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El poder de una palabra en el fútbol femenino: cuando el “¡Vamos!” impulsa más que las piernas

En el entrenamiento de élite, cada detalle cuenta. El tipo de ejercicio, la planificación semanal, la carga física, el descanso, la nutrición. Pero ¿y la voz del entrenador o entrenadora? ¿Y si lo que se dice —cómo se dice, cuándo se dice— tuviera un impacto más profundo del que imaginamos?

Un reciente estudio publicado en Human Movement (Ridwan et al., 2025) aporta evidencia clara y rotunda: el estímulo verbal durante los partidos de gran tamaño no solo mejora el rendimiento físico de las jugadoras, sino también sus niveles de disfrute, estado de ánimo y habilidades técnicas.

No es solo motivación: es ciencia del rendimiento

El equipo de investigación liderado por Ridwan analizó a jugadoras de fútbol femenino en diferentes condiciones de entrenamiento. Compararon grupos con y sin estímulo verbal por parte del cuerpo técnico durante partidos de gran tamaño (large-sided games), observando los efectos en tres dimensiones clave:

  • Condición física: Las jugadoras sometidas a estímulo verbal positivo (expresiones como “¡Vamos!” o “¡Otra vez!”) mejoraron significativamente en pruebas de velocidad (sprint de 20 metros), agilidad (Illinois Agility Test) y resistencia intermitente (Multistage Fitness Test).
  • Aspectos psicológicos: También se observó una mejora clara en el estado de ánimo, el disfrute y la motivación percibida (medida con escalas como PACES y SSA).
  • Desempeño técnico: Al cabo de ocho semanas, las futbolistas que entrenaron con estímulo verbal mostraron avances técnicos superiores al grupo de control.

Este estudio se suma a otros trabajos previos que ya habían identificado el valor de la retroalimentación verbal para promover mejoras en el rendimiento aeróbico, la intensidad percibida del entrenamiento y la conexión emocional con el juego (Khayati et al., 2022).

¿Por qué es tan relevante esto en el fútbol femenino?

Porque en los procesos de entrenamiento femenino, el componente relacional y emocional del entorno importa tanto como la carga física. Las investigaciones muestran que las jugadoras tienden a valorar más el acompañamiento comunicativo del cuerpo técnico, especialmente en contextos de exigencia, como los partidos de preparación o las tareas de alta intensidad.

La comunicación verbal no es simplemente una forma de animar: es una herramienta de regulación del esfuerzo, de canalización emocional y de refuerzo del autoconcepto deportivo. Y esto es especialmente crucial en edades formativas y en procesos de desarrollo del talento.

¿Estamos entrenando solo el juego… o también la manera de vivirlo?

En muchos vestuarios, el estímulo verbal sigue considerándose una cuestión de carisma o estilo personal. Pero a la luz de la evidencia científica, es momento de profesionalizar también la palabra: saber cuándo intervenir, cómo hacerlo, qué decir y con qué objetivo.

Un “¡bien hecho!”, un “¡dale otra vez!” o incluso un “¡tú puedes!” pueden marcar la diferencia entre la frustración y el crecimiento, entre el agotamiento y la resiliencia. Lo que se dice desde la banda no solo construye el juego… también construye a la jugadora.

Referencias

Khayati, A., Baccouch, A., & Ben Saad, H. (2022). Impact of verbal encouragement on mood and physical enjoyment during small-sided games in youth basketball players. International Journal of Sports Psychology, 53(4), 245–258. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2024.1392668

Ridwan, M., Hartoto, S., Kartiko, D. C., Ningsih, Y. F., Kurtoğlu, A., Widiyanto, W. E., … & Setiawan, E. (2025). Effects of verbal coach encouragement during large-sided games on selected physical, psychological and technical performance variables in women’s soccer. Human Movement, 26(2), 110–122. doi: https://doi.
org/10.5114/hm/202465.

¿Poseer o atacar?

En fútbol femenino, no hay una única receta para ganar… pero sí patrones que empiezan a emerger. Y lo interesante no es solo qué funciona, sino por qué, cómo y para quién.

Durante años, el análisis táctico del fútbol ha estado dominado por modelos masculinos que asumían una cierta universalidad del juego. Sin embargo, las investigaciones más recientes sobre el rendimiento en fútbol femenino están poniendo sobre la mesa microdimensiones propias, que invitan a construir una mirada diferenciada y más precisa.

