Artículo publicado en Empresa XXI (15/04/2023)
Un dilema es algo sencillo. Tienes que elegir entre dos opciones, sin tener claro cuál es la mejor. Un trilema se complica un poco más. Hay tres problemas simultáneos, y si arreglas dos el tercero empeora (el ejemplo más popular de trilema probablemente sea: no puedes tener algo que sea bueno, bonito y barato).
Ese es el escenario que afrontan estos días los Bancos Centrales. Al dilema entre recesión o alta inflación, se ha sumado ahora el del riesgo de que se produzcan nuevos episodios de quiebra de entidades financieras.
Las políticas fiscales parece que van alcanzado ya su techo, y no se puede estirar mucho más esa idea de que las Administraciones pueden endeudarse sin límite para revertir el ciclo económico. Así que quedan las monetarias, y la verdad es que no dan para discursos floridos: subes los tipos, los bajas, o los mantienes.
Hasta ahora la estrategia estaba clara: subir los tipos de interés para conseguir bajar la inflación: una receta clásica. Bastaba con estar atentos a la evolución de la economía, para evitar que quedase tan afectado el crecimiento que llegase a entrar en recesión. Pero de momento parecía que estaba aguantando el tipo, y por eso la decisión estaba clara: seguir subiendo los tipos cada mes, hasta que la inflación llegue al nivel objetivo del 2% anual.
El problema es que a la fiesta se han invitado algunas entidades financieras. Han llegado bastante perjudicadas de la fiesta de tipos bajos de estos últimos años y han avisado que, de seguir subiendo los tipos, lo mismo las que no aguantan son ellas. Se trata de bancos con una combinación peligrosa: bonos a largo plazo a tipos bajos, préstamos con tipos fijos y depósitos de fácil retirada.
Así que ahora los Bancos Centrales tienen que vigilar tres variables: PIB, IPC y NEFPC. El PIB es el que nos dice si la economía crece o está en recesión. El IPC es el que nos resume cuánto están subiendo los precios. El NEFPC me lo acabo de inventar, y representa el Número de Entidades Financieras que Pueden Cascar.
Parece que los americanos son los que andan peor, porque la regulación ha sido más laxa y las exigencias de solvencia menos exigentes. Aunque ya comprobamos con las hipotecas basura que fácilmente los problemas del sector saltan del charco. Te dejo también otra sigla que no me he inventado yo, sino el Fondo Monetario Internacional: los NBFI (Non Bank Financial Institutions). Son entidades financieras, pero no son bancos (fondos de pensiones, aseguradoras, fondos de cobertura…). Como no son bancos, no han tenido el mismo nivel de supervisión, y el problema es que pueden tener el mismo problema de liquidez.
Y por si acaso las cosas estaban poco revueltas, la OPEP ha decidido aplicar medidas que conducirán a una fuerte subida de precios del petróleo y sus derivados, con lo que los precios energéticos volverán a dispararse, y con ello los costes de transporte de todos los demás productos, y la inflación volverá a repuntar.
Tampoco ayudará a controlar los precios el ritmo de crecimiento previsto para las economías emergentes (China e India, en particular). Cuando estos gigantes se ponen a crecer, las materias primas se encarecen en todo el mundo…
Iremos viendo qué hace la FED, y el BCE (ahora presidido por Christine Lagarde), porque cada hito de revisión de estos próximos meses puede llevarse por delante el frágil crecimiento de las economías avanzadas, si empiezan a cascar algunos bancos y NBFIs, y acaban todos contagiados.
En medio de tantos riesgos, el indicador que sigue dando alegrías es el empleo, que resiste contra viento y marea. Mes a mes comprobamos cómo disminuye el número de parados y se incrementa el número de cotizantes, y las empresas siguen avisando de que falta gente para cubrir las necesidades de contratación de estos próximos meses…
Las crisis financieras suelen elegir agosto para darnos sustos (así fue en el caso de las hipotecas subprime en 2007, y en la de deuda soberana en 2012…). A ver si llegamos a septiembre este año sin demasiado susto (el de la factura de las vacaciones de verano, ese viene de serie…).
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