridad laboral. Por encima del salario, el horario o el propósito y la utilidad para la sociedad de la tarea desarrollada. Factores que también se tienen en cuenta en otros estudios recientes que se han hecho sobre la juventud vasca, que también incluyen la posibilidad de teletrabajar o las facilidades para la conciliación.
Cuando se habla de protección frente a la incertidumbre global, hablamos por ejemplo de la guerra comercial que acompaña la presidencia de Donald Trump y que hace que nos acostumbremos a utilizar la palabra escudo para proteger nuestra industria y que los jóvenes puedan seguir trabajando o aspirando a trabajar en el territorio. Y que se cree un grupo de defensa industrial. Escudos y defensas que buscan la seguridad que demandan los jóvenes.
Esta semana se va a hablar del traspaso de competencias de otra seguridad muy importante para los jóvenes: la Seguridad Social, una de las transferencias pendientes planteadas por el nuevo Ejecutivo a principios de legislatura. Aunque se argumente con más énfasis el autogobierno, lo que realmente representan es más seguridad para el refugio democrático de nuestras familias. Porque entre las prestaciones no contributivas que se traspasarán se encuentran la asignación económica por hijo o menor acogido a cargo de familias numerosas, monoparentales y en los casos de madres o padres con discapacidad, la prestación económica por parto o adopción múltiples, y el subsidio por maternidad. Escudo social también para los jóvenes que decidan formar una familia.
Por último, según una encuesta de ‘Future Game’ a jóvenes vascos, la mayoría de ellos cree que es más probable que les roben dinero en los entornos digitales que en la calle, que es más probable que les insulten o les odien en las redes sociales que cuando van paseando por las calles. Hay más jóvenes que se sienten más seguros cuando caminan y viven por las calles que cuando deambulan por internet. Por eso tiene sentido que se hable más de Seguridad en la vida digital que de ciberseguridad, que también es importante, cuando hablamos de los desafíos y retos de seguridad que enfrenta la sociedad vasca. En el espacio de las redes se concentran los náufragos digitales que piden auxilio y refugios seguros.
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