Posesión vs. juego directo: una disputa táctica en evolución

Algunos estudios clásicos como el de Althoff et al. (2010), centrado en el Mundial femenino de 2003, señalaban que las selecciones de élite tendían a utilizar un juego más directo, basado en transiciones rápidas y pases largos. Este planteamiento respondía a un contexto táctico muy específico, caracterizado por una menor homogeneidad técnica entre equipos y una clara búsqueda de verticalidad.

Sin embargo, investigaciones más recientes ofrecen resultados distintos. Casal et al. (2020), analizando partidos de la liga española, encontraron que los equipos con mayor posesión de balón y pases combinativos tenían más probabilidades de ganar. En otras palabras, en algunos contextos del fútbol femenino actual, la posesión ya no es solo control, sino también una herramienta ofensiva eficaz.

Esta divergencia entre estudios no es un problema, sino una pista: el fútbol femenino no puede analizarse desde una lógica táctica única. Los estilos de juego varían según el nivel competitivo, la cultura futbolística del país, el perfil de las jugadoras y las características del entorno.

Asistencias intencionales y paradas clave: predictores con perspectiva de género

De Jong (2022) introducen un concepto clave para el análisis diferencial del rendimiento: asistencias intencionales. Se trata de pases realizados con clara intención de generar una ocasión de gol, sin que medien rebotes o desvíos. Este matiz —que suele pasar desapercibido en los modelos tradicionales— emerge como un predictor específico del éxito en el fútbol femenino, junto con otro menos mencionado: las paradas clave de la portera.

¿Por qué importan estos factores?

Porque señalan que la eficacia ofensiva y la solidez defensiva en el fútbol femenino operan con patrones y ritmos distintos. La menor densidad defensiva, las diferencias de calidad entre equipos y las particularidades de la preparación física y técnica hacen que estos indicadores —asistencia y parada decisiva— tengan mayor peso relativo en el desenlace de un partido.

¿Estamos midiendo lo que realmente importa?

La mayoría de los modelos de análisis del rendimiento en fútbol siguen priorizando variables como la posesión global, el número de tiros o la distancia recorrida, sin tener en cuenta los condicionantes de género, cultura táctica o nivel de profesionalización.

Pero el fútbol femenino no es simplemente una «versión» del masculino. Tiene otras cadencias, otros lenguajes tácticos, otras urgencias físicas y emocionales. Y eso exige construir métricas propias que permitan evaluar su complejidad sin reducirla ni invisibilizarla.

Referencias (formato APA):

  • Casal, C. A., Maneiro, R., Ardá, T., Losada, J. L., & Rial, A. (2020). Possession and effectiveness in women’s football: Analysis of the Spanish league. International Journal of Performance Analysis in Sport, 20(5), 751–766.
  • De Jong, L. M. S. (2022). Technical and tactical determinants of success in elite women’s football (Doctoral dissertation, Deakin University).

¿Estamos acompañando bien a las futbolistas?

El crecimiento del fútbol femenino es incuestionable. En 2023, el Mundial Femenino de la FIFA batió récords de audiencia: más de 2.000 millones de espectadores globales, y 1,4 millones de personas asistieron a los partidos en Australia y Nueva Zelanda. Las ligas nacionales en países como España, Inglaterra o EE. UU. están profesionalizando estructuras, y cada vez más niñas sueñan con llegar a la élite. Pero mientras se transforma el escaparate, las estructuras de acompañamiento psicológico y emocional siguen ancladas en modelos diseñados para hombres.

¿Por qué importa el acompañamiento psicodeportivo?

En psicología del deporte, se reconoce desde hace décadas que el rendimiento no puede entenderse sin el bienestar. Sin embargo, este bienestar está condicionado por variables sociales y de género que rara vez se abordan en los programas estándar.

 Como señalan Stambulova & Wylleman (2019), las trayectorias de las mujeres en el deporte presentan cuatro grandes características diferenciadoras:

  1. Mayor discontinuidad: Las carreras deportivas femeninas suelen estar marcadas por interrupciones, transiciones no lineales, o abandonos temporales relacionados con estudios, maternidad, lesiones o falta de recursos.

