Abrazar las tecnologías exponenciales creará prosperidad de manera sostenible.
Artículo publicado en El Correo (15/07/2024) | Escrito junto a Maite de Aranzabal, Pedro Luis Uriarte, Belén Frau (Vocales de Zedarriak)
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible van muy retrasados en su cumplimiento y la Inteligencia Artificial (IA)es una forma de acortar la brecha. Aunque más de la mitad de las personas africanas está por debajo del umbral de la pobreza y sin acceso a sistemas de saneamiento, casi todos tienen móvil. Internet y el teléfono inteligente han revolucionado la vida, especialmente en países en donde apenas había líneas telefónicas. Esto no solo responde a la necesidad del ser humano de comunicarse, también es moda, ocio, status social y cultura, desarrollo y empoderamiento de las personas. Y este será el dispositivo utilizado cuando llegue la IA, que será pronto.
El gasto en transmitir esos programas algorítmicos a países pobres y cambiar de idioma es pequeño. La revolución en positivo, enorme. La IA proporcionará información y registros en países donde faltan datos a todos los niveles. La red neuronal convolucional generará estimaciones más frecuentes y detalladas de cuántas personas viven en un lugar determinado, de su situación o de su actividad económica o comercial.
En la práctica, afectará a todos los niveles:
-En la parte del mundo donde la agricultura es la principal actividad productora, la IA medirá el rendimiento de cultivos con precisión, de forma más rápida y barata, indicando el fertilizante o semillas que funcionan. Además podrá encontrar nuevos mercados para sus productos a mejor precio y crear negocios.
-Pronosticará de forma detallada y rápida las catástrofes propiciadas por el cambio climático para enfrentarse a ellas.
-Los algoritmos detallarán mapas para elaborar planes de perforación de pozos más eficientes y herramientas para explotar aguas subterráneas.
-Las ‘app’ y ‘chatbots’ impulsan ya enormemente la educación y facilitan consultas orales sobre créditos, facturaciones o cualquier tipo de transacciones en poblaciones analfabetas.
-Los programas de diagnóstico, tratamiento, interpretación de análisis o radiología permiten que personal sanitario voluntarioso poco capacitado cure más y mejor. Pero la IA precisará bases de datos locales fiables de medicina basada en la evidencia, ahora escasos.
Las bondades de la IA en países de baja renta son ingentes si entrenamos con datos objetivos y neutrales los algoritmos para no generar sesgos racistas o de género, si conseguimos difundir información correcta y si el personal que lo usa es el adecuado. Según el FMI, la eliminación de puestos de trabajo será menor por la escasez de profesionales cualificados; a los no cualificados, la IA solo podría ayudarles a ser más productivos. Por el contrario, como denuncia Amnistia Internacional, la naturaleza invasiva de estas tecnologías puede socavar los derechos humanos si no se regulan bien.
A nivel económico supraestatal, es difícil valorar el poder que podrían llegar a tener gigantes tecnológicos que ya realizan proyectos de expansión de infraestructura muy vastos. Para contrarrestarlo, África debería desarrollar sus propias empresas tecnológicas, siquiera básicas. Una de ellas, dado que es el mayor productor de coltán, sería fabricar dispositivos que servirían de soporte a la IA.
En el plano estatal existe el peligro de que gobiernos autoritarios intenten controlar a su población. La falta de recursos puede, en estos casos, impedir la creación de barreras contra posibles abusos. Por el contrario, la IA podría dotar a la ciudadanía de conocimientos democráticos que cambien la política de las naciones.
Por lo tanto y siguiendo la estructura utilizada en Zedarriak, tenemos delante varios retos: 1. Seguir formando a personas en competencias digitales y en uso ético de internet y de IA.
2. Desarrollar cobertura de internet e infraestructuras especialmente en África. 3. Conseguir que la cesta básica de la compra de cualquier habitante del planeta incluya teléfono inteligente y conexión a internet a costes accesibles. No podemos tener 1.400 millones de ‘pobres digitales’.
4. Urge implementar regulaciones a la IA que supervisen sus actividades y prevengan contra prácticas injustas y abusivas con los países pobres.
Desde Zedarriak, con nuestro informe ‘La oportunidad de las tecnologías exponenciales’ (www.zedarriak.eus), llamamos a Euskadi para que abrace las tecnologías exponenciales sin miedo y lidere esta carrera tecnológica. Pero abogamos también por compartir esta oportunidad con el resto del planeta. Sin dejar de lado los derechos, la economía, la democracia y la paz. Porque solo los países que se posicionen adecuadamente crearán prosperidad de forma sostenible.
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