En muchos planes que hacemos las personas, las empresas y las organizaciones, en el fondo, renunciamos a decidir sobre el futuro, y los construimos por simple extrapolación del pasado.
Artículo publicado en Empresa XXI (15/09/2023)
Decía Ortega y Gasset que “Somos futurición”. Salvo que hayas estudiado filosofía o teología, lo normal es que esta palabra no te suene demasiado… Aunque lo cierto es que sí puedes encontrarla en el diccionario de la Real Academia (desapareció en 1783, pero la repescaron en 1970). La acepción que recoge es “Condición de estar orientado o proyectado hacia el futuro, como la vida humana”. La verdad, me gusta más la definición en inglés de “futurition” en el Webster Dictionary de 1913: “The state of being future”
Profundizando en la idea, te dejo otra cita, también de Ortega, en la que amplía su idea: “La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser”.
Este filósofo madrileño (que, por cierto, pasó por Deusto en su etapa universitaria, y eligió Zumaia para volver del exilio, junto a su amigo Zuloaga), dedicó muchos de sus escritos al tema del futuro. A las personas nos define sobre todo la forma en la que decidimos lo que vamos a hacer, ya sea en los siguientes minutos, o en los siguientes años. Sobre el pasado poco podemos decidir o cambiar, y el presente, por tanto, se convierte en una antesala de lo que viene después. Nuestras decisiones y acciones nos preparan, en esencia, para entrar en el futuro.
Para Ortega no había duda de que no todos los futuros son posibles, pero también le parecía evidente que no está todo escrito, y que nuestra voluntad tiene grados de libertad que podemos utilizar. Otra cita suya que me gusta mucho, como montañero que soy: “En cada paso que damos en la vida, pisamos cien senderos distintos”.
Y por eso me gustan tanto también estos días de inicio de curso. El recuerdo próximo de las vacaciones, se junta con el momento en el que las rutinas y compromisos no nos han atrapado del todo todavía. Momentos privilegiados en que podemos hacernos más conscientes de que llevamos el timón en nuestras manos, y no somos simples esclavos del viento, de las olas y las mareas.
Claro que la rutina, la inercia, son fuerzas formidables. En realidad, es una defensa que nosotros mismos construimos porque la incertidumbre y el riesgo de los cien caminos que pisamos en cada paso nos puede llegar a paralizar, así que tratamos de reducirlos a un solo camino y, a poder ser, un camino que ya hayamos trillado.
En muchos planes que hacemos las personas, las empresas y las organizaciones, en el fondo, renunciamos a decidir sobre el futuro, y los construimos por simple extrapolación del pasado. Es la misma idea: nos protegemos de la incertidumbre haciendo planes, construyendo mapas mentales sobre quién somos y cómo pensamos que será nuestro futuro que, en gran medida, reproducen lo que hemos sido y lo que ha sido nuestro pasado.
Y lo que ocurre es que el futuro siempre nos sorprende, siempre trae cosas nuevas que se van entrelazando con las que vienen del pasado. Por eso es importante no atarse demasiado a las rutinas, a los planes, a los mapas mentales, y mantener una cierta agilidad para decidir qué camino vamos a seguir (de entre los cien que pisamos en cada paso). Ya os he hablado alguna vez del concepto de “estrategia emergente” (que es como Mintzberg llama a “improvisar sobre la marcha”).
Podemos aprender en esto de los niños. No les ha dado tiempo a hacer planes o crear rutinas, así que un día están entusiasmados con la idea de hacerse astronautas y pasar su vida en las estrellas, y al día siguiente deciden que prefieren ser biólogos marinos y bucear en las profundidades del mar.
Antes de que te atrapen del todo de nuevo las rutinas, compromisos y planes de este nuevo curso que se abre ante ti, deberías dedicar un ratillo a pensar cuáles de tus mapas mentales se están quedando oxidados. Está muy bien fantasear sobre ello en verano en agosto, pero es más eficaz cambiar de costumbres en septiembre, abrir la puerta a nuevos planes, conocer nuevas personas, abrir nuevas rutas…
Disfruta un poco de ser futurición: “the state of being future”.
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