Artículo publicado en El Diario Vasco (14/02/2023)
A finales de enero salió un artículo en El País que cargaba contra -lo que llamaba- la política sectorial empleada por algunas ciudades grandes en España. Lo que entendía por “política sectorial” se asemeja a lo que en Euskadi viene a ser la “estrategia de especialización inteligente” o en Europa la “Smart Specialization Strategy”: que los territorios se tienen que especializar en actividades económicas para las que cuentan con bases fuertes y diferenciales. Normalmente se aplica a nivel de regiones (o NUTS 2), pero también se puede aplicar a nivel de ciudad.
El artículo de El País repasaba los criterios para diseñar una buena política sectorial y para escoger los sectores a promocionar. Argumentaba que tales sectores deben ofrecer varias de las siguientes características: baja oferta preexistente, generación de empleo de calidad, ingresos fiscales, efectos de arrastre, alta productividad y capacidad de innovación.
El artículo en cuestión utilizaba estos criterios para argumentar que las políticas de fomento de la hostelería y el turismo en ciudades como Madrid, Barcelona y Sevilla eran equivocadas.
Al leer el artículo pensé en el proyecto As-Fabrik, en el cual había participado en los últimos años y que apoyaba la ambición de Bilbao de convertirse en un hotspot para proveedores de Knowledge-Intensive Business Services (KIBS, o servicios intensivos en conocimiento) destinados a empresas del sector manufacturero y prepararlas para entrar en la era Industria 4.0.
Salvo el primer criterio (baja oferta preexistente), del que se puede hacer una doble lectura, el sector KIBS cumple -en el caso de Bilbao- con los demás criterios.
¿Por qué pongo en duda si Bilbao cumple o no con el primer criterio? Por un lado, Bilbao ya es el epicentro de los KIBS dentro del País Vasco y un alto porcentaje del empleo en la ciudad corre a cargo de este sector (para más detalle, lean este trabajo muy completo de mis colegas Miren Estensoro, Mikel Albizu, Asier Murciego y Carla Peletier). Por otro lado, si hacemos un desglose de los KIBS en diferentes ramas, podemos distinguir entre:
- C-KIBS: servicios intensivos en conocimientos creativos (servicios de marketing y publicidad, estudios de mercado, servicios audiovisuales, gaming, diseño gráfico),
- P-KIBS: servicios intensivos en conocimiento de profesiones tradicionales (servicios en apoyo a la gestión empresarial, administración de sedes, contabilidad, actividades jurídicas, operaciones comerciales, propiedad intelectual),
- T-KIBS: servicios intensivos en conocimiento tecnológico (servicios informáticos: programación, desarrollo de software, actividades de I+D, servicios de ingeniería, ensayos y diseños técnicos, así como servicios basados en nuevas tecnologías como Manufacturing Execution Systems, procesos de machine learning, robótica, impresión 3D, inteligencia artificial, sistemas de simulación virtual, realidad aumentada, gemelos digitales),
y resulta que Bilbao alberga sobre todo proveedores de C-KIBS y P-KIBS. Y estos KIBS venden más al sector servicios que al sector industrial. En una ciudad como Bilbao, que tiene una típica economía urbana que es altamente terciarizada, esto genera un bucle, con lo cual en Bilbao el sector KIBS y su oferta y demanda son en larga medida un fenómeno urbano. Por el contrario, dada que la ubicación de los T-KIBS se rige también por la cercanía a su público objetivo (la industria) y el hecho de que esta se encuentra más en el interior de Euskadi, los T-KIBS no se concentran tanto en Bilbao. En general, muestran una menor concentración en las ciudades y una mayor proximidad a la actividad manufacturera en entornos no urbanos.
Una ciudad como Bilbao es consciente de ello y uno de sus retos -si quiere ser un pivote para T-KIBS- es acercarse a la industria que se encuentra en el Hinterland, o vice versa (atraer actividades industriales a su suelo, como apunté en el post anterior). A priori esto parece una tarea alcanzable para T-KIBS que benefician más de economías de escala/estandarización y ventajas de aglomeración que de proximidad, interacción y customización con los usuarios. En otras palabras: servicios tecnológicos que devienen esenciales a la vez que corrientes (que son objeto de “mainstreaming”) para empresas industriales, sin que tenga sentido que estas empresas los desarrollan in-house. Típicamente, estos servicios se pueden suministrar desde la semi-proximidad, poniendo al centro urbano más cercano con ventajas de aglomeración en pole position. Ahora bien, habría que aspirar a más porque un riesgo que se puede producir cuando una empresa o un lugar se perfila como proveedor de servicios del mainstream, es que esto no da una base para diferenciarse. Sera capaz de servir a clientes dentro de su zona de influencia, pero difícilmente captará mercado a más distancia. Además, complicaría que el sector (T-)KIBS se desarrolla como una fuerza en sí.
Dentro de este contexto, un territorio que muestra una imagen inversa es el complejo de ingenierías más estudios de diseño técnico y modelling para automoción alrededor de Torino (Piemonte, Norte de Italia). En un radio de pocos kilómetros encuentras a Bertone, Italdesign-Giugaro, Pininfarina y GFG Style, y en su estela múltiples empresas que se ocupan de conceptualizar, rendering, styling, prototipar, crear y ensayar partes de carrocería, interiores, instrumentos, coches enteros y soluciones de movilidad. Y aunque este conjunto surgió allí gracias, entre otros, a la presencia de clientes exigentes locales (sobre todo los fabricantes de coches de alta gama), si hoy en día FIAT, Maserati y otros fabricantes finales de equipamiento (OEMs) cerrasen sus puertas en el Norte de Italia, estos “KIBS automotrices” seguirían allí tan vivamente. ¿Por qué? Porque su cartera de clientes es completamente internacional y no dependen de las ventas locales. Para hacer un símil con nuestro entorno: son como tantas empresas industriales vascas que obtienen el 80% o más de su facturación por ventas en el extranjero.
Aquí está el reto para el sector KIBS en el País Vasco y por extensión en Bilbao: ¡que surjan empresas KIBS que exporten a gran escala! Porque ahora mismo el porcentaje de la facturación que los KIBS vascos obtienen por ventas a clientes extranjeros es muy reducido, y con unas pocas empresas que concentran el grueso de este comercio exterior. Cambiar esta situación es primordial para que una ciudad como Bilbao pueda ejercer verdaderamente como un hub y puente para los KIBS, tanto en sentido geográfico (para oferta y demanda local + internacional) como sectorial (entre proveedores de KIBS y clientes industriales: sean del sector manufacturero o -como no, dada la ubicación y las actividades económicas dentro del Gran Bilbao- de energía y marítimo/off-shore).
Leave a Reply