Entrevista publicada en el Correo (28/10/2022)
Ana Estévez, investigadora y profesora titular del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Deusto, lleva años estudiando el abusivo uso de las nuevas tecnologías entre los más jóvenes. Por eso lanza un aviso a los adultos, que no se cortan delante de los niños.
¿Por qué los jóvenes están cada vez más enganchados al móvil?
La tecnología forma parte de casi todos los procesos de la vida y antes no era así: para pedir una cita médica, para comunicarnos… Pero es importante ver qué hacemos los adultos, cuánto tiempo lo utilizamos. Da la sensación de que los jóvenes aparecen por ciencia infusa. Nos tenemos que dar cuenta de que nosotros, en presencia de niños, estamos continuamente usando la tecnología y, a veces, sin prestar atención a otras cosas.
¿Tienen la culpa los padres por usarlo delante de sus hijos?
Las personas adultas en general. Los jóvenes son más impulsivos y su cerebro se forma hasta los 23 años. Su proceso vital está en pleno desarrollo.
¿Cuándo empieza a ser un problema grave?
Cuando hay interferencia con la vida. Eso significa que afecta a la alimentación, educación, relación con las amistades, la familia… También si oculta que lo utiliza, si miente.
Por la noche muchos críos tampoco lo sueltan.
Hay colegios que advierten que los niños se duermen en clase. Tener el móvil encendido hasta altas horas afecta al proceso de aprendizaje.
¿Deberían los padres quitarles el móvil antes de ir a la cama?
En realidad, todos deberíamos dejarlo en el salón para ir a dormir. Tiene que haber espacios libres de tecnología, que sirvan para pensar. Nos impide pensar en otras cosas.
¿Es bueno castigarles sin teléfono?
No tendría que verse como castigo, sino como oportunidad. Es un tiempo para hacer otras cosas. Muchas veces quedamos con amigos y estamos más pendientes de la conversación del móvil. Eso lo ven los niños.
La pandemia ha afectado.
Sin duda. Lo hemos hecho todo a través de las pantallas. Las tecnologías son sustitutivas de muchas cosas, pero no se puede cambiar un abrazo por un emoticono.
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