Por ejemplo, en una encuesta realizada a 3.500 futbolistas europeas por FIFPRO (2020), el 47% de las jugadoras afirmaron haber considerado dejar el fútbol por falta de condiciones profesionales adecuadas.

  1. Conflictos entre roles sociales: Muchas futbolistas combinan el alto rendimiento con estudios universitarios, trabajos remunerados o tareas de cuidado.

El informe de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE, 2022) muestra que el 63% de las jugadoras de Primera División compaginan su carrera deportiva con otra actividad profesional o formativa.

  1. Acceso desigual a recursos: Las futbolistas tienen menos acceso a psicólogos deportivos, médicos especializados, fisioterapeutas o preparadores físicos de calidad, especialmente en ligas semiprofesionales.

Según el sindicato internacional FIFPRO, solo el 18% de las futbolistas encuestadas cuentan con apoyo psicológico profesional.

  1. Exposición emocional distinta al éxito y al fracaso: Las mujeres deportistas lidian con una presión adicional vinculada a estereotipos de género, inseguridad contractual y falta de reconocimiento.

Estudios como el de Nixdorf et al. (2016) indican que las futbolistas presentan niveles más altos de síntomas depresivos en comparación con sus pares masculinos, especialmente en periodos de transición o lesión.

El error de incluir sin transformar

A menudo se comete el error de pensar que basta con “abrir” los programas existentes a mujeres. Sin embargo, los modelos pensados para trayectorias masculinas no responden a las necesidades reales de las futbolistas. La verdadera inclusión pasa por diseñar modelos específicos, que partan de una comprensión profunda del ciclo vital femenino y de sus condicionantes sociales, culturales y económicos.

Esto implica:

  • Crear espacios de acompañamiento en todas las etapas del ciclo deportivo: iniciación, desarrollo, élite, retirada y transición laboral.
  • Incorporar enfoques interseccionales: no todas las mujeres viven el deporte de la misma manera; las desigualdades se amplifican por clase, raza, orientación sexual, nacionalidad o maternidad.
  • Priorizar una ética del cuidado en la formación de equipos técnicos y profesionales que trabajan con mujeres.

¿Y si el reto no fuera el rendimiento, sino el bienestar?

Acompañar bien no significa solo mejorar el rendimiento en el campo, sino también cuidar las emociones, sostener la motivación y construir una trayectoria sostenible. Y esto, en fútbol femenino, implica repensar muchas cosas: desde la planificación de entrenamientos respetuosa con el ciclo menstrual, hasta el acceso a redes de apoyo durante las lesiones o los embarazos.

Como recuerdan Henriksen et al. (2020), los entornos de desarrollo deportivo exitosos no se centran solo en el talento, sino en la capacidad de acompañar el crecimiento humano de cada persona deportista.

Conclusión: un cambio de cultura

No se trata de “feminizar” el deporte, sino de hacerlo más justo, más humano y más sensible a la experiencia de las mujeres. Apostar por modelos de acompañamiento adaptados no es una moda, es una necesidad ética, sanitaria y profesional.

Porque cuidar el bienestar de las futbolistas no es un lujo, es la base sobre la que puede construirse un fútbol realmente transformador.


Referencias clave:

  • Stambulova, N., & Wylleman, P. (2019). Psychology of athletes’ dual careers: A state-of-the-art critical review of the European discourse. Psychology of Sport and Exercise, 42, 74–88. https://doi.org/10.1016/j.psychsport.2018.11.013
  • FIFPRO (2020). Raising Our Game: Women’s Football Report.
  • AFE (2022). Encuesta sobre la situación de las futbolistas en España.
  • Nixdorf, I., Frank, R., & Beckmann, J. (2016). An explorative study on major stressors and its connection to depression and chronic stress among German elite athletes. Advances in Physical Education, 6(2), 62–70.
  • Henriksen, K., Stambulova, N., & Roessler, K. K. (2020). Holistic ecological approach to talent development environments: A successful case study. Psychology of Sport and Exercise, 47, 101595.

Lesiones de cruzado en el fútbol femenino

Revisión Crítica: Profesionalización del Fútbol Femenino y Entornos Seguros para la Salud de las Jugadoras

A medida que el fútbol femenino se consolida en el ámbito profesional, se celebran avances en visibilidad, inversión y oportunidades para las jugadoras. Sin embargo, bajo esta narrativa de progreso, persiste un desajuste estructural profundo: las exigencias aumentan, pero la atención a la salud, la ciencia aplicada y las condiciones estructurales de seguridad no han evolucionado al mismo ritmo.

