Fuente: El Correo (Ed. Bizkaia)
Fecha de publicación: 08/09/25

La noche del pasado 23 de junio hubo un estallido de violencia racista en Hernani. En esta localidad guipuzcoana grupos de jóvenes nativos acabarían en formato turba desorganizada persiguiendo a un joven marroquí causante de una pelea previa. Acorralado y en peligro, el joven se refugió en el ayuntamiento. La Ertzaintza intervino con pelotas de goma, porras y cargas para dispersar a la multitud. Durante el resto de la noche, grupos de jóvenes autóctonos adoptaron el modo cacería contra todo magrebí que se encontraron por las calles. Al menos otros dos jóvenes, completamente ajenos al altercado inicial, serían agredidos. El sistema, las reglas democráticas y el imperio de la ley saltó por los aires. Furia antisistema que desborda la oferta política existente en Euskadi, incluido EH Bildu.
La tarde del pasado 3 de septiembre, la movilización contra el genocidio de Israel en Palestina desbordó las vallas de la democracia en la Gran Vía de Bilbao. Con el objetivo de visibilizar el apoyo al pueblo palestino y mostrar su rechazo a Israel, que cuenta con representación en la carrera a través del equipo Israel Premier Tech, centenares de personas pusieron en riesgo la seguridad de los corredores de La Vuelta por una causa mayor y justa pero a través de medios antisistema. El sistema, las reglas democráticas y el imperio de la ley saltaban por los aires. Furia antisistema que desborda la oferta política y que tampoco está conectada con ningún partido, incluido EH Bildu.
Entre medias, en julio y sin violencia, otro grupo de jóvenes de forma organizada acampaban sin permiso en la plaza de la Virgen Blanca de Vitoria. Cerca de un centenar de jóvenes vinculados al Movimiento Socialista en Euskadi se concentraron para denunciar el bloqueo a la participación de GKS y del Etxebizitza Sindikatua en el espacio autogestionado de las txosnas. La penetración e influencia de esta organización entre la ‘generación Z’ vasca cada vez es más evidente. Critican los esquemas organizativos y de principios que reproducen los partidos burgueses y tienen como objetivo abrir un nuevo ciclo político revolucionario con el comunismo como bandera. Protestas antisistema que desbordan la actual oferta política, incluido evidentemente EH Bildu.
Creo que el clima del próximo curso político en Euskadi dependerá en gran medida de la estrategia que utilice el principal partido de la oposición, EH Bildu, para alcanzar el poder. Hasta ahora ha elegido presentarse ante la sociedad vasca como el campeón de la institucionalización, cooperador y constructor de políticas dentro del sistema y buscando a través de la desmovilización llegar al Gobierno vasco por el carril central. Desde la pandemia, el contexto global, político, económico y social marcado por la inseguridad está generando espacios antisistema sin representar que no cuentan con un referente político claro. El principal partido de la oposición vasco puede inclinarse a introducir elementos antisistema para romper su techo con el riesgo de activar en su contra a los votantes desmovilizados de sus adversarios políticos o seguir por el carril central con el peligro de que ocupen ese espacio otras ofertas políticas antisistema que incluyen toda la escala ideológica de izquierda a derecha y que coinciden en su desprecio a la democracia representativa.
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