La importancia de la gratitud
¿Sabías que la gratitud es considerada una fortaleza, y que está estrechamente relacionada con las emociones positivas, el optimismo y la percepción de felicidad?
La gratitud es un estado emocional positivo que se experimenta cuando recibes algo de forma desinteresada. No tiene por qué ser algo tangible, también puede ser intangible y sencillo, por ejemplo, sentirse afortunado por poder dar un paseo tranquilo a la mañana o disfrutar de una puesta de sol.
La gratitud se basa, por un lado, en reconocer todo lo que nos han dado, pero también en saber apreciar las pequeñas cosas que forman parte de nuestra vida, cosas o situaciones que la mayoría de las veces las damos por sentadas y que no somos plenamente conscientes de su importancia hasta que nos faltan.
Beneficios de expresar nuestra gratitud
- Pensar con gratitud nos ayuda a descubrir los aspectos positivos de la vida.
- Ser agradecido reduce las emociones negativas.
- Expresar la gratitud refuerza nuestra autoestima.
- La gratitud nos ayuda a afrontar mejor la ansiedad y el estrés.
- La gratitud puede ayudar a fortalecer las relaciones personales con otras personas.
Las personas que practican la gratitud suelen ser personas que afrontan la vida con una actitud más positiva y con mayor capacidad de resiliencia, ya que se centran principalmente en lo bueno que tienen y que les rodea, minimizando de esa manera otras emociones menos positivas como la amargura o la rabia, y aumentando su bienestar.
La gratitud también nos ayuda a crear nuevos vínculos sociales y a fortalecer los que ya tenemos. Cuando practicamos la gratitud expresamos este sentimiento a otras personas, lo que les hace sentirse más felices. Las personas que reciben esa gratitud tienden a desarrollar mayor simpatía y agrado hacia las personas agradecidas.
¿Cómo podemos ser más agradecidos?
En general, no le solemos dar importancia al acto de agradecer y tendemos a centrar nuestra atención en aquellas cosas de las que carecemos, olvidándonos del valor que tiene todo lo que nos rodea.
Para que la gratitud sea posible es necesario que se den tres condiciones:
- Tenemos que dar importancia o valor a lo que tenemos o hemos recibido.
- Se debe percibir aquello que hemos recibido como un regalo, es decir, algo gratuito y desinteresado.
- Es necesario que reconozcamos a quienes lo han hecho posible. Ese reconocimiento también puede ser hacia nosotros mismos por cómo somos, por nuestro esfuerzo y por las cosas que hemos conseguido con ello.
Formas en las que podemos practicar la gratitud
Te proponemos algunos ejercicios con los que puedes empezar a practicar la gratitud.
- Escribir un diario de gratitud. Elige un momento tranquilo del día para poder reflexionar, preferentemente antes de ir a dormir. Piensa en tres o cuatro cosas positivas que te hayan ocurrido durante el día y por las que estés agradecido en ese momento y anótalas en tu diario, de esa forma podrás finalizar el día con una emoción positiva de agradecimiento. Puedes pensar en las personas que te quieren o en las cosas que haces bien para ti o para los demás. No se trata de pensar solo en grandes acontecimientos, pueden ser también cosas sencillas como un mensaje en tu móvil de alguien cercano que te ha hecho sonreír o por recibir un abrazo de alguien querido. Si no tienes tiempo para hacerlo todos los días puedes hacerlo dos o tres veces por semana.
- Tener sentimientos de gratitud. Si no tienes mucho tiempo para escribir un diario de gratitud, otra opción es aprovechar esos tiempos muertos en el transporte público de vuelta a casa para pensar en tres cosas gratas que te hayan pasado. Lo importante es que encuentres un momento tranquilo contigo mismo e iniciar un diálogo interno en el que puedas reconocer todo lo bueno que tienes en la vida. Puede ser una conversación agradable con un compañero de clase, un beso de tu pareja, el poder disfrutar de un momento de relax después de las clases… Es importante que anotes los detalles que has recordado, ya sea en la agenda o en alguna aplicación del móvil como un bloc de notas.
- Expresarle gratitud a una persona. Piensa en una persona a la que tienes que agradecer algo y díselo abiertamente. Es mejor si puedes hacerlo cara a cara, pero si no es posible, hazlo por teléfono. Seguro que tienes a muchas personas a tu alrededor a las que agradecer cosas, empezando por tus padres, hermanos, amigos…
- Carta de gratitud. Escribe una carta a una persona importante para ti por algo que hizo en el pasado, por algo que está haciendo ahora o, simplemente, por el hecho de tenerla en tu vida. Tómate tu tiempo para redactarla, expresando con detalle lo que ha hecho por ti y cómo ha repercutido en tu vida. El mero hecho de escribir la carta tendrá efectos muy positivos para ti, pero si, además entregas esa carta personalmente a la persona que te ha ayudado o se la lees, sin que esa persona se lo espere, observarás la reacción positiva del receptor, recibirás también su agradecimiento y se creará un vínculo especial entre vosotros.
- Paseo de gratitud. Desconecta y sal a la calle para dar un paseo. Pero no será un paseo normal, será un paseo de gratitud. Tendrás que estar muy pendiente de los olores, de los sonidos, de las sensaciones positivas que te lleguen durante el paseo. Puedes agradecer cosas tan sencillas como poder tener ese tiempo para ti, el poder salir a la calle, encontrarte con algún conocido, el calor del sol …
- El bote de los momentos felices. Consiste en guardar en un bote de cristal los objetos que te traigan recuerdos de buenos momentos que hayas vivido durante todo un año, anotando el año en el que ha sido. Pueden ser las entradas de un concierto especial, una piedra o concha de una playa en la que has pasado unas vacaciones inolvidables, la servilleta de papel de un restaurante en el que has cenado… El objetivo es ir llenando el bote y que a final del año revivas esos momentos, recordarlos y agradeciendo haberlos vivido y sentido.
Cada persona debe encontrar la forma más idónea de expresar gratitud o de demostrar su agradecimiento a alguien. Busca la que sea más efectiva para ti.