La mayoría de la población afirma su vasquidad pero la acompasa con su españolidad. Y el 40% rechaza la independencia
Artículo publicado en El Correo (29/11/2023)
Pedro Sánchez es ya presidente de España, en principio, para otros cuatro años. Al lehendakari Urkullu, cuya labor anoto como sobresaliente, le sucederá previsiblemente Imanol Pradales, que fue mi alumno en Deusto, de primera división, quien me contesta a una felicitación: «Tiempos maravillosos los que he vivido en Deusto, cuando tú eras el decano». Esto me lleva a reflexionar sobre la relación de Euskadi con España. Cuando abordo esta cuestión, y la he tratado muchas veces, recuerdo lo que en cierta ocasión me dijo Jordi Pujol: si le preguntaban si Catalunya era España, respondía que Catalunya era Catalunya… (le veo sonreír pícaramente), y añadía que Catalunya está en España.
Euskadi es Euskadi y está en España y en Francia. Aparco el tema de Iparralde y reflexiono sobre un aspecto que creo central del hecho de estar Euskadi en España. De entrada, en los casi treinta años que recoge el Sociómetro vasco de 2023, se manifiesta y mantiene la prioridad del sentimiento de pertenencia vasco y de manera nítida; pero, ¡cuidado!, más en aquella fórmula que en su identidad incluye la españolidad en la vasquidad que en la que la entiende como «únicamente vasca». Además, otros indicadores muestran que la mayoría de los ciudadanos que se posicionan en el polo de la vasquidad lo hacen en la opción que incluye lo vasco (en primer lugar) y lo español. Con nítida preferencia por lo vasco.
A tenor del Sociómetro, en el polo de la vasquidad se posiciona el 45% de los ciudadanos; el 41% «tanto vasco como español» y el 8% en el espacio de la españolidad. Desde 1995 el sentimiento de pertenencia «únicamente vasco» ha descendido del 31% al 20%, mientras que han aumentado quienes se sienten «más vasco que español» (del 15% al 25%) y los que «tan vasco como español» del 37% al 41%.
Entre los simpatizantes del PNV, el 59% se posiciona en el polo de la vasquidad, el 38% tanto vasco como español y el 2% en el polo de la españolidad. Entre los de EH Bildu, el 90% en el polo de la vasquidad, 8% tanto uno como otro y el 0% en el polo de la españolidad. En los próximos al PSE-EE, el 19% en el polo de la vasquidad, el 65% tanto vasco como español y el 17% en el polo español. De los de Elkarrekin Podemos (EP) el 43% en el polo vasco, el 48% tanto vasco como español y el 14% en el polo español. Entre los del PP, el 2% en el polo vasco, el 63% tanto vasco como español y el 33% español.
Aunque la submuestra de menores de 18 años es solo de 32 personas, es muy clara su tendencia: 58% en el polo vasco, el 38% tanto vasco como español y un 4% en el polo español. A modo de resumen, EH Bildu, el PNV y los menores de 18 años se sitúan en el polo vasco; PSE-EE y EP, tanto vasco como español; solo el PP se coloca en el polo español más que en el vasco, aunque son más los que optan por la fórmula «tanto vascos como españoles».
En resumen: los ciudadanos de Euskadi se sienten en primer lugar vascos, pero no pasa del 20% el porcentaje de los que solamente se sienten vascos, al que hay que añadir otro 25% que siente más vasco que español. Asimismo solo un 8% se siente español (únicamente español el 3% y más español que vasco el 5%). La mayoría se siente vasco y español. Y no debemos dejar de lado la fórmula de decirse tan vasco como español, que escoge el 41% de los encuestados. A partir de aquí ya todo es interpretación, según qué cifras se retengan.
Si comparamos el 45% de los que se ubican en el polo de la vasquidad frente al 8% que lo hacen en el polo español, se interpretará que la mayoría de la población vasca, además de serlo, se posiciona como tal. Pero no podemos olvidar lo que vengo diciendo desde hace años, que aun siendo cierto que, en su sentimiento de pertenencia, los habitantes de la comunidad autónoma se sienten preferentemente vascos, la gran mayoría no lo hacen negando su españolidad sino acompasándola con la vasquidad.
Cuando yo era chaval recuerdo que se decía: «Vasco sí, pero español». Yo prefiero decir «español sí, pero vasco», o como titulo este artículo, para no contraponer necesariamente lo vasco a lo español, «español sí y, de entrada, vasco». Personalmente vivo con un múltiple sentimiento de pertenencia: de Beasain, Gipuzkoa, vasco, español, francés, europeo y ciudadano del mundo. Pero vasco, sobre todo.
Hay otro dato que no debemos olvidar. Ahora la opción de una Euskadi independiente la aprueba el 23% de la población encuestada, otro 30% según las circunstancias y el 40% se manifiesta en desacuerdo. Añadamos que frente a la demanda de independencia, desde 1998, se mantienen en las mismas cifras quienes la aprueban y suben notablemente quienes la rechazan. Cuestión esta a la que no acabo de encontrar respuesta satisfactoria.
Leave a Reply