Este desbalance no es solo una omisión técnica: es una falla sistémica que compromete la integridad física, emocional y profesional de las futbolistas. Por tanto, hablar de entornos seguros para mujeres en el deporte va mucho más allá del combate al acoso o la violencia; implica también revisar críticamente la deuda científica, médica y organizativa que impacta directamente su bienestar.

Salud y Seguridad: Un Doble Lente para la Profesionalización

El caso emblemático de las lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA) en mujeres futbolistas refleja este problema estructural. A pesar de ser una de las lesiones más frecuentes y devastadoras en el fútbol femenino profesional, su prevención ha recibido poca atención investigativa. La ciencia aún no ha cerrado la brecha sobre por qué las mujeres tienen más riesgo, ni cómo personalizar programas efectivos de prevención y recuperación.

Esta negligencia no es anecdótica: constituye una forma de inseguridad estructural. Si el cuerpo femenino deportista sigue sin ser centro de investigación, si los clubes no priorizan recursos médicos proporcionales al riesgo, y si los calendarios competitivos se endurecen sin protección, entonces el entorno profesional sigue siendo inseguro, aunque haya contratos firmados y transmisiones televisivas.

Garantizar entornos seguros para las mujeres futbolistas implica mucho más que condiciones contractuales o campañas simbólicas. Requiere una transformación profunda de cómo se gestiona su salud, cómo se investiga su cuerpo, y cómo se construye su entorno de rendimiento. El desajuste actual en la profesionalización es una deuda pendiente que afecta no solo el rendimiento, sino el derecho a una carrera deportiva sin daños evitables

Referencias utilizadas

·  Cho, J.-H., & Park, J.-Y. (2024). The importance of preventing and managing anterior cruciate ligament injuries in female soccer players. Iranian Journal of Public Health. https://doi.org/10.18502/ijph.v53i11.16965

·  Shallak, H. S., Abdul Hussein, A. Z., Nouri, A. S., & Al-Diwan, L. H. M. (2025). Evaluating the effectiveness of the rehabilitation program for treating the anterior cruciate ligament (ACL) in team sport athletes (Football – Basketball – Handball). Dirāsāt wa-buḥūṯ al-tarbiyyaẗ al-riyāḍiyyaẗ. https://doi.org/10.55998/jsrse.v35i1.819

·  Fältström, A., Forssblad, M., & Sandon, A. (2025). Young age and return to play increase the likelihood of subsequent ACL reconstruction in football players: Data from the Swedish National Knee Ligament Registry. Knee Surgery, Sports Traumatology, Arthroscopy. https://doi.org/10.1002/ksa.12580

·  Piskin, D., Cobani, G., Lehmann, T., Büchel, D., & Baumeister, J. (2025). Cortical changes associated with an anterior cruciate ligament injury may retrograde skilled kicking in football: preliminary EEG findings. Dental Science Reports. https://doi.org/10.1038/s41598-025-86196-4

Mapa Bibliométrico: Fútbol Y Mujer (2019–2024)

Un mapa bibliométrico no solo organiza el conocimiento existente, sino que actúa como una brújula científica: te dice dónde estás, qué se sabe y hacia dónde podrías ir. Por eso he realizado este mapa que comparto para que podamos orientar nuestra investigación e intervención.

Observando el mapa bibliométrico se puede identificar con claridad cuáles son las áreas más investigadas dentro del corpus de 1.756 artículos sobre fútbol y mujer publicados entre 2019 y 2024, basándonos en el tamaño de los nodos y la densidad de conexiones.

La temática más prominente corresponde al análisis del rendimiento deportivo y la preparación física (clúster verde), que presenta los nodos más grandes y conectados, con términos como performance, exercise, fatigue, demands y reliability. Este predominio revela una fuerte orientación de la literatura hacia el estudio de las cargas de entrenamiento, las respuestas fisiológicas y las herramientas de evaluación del rendimiento en futbolistas. Esta línea de investigación es especialmente visible en publicaciones provenientes de países como España, Reino Unido, Australia y Brasil, donde la producción científica en ciencias del deporte tiene una notable consolidación.

