En fútbol femenino, no hay una única receta para ganar… pero sí patrones que empiezan a emerger. Y lo interesante no es solo qué funciona, sino por qué, cómo y para quién.
Durante años, el análisis táctico del fútbol ha estado dominado por modelos masculinos que asumían una cierta universalidad del juego. Sin embargo, las investigaciones más recientes sobre el rendimiento en fútbol femenino están poniendo sobre la mesa microdimensiones propias, que invitan a construir una mirada diferenciada y más precisa.
Posesión vs. juego directo: una disputa táctica en evolución
Algunos estudios clásicos como el de Althoff et al. (2010), centrado en el Mundial femenino de 2003, señalaban que las selecciones de élite tendían a utilizar un juego más directo, basado en transiciones rápidas y pases largos. Este planteamiento respondía a un contexto táctico muy específico, caracterizado por una menor homogeneidad técnica entre equipos y una clara búsqueda de verticalidad.
Sin embargo, investigaciones más recientes ofrecen resultados distintos. Casal et al. (2020), analizando partidos de la liga española, encontraron que los equipos con mayor posesión de balón y pases combinativos tenían más probabilidades de ganar. En otras palabras, en algunos contextos del fútbol femenino actual, la posesión ya no es solo control, sino también una herramienta ofensiva eficaz.
Esta divergencia entre estudios no es un problema, sino una pista: el fútbol femenino no puede analizarse desde una lógica táctica única. Los estilos de juego varían según el nivel competitivo, la cultura futbolística del país, el perfil de las jugadoras y las características del entorno.
Asistencias intencionales y paradas clave: predictores con perspectiva de género
De Jong (2022) introducen un concepto clave para el análisis diferencial del rendimiento: asistencias intencionales. Se trata de pases realizados con clara intención de generar una ocasión de gol, sin que medien rebotes o desvíos. Este matiz —que suele pasar desapercibido en los modelos tradicionales— emerge como un predictor específico del éxito en el fútbol femenino, junto con otro menos mencionado: las paradas clave de la portera.
¿Por qué importan estos factores?
Porque señalan que la eficacia ofensiva y la solidez defensiva en el fútbol femenino operan con patrones y ritmos distintos. La menor densidad defensiva, las diferencias de calidad entre equipos y las particularidades de la preparación física y técnica hacen que estos indicadores —asistencia y parada decisiva— tengan mayor peso relativo en el desenlace de un partido.
¿Estamos midiendo lo que realmente importa?
La mayoría de los modelos de análisis del rendimiento en fútbol siguen priorizando variables como la posesión global, el número de tiros o la distancia recorrida, sin tener en cuenta los condicionantes de género, cultura táctica o nivel de profesionalización.
Pero el fútbol femenino no es simplemente una «versión» del masculino. Tiene otras cadencias, otros lenguajes tácticos, otras urgencias físicas y emocionales. Y eso exige construir métricas propias que permitan evaluar su complejidad sin reducirla ni invisibilizarla.

Referencias (formato APA):
- Casal, C. A., Maneiro, R., Ardá, T., Losada, J. L., & Rial, A. (2020). Possession and effectiveness in women’s football: Analysis of the Spanish league. International Journal of Performance Analysis in Sport, 20(5), 751–766.
- De Jong, L. M. S. (2022). Technical and tactical determinants of success in elite women’s football (Doctoral dissertation, Deakin University).