Artículo publicado en The Conversation (09/11/2023) | Escrito en colaboración con Pedro Cesar Martínez Morán (Universidad Pontificia Comillas).
No hay mejor teoría que una buena práctica. En el mundo académico intentamos preparar a los estudiantes para que puedan desempeñar un buen trabajo en el futuro. Una educación integral que les permita adaptarse y ser polivalentes y asumir que van a tener que formarse a lo largo de la vida.
Sin embargo, en no pocas ocasiones se comenta que la universidad no prepara a los jóvenes para las empresas, que la formación recibida no atiende a las necesidades reales del mercado. El anhelo de relacionar teoría con práctica ejerce presión en los estudios universitarios. Existen muchas disciplinas cuyo significado quedaría huérfano si no hubiera una inmersión en la realidad empresarial.
En Europa, los programas de prácticas laborales tienen amplio respaldo por parte de los jóvenes. Cuatro de cada cinco afirma haber participado en prácticas laborales. E incluso un 21 % se atreve a utilizar este medio de aproximación laboral fuera de su país, frente al 9 % de hace diez años.
Las ventajas de hacer prácticas laborales
Mientras que los profesores nutren de conocimientos, actitudes y comportamientos a los estudiantes, el tutor de prácticas canaliza los conocimientos y las habilidades hacia el entorno laboral.
Al mismo tiempo, las prácticas laborales constituyen una oportunidad para el estudiante: entran en contacto con la realidad de la empresa, consolidan y desarrollan nuevos aprendizajes, surgen oportunidades de nuevos contactos profesionales, eliminan cierto miedo al desconocimiento del entorno laboral y a que no se vean capaces de hacer el trabajo encomendado.
Para la empresa resulta una magnifica opción para captar nuevos empleados. No hay que olvidar que algunos estudios señalan que el 85 % de los nuevos contratados han sido reclutados o siguen en la empresa de su práctica.
¿Cómo encontrar prácticas laborales “de lo nuestro”?
El acceso a las prácticas laborales no resulta un camino fácil. La dificultad para acceder a los portales de prácticas, la falta de información clara y transparente sobre las funciones, horarios y condiciones económicas del contratado en prácticas o la falta de conexión entre los contenidos formativos y el desempeño real suponen las principales barreras que se encuentran los postulantes a esa figura.
Para enfrentarse a estas dificultades y tener éxito en la búsqueda de las prácticas laborales ideales para nuestro particular objetivo profesional, conviene:
- Reflexionar sobre el sector, tipo de empresa y funciones a realizar durante las prácticas. Es una forma de conocer el lugar en el que vamos a desarrollar nuestro trabajo y mentalizarnos para ello.
- Listar capacidades, habilidades y mejores destrezas. Conocerse bien es lo que permite crecer personal y profesionalmente.
- Diseñar y escribir un buen currículum. Y mantenerlo actualizado. Hay que reordenar las ideas y plasmarlas en un papel, de manera que resulte atractivo. Es nuestra tarjeta de presentación para el mundo empresarial.
- Actualizar el perfil de las redes sociales o buscadores de empleo utilizados. Activar alertas de los puestos y empresas que nos interesen.
- Velar por dejar una óptima huella digital. Evitar fotos y archivos del pasado que nos pueda dañar la reputación de cara a un futuro. Cuidar lo que hay en la red sobre uno mismo.
- Explotar la red de contactos. Algunas publicaciones establecen que el 81 % de los buscadores de empleo encuentra su trabajo a través de la red de contactos. Utiliza la red y no desestimes su importancia.
- Poner el máximo esmero en la contestación a la vacante elegida. Hay que molestarse en hacerlo bien y causar la mejor impresión.
- Preparar la entrevista con la empresa a la que se ha enviado la candidatura. El experto estadounidense Peter Senge decía: “Si tuviera nueve horas para cortar un árbol, pasaría seis horas afilando mi sierra”.
- Hacer un seguimiento preciso de las solicitudes a las que se ha optado. No dejar en el olvido el esfuerzo. Realizar un seguimiento mediante un correo o una llamada interesándose por el proceso.
- Mantener una actitud positiva durante todo el proceso. Hay que tener en cuenta que esto no es una carrera de velocidad, sino de larga distancia. Mantener el ánimo y no decaer es una parte fundamental del proceso.
El potencial de aprendizaje de las prácticas laborales
La realización de prácticas laborales permite incrementar la formación de los estudiantes. Ayuda a incorporar nuevas habilidades, facilita el contacto con profesionales del sector y genera hábitos de trabajo en equipo. Se descubren interacciones nuevas y se empieza a mirar el tiempo de otra manera, se aprovecha más.
La empresa tiene la opción de elegir talento para incorporar, temporalmente, a su compañía. Se responsabiliza del crecimiento del joven o la joven en prácticas y le debe dar oportunidad de mostrar todo su potencial. El feedback del tutor se convertirá en fuente de mejora profesional constante.
Las prácticas laborales no sustituyen al trabajo remunerado, aunque tengan una compensación económica. Tampoco tienen los mismos niveles de exigencia, si bien suponen la antesala para alcanzar un rendimiento óptimo cuando se presenten las condiciones laborales que así lo requieran. En ese momento la responsabilidad, la paciencia y la disciplina serán apoyos cruciales.
Elevar niveles de empleabilidad
En definitiva, las prácticas laborales permiten ampliar los puntos de vista y elevar los niveles de empleabilidad. Cada nuevo proyecto, cada nueva tarea se convierte en una oportunidad de crecimiento personal y profesional. Sin olvidar que se integra a un grupo humano que le ofrecerá también opciones de convivencia y de compartir experiencias nuevas.
Los jóvenes en prácticas deben poner los cinco sentidos al servicio de esta iniciativa. La empresa cuenta con una oportunidad magnífica de incorporar, aunque sea temporalmente, talento generacional que añadirá perspectivas y visiones diferentes al de su plantilla estable. Y cada año ese talento se renovará.
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