En segundo lugar, se encuentra el clúster rojo, vinculado a temáticas de género y representación del fútbol femenino, que incluye conceptos como gender, women’s football, media, identity y experiences. Este enfoque sociocultural ha sido impulsado en gran parte por investigaciones desarrolladas en Canadá, Estados Unidos, Noruega y Suecia, donde existen agendas institucionales centradas en la equidad de género y la crítica a las representaciones mediáticas. Otras áreas emergentes, aunque con menor volumen relativo, incluyen el estudio de lesiones deportivas y prevención médica (clúster azul), con especial atención en lesiones como la rotura del ligamento cruzado anterior; la biomecánica del entrenamiento (amarillo/naranja), más técnica y focalizada; y finalmente, la investigación sobre salud mental y bienestar psicológico en el deporte femenino (clúster púrpura), aún incipiente pero en crecimiento.

Es en este último punto donde queremos y debemos poner en foco: entornos psicológicamente seguros para mujeres futbolistas, y deportistas en general.

La menstruación: un tabú que aleja a las niñas del fútbol

Uno de los factores menos visibilizados en el abandono deportivo de las niñas durante la adolescencia es la menstruación. Aunque pueda parecer un tema secundario frente a cuestiones como la presión académica o la falta de oportunidades, lo cierto es que el ciclo menstrual representa una barrera importante para muchas adolescentes que practican deporte, especialmente en disciplinas tradicionalmente masculinizadas como el fútbol.

La menstruación sigue siendo un tema silenciado en muchos entornos deportivos juveniles, lo que genera sentimientos de vergüenza, incomodidad y miedo en muchas adolescentes. Uno de los principales temores es manchar el uniforme o sufrir una fuga durante la práctica, lo que influye decisivamente en la decisión de seguir participando en el deporte (Bonals, 2024).

Diversas encuestas reflejan que alrededor del 50% de las adolescentes reduce o evita la actividad física durante su período menstrual por temor a accidentes, dolor o vergüenza (Women in Sport, 2022; PUMA & Modibodi, 2022). Un estudio británico identificó que entre el 70% y el 78% de las chicas que antes se consideraban activas abandonan temporalmente el deporte durante la menstruación (Women in Sport, 2022). Este nivel de abstención revela hasta qué punto la menstruación opera como una barrera estructural: muchas adolescentes prefieren no entrenar ni competir antes que exponerse a sentirse humilladas o incómodas.

La falta de diálogo abierto sobre el tema, junto con la escasez de apoyos prácticos —como productos menstruales accesibles o instalaciones adecuadas—, agrava esta situación. Cuando el entorno deportivo permanece en silencio o minimiza el impacto de la menstruación, muchas niñas interiorizan el mensaje de que esos días no son bienvenidas en el campo de fútbol.

Para retener a las niñas en el deporte, no basta con motivarlas a que sigan; es imprescindible cambiar las condiciones para que ellas se sientan cómodas, seguras y respetadas. Eso implica romper tabúes, adaptar las estructuras y escuchar activamente lo que necesitan para permanecer en el juego.

Referencias

Bonals, L. (2024, 9 de mayo). El 70% de las adolescentes deja el deporte: cambios corporales, la llegada de la regla y espacios masculinizados. El Periódico. https://www.elperiodico.com/es/deporte-femenino/20240509/70-adolescentes-deja-deporte-cambios-102135807

PUMA & Modibodi. (2022). Global survey finds 1 in 2 girls quit sports due to periods [Comunicado de prensa]. BusinessWire. https://www.businesswire.com/news/home/20220920005467/en/

Women in Sport. (2022). Reframing Sport for Teenage Girls: Tackling Teenage Disengagement. Women in Sport UK. https://www.womeninsport.org/research-and-advice/our-publications/reframing-sport-for-teenage-girls/

Repensar el alto rendimiento: bienestar, disfrute y responsabilidad compartida en el deporte femenino

La práctica deportiva de alto rendimiento sigue anclada en un modelo que privilegia el resultado sobre el proceso, y que ha sido históricamente diseñado desde parámetros masculinos. Esto ha implicado que las necesidades específicas de las mujeres deportistas hayan sido, en el mejor de los casos, interpretadas como “particularidades”, y en el peor, completamente invisibilizadas (Donoso, Reina & Álvarez-Sotomayor, 2022).

