Artículo publicado en El Correo (20/06/2023)
Si nos ponemos las gafas del 23 de julio para interpretar los pactos y los acuerdos que han construido el nuevo mapa municipal en Euskadi y Navarra, el color predominante será el verde Bildu. Y no solo por el número de municipios que tendrán un alcalde o alcaldesa de la izquierda abertzale, 107 en el País Vasco y 39 en Navarra, sino por las posiciones que ha adoptado, los compañeros de viaje y los temas que ha elegido