Imagen: Compartido experiencias con Rakel Mateo, triatleta paraolímpica y Maider Unda, olímpica en lucha libre. #Women´s Sports Day

El problema no es solo que no se considere el bienestar como parte del rendimiento, sino que se ha naturalizado la idea de que el sacrificio, la exigencia extrema y el sufrimiento emocional son peajes inevitables en el camino a la élite. Y en este esquema, el disfrute de la práctica deportiva, entendido como elemento clave de motivación y salud mental, ha sido sistemáticamente desplazado (Poucher, 2021).

Cuando el equilibrio no es una prioridad

Los datos son claros. El 33% de los deportistas de alto rendimiento ha padecido ansiedad o depresión en algún momento de su carrera (Cadena SER Navarra, 2024). Las mujeres, además, enfrentan presiones adicionales: control de peso, imagen corporal, compatibilidad con la maternidad, sexualización, infravaloración profesional… Todo ello impacta en su bienestar, pero sigue sin ocupar un lugar central en las agendas de planificación, acompañamiento o entrenamiento (Sanum, 2024).

El disfrute también cuenta

Poner el foco en el disfrute no significa romantizar el esfuerzo. Significa reconocer que practicar deporte —incluso al máximo nivel— puede y debe ser fuente de realización, placer y sentido. En cambio, seguimos atrapados en un paradigma en el que el rendimiento parece incompatible con el bienestar emocional (Knight et al., 2021). Este desequilibrio empobrece la experiencia deportiva y, paradójicamente, puede terminar afectando también al rendimiento.

Una responsabilidad compartida que interpela a todos

Hablar de entornos seguros y de una práctica deportiva saludable para las mujeres no puede seguir colocándolas únicamente a ellas como protagonistas del cambio. No se trata de que las deportistas aprendan a «gestionar mejor» su estrés o a «conciliar» sus ciclos vitales. Se trata de revisar críticamente qué estructuras, dinámicas y prácticas profesionales estamos sosteniendo los que acompañamos esos procesos: entrenadores, preparadores físicos, personal médico, psicólogos, responsables federativos, académicos.

Nos interpela a todos. Poner el foco en las mujeres deportistas implica también una profunda autocrítica y autoreflexión profesional. No es solo una cuestión de «darles voz», sino de cambiar nuestras propias lógicas de intervención y acompañamiento, que muchas veces reproducen desigualdades y culpabilizan a quienes ya están sobrecargadas (Evans & Pfister, 2021).

Conclusión: cambiar el foco, cambiar el marco

No se trata de añadir “perspectiva de género” como un apéndice en la planificación del alto rendimiento, sino de repensarlo todo desde el principio: desde cómo definimos el éxito deportivo hasta cómo medimos el bienestar. Porque solo cuando el rendimiento y el disfrute se entienden como aliados —y no como opuestos— podemos hablar de un deporte verdaderamente transformador.


Referencias (formato APA)

Cadena SER Navarra. (2024). VII Congreso Deporte y Mujeres “El podio del bienestar. La salud mental en el deporte”. Recuperado de https://cadenaser.com/navarra/2024/11/21/vii-congreso-deporte-y-mujeres-el-podio-del-bienestar-la-salud-mental-en-el-deporte-radio-pamplona/

Donoso, B., Reina, A., & Álvarez-Sotomayor, A. (2022). Mujer y deporte de competición: barreras percibidas para la igualdad. Cultura, Ciencia y Deporte, 17(54), 63-86. https://doi.org/10.12800/ccd.v17i54.1887

Evans, A. B., & Pfister, G. (2021). Women in sport and exercise: Challenges and opportunities. European Journal for Sport and Society, 18(1), 1–10. https://doi.org/10.1080/16138171.2020.1841261

Knight, C. J., Harwood, C. G., & Sellars, P. A. (2021). Supporting adolescent athletes: The role of parents in balancing performance, wellbeing and enjoyment. Psychology of Sport and Exercise, 52, 101825. https://doi.org/10.1016/j.psychsport.2020.101825

Poucher, Z. A., Tamminen, K. A., Caron, J. G., & Sweet, S. N. (2021). Thinking through and designing qualitative research studies: A focused mapping review of sport psychology. Psychology of Sport and Exercise, 52, 101823. https://doi.org/10.1016/j.psychsport.2020.101823

Sanum. (2024). Salud mental y deportistas de élite: revisión bibliográfica. Revista Científica Sanum, 8(2). Recuperado de https://revistacientificasanum.com/vol-8-num-2-abril-2024-salud-mental-y-deportistas-de-elite-revision-bibliografica/

La homosociabilidad permisiva : vestuario femenino como espacio seguro

Frente a los tabús de los vestuarios de futbol masculino, diferentes investigaciones han señalado que existencia de una homosociabilidad permisiva en los equipos femeninos que se se configura como un fenómeno social en el que las relaciones entre mujeres dentro de un entorno deportivo se estructuran bajo dinámicas de convivencia y socialización que facilitan la expresión de identidades de género y orientación sexual diversas. En estos espacios, la proximidad emocional y física, la complicidad y la construcción de lazos afectivos permiten la emergencia de prácticas y vínculos que, aunque no necesariamente se traduzcan en relaciones homosexuales, generan un ambiente en el que estas pueden surgir y ser aceptadas con mayor naturalidad.

A diferencia de otros ámbitos sociales donde las normas de género son más rígidas, los equipos deportivos femeninos ofrecen una estructura en la que la interacción continua, la confianza mutua y la vivencia compartida de desafíos físicos y emocionales generan una cohesión grupal que desdibuja las fronteras tradicionales de la feminidad normativa. En este contexto, la homosociabilidad funciona como un mecanismo que, por un lado, reproduce ciertas lógicas del deporte dominado históricamente por los hombres, y por otro, permite una redefinición de las relaciones entre mujeres basada en el compañerismo y el apoyo mutuo.

Desde un enfoque sociológico, esta homosociabilidad permisiva no solo favorece la posibilidad de experiencias homosexuales dentro de los equipos, sino que también fomenta una mayor apertura a cuestionar las normas de género establecidas. Siguiendo los planteamientos de Becker (1963) y Goffman (1963), puede considerarse que las jugadoras atraviesan una «carrera moral» en la que exploran su identidad en un entorno que, aunque pueda estar marcado por prejuicios externos, les proporciona un espacio seguro para experimentar y resignificar su autopercepción.

Este fenómeno también se ve reforzado por la homofobia presente en el deporte profesional, que limita la visibilidad de las relaciones homosexuales y, paradójicamente, fortalece la creación de espacios cerrados de interacción entre mujeres, donde se desarrollan vínculos afectivos y sexuales sin la vigilancia normativa del exterior. De este modo, la homosociabilidad permisiva en los equipos femeninos no implica necesariamente la homosexualidad de sus integrantes, pero sí permite la existencia de relaciones que desafían las concepciones hegemónicas sobre el género y la sexualidad en el deporte.

En conclusión, la homosociabilidad permisiva en los equipos femeninos representa un modelo alternativo de socialización que, lejos de ajustarse a una dicotomía heterosexual/homosexual, pone de manifiesto la complejidad y fluidez de las identidades y los deseos. Al proporcionar un espacio donde las experiencias personales pueden desarrollarse con menor censura, estos equipos se convierten en escenarios clave para la exploración y resignificación de la identidad de género y la orientación sexual en el ámbito deportivo.

Becker, H. S. (1963). Outsiders: Studies in the Sociology of Deviance. New York: Free Press. https://doi.org/10.4324/9781315129941

Goffman, E. (1963). Stigma: Notes on the Management of Spoiled Identity. Englewood Cliffs, NJ: Prentice-Hall. https://doi.org/10.4324/9780203793343

Mennesson, C. (2000). «Hard Women and Soft Women: The Social Construction of Identities among Female Boxers». International Review for the Sociology of Sport, 35(1), 21-33. https://doi.org/10.1177/101269000035001002

Peretti-Watel, P. (2001). «Neutralization Theory and the Denial of Risk: Some Evidence from Cannabis Use among French Adolescents». British Journal of Sociology, 52(3), 393-512. https://doi.org/10.1080/00071310120071193

Las comparaciones son odiosas: futbol femenino es futbol

La constante comparación entre el fútbol masculino y femenino, generalmente en términos de espectáculo y nivel de juego, responde a una construcción social que ha privilegiado históricamente el deporte masculino y ha desvalorizado el femenino. Este sesgo se traduce en afirmaciones como que el fútbol femenino es “menos vistoso” o de “menor calidad”, a pesar de que su crecimiento en las últimas décadas ha sido innegable. Ejemplo de ello es el reciente partido del Athletic Club Femenino en San Mamés el 18 de enero de 2025, donde 17.698 espectadores asistieron al enfrentamiento contra el FC Barcelona, reflejando un interés creciente por el fútbol femenino (Cadena SER, 2025).

Sin embargo, la diferencia en infraestructura, recursos y visibilidad mediática sigue marcando una brecha significativa. Según Bowes et al. (2021), el fútbol femenino ha enfrentado históricamente barreras económicas y estructurales que limitan su desarrollo, incluyendo la falta de inversión en formación y la desigual distribución de premios y sueldos. Por otro lado, Williams (2020) señala que la escasa cobertura mediática refuerza la idea de que el fútbol femenino es “menos atractivo”, generando un círculo vicioso en el que la falta de visibilidad afecta la percepción pública y, en consecuencia, el acceso a patrocinios y financiación. A pesar de estos obstáculos, la evolución del fútbol femenino demuestra que, cuando se le brinda apoyo adecuado, puede alcanzar altos niveles de competitividad y generar interés masivo, como se vio en el Mundial Femenino de 2023. La comparación con el fútbol masculino ignora estos factores estructurales y opera desde una mirada androcentrista que no reconoce las condiciones de desigualdad que han moldeado la historia del deporte. En lugar de medir ambos deportes con el mismo parámetro, es fundamental reconocer el contexto en el que han evolucionado y las barreras que aún persisten.

Referencias

  • Bowes, A., Culvin, A., Ratna, A., & Oliver, J. (2021). The professionalisation of women’s football: Challenges and opportunities. European Sport Management Quarterly, 21(1), 1-22.
  • Cadena SER. (2025, 18 de enero). San Mamés arropa a las leonas. Recuperado de https://cadenaser.com/euskadi/2025/01/18/san-mames-arropa-a-las-leonas-radio-bilbao
  • Williams, J. (2020). A game for rough girls? A history of women’s football in Britain. Routledge.

¿Pueden las identidades y orientaciones sentirse seguras en un vestuario de Futbol?

La homosexualidad y la bisexualidad continúan siendo temas tabú en el fútbol masculino profesional, donde la cultura machista y la homofobia prevalecen, creando un entorno hostil para los jugadores LGBTQ+. Esta situación se refleja en la escasa representación de futbolistas abiertamente homosexuales; hasta la fecha, solo una decena ha declarado públicamente su orientación sexual (Marrero Santana, 2021). La presión para conformarse a una masculinidad hegemónica y el temor a la discriminación llevan a muchos jugadores a ocultar su identidad sexual, perpetuando el silencio y la invisibilidad en el deporte (Lascialandare, 2020).

Si en el fútbol profesional persiste la ocultación de la orientación sexual, resulta difícil considerar que este espacio sea seguro para el colectivo LGBTQ+. La ausencia de representación refuerza los estigmas y prejuicios, contribuyendo a un ambiente donde la homofobia y la intolerancia prevalecen. Además, la falta de campañas efectivas contra la homofobia en el fútbol, en contraste con las numerosas iniciativas contra el racismo, refuerza este clima de exclusión (Heredia Leal, 2021). Para transformar el fútbol en un espacio inclusivo y seguro, es esencial promover la visibilidad, implementar políticas antidiscriminatorias efectivas y educar a todos los actores involucrados sobre la diversidad y el respeto. Solo mediante un compromiso real con la inclusión se podrá garantizar un entorno donde los jugadores LGBTQ+ no solo sean aceptados, sino plenamente integrados en el deporte.

17 de maio: esporte acolhe e não separa . Combater homofobia é desafio ...

Referencias:

    • Heredia Leal, D. (2021). La espiral del silencio de la homofobia en el mundo del fútbol masculino: El tratamiento mediático de la homosexualidad en el deporte rey [Tesis de grado, Universidad de Sevilla]. Repositorio idUS. https://idus.us.es/handle/11441/133612

    • Marrero Santana, M. R. (2021). La aceptación de la homosexualidad en el fútbol profesional: ¿una asignatura pendiente? [Tesis de grado, Universidad de Granada]. Repositorio Digibug. https://digibug.ugr.es/handle/10481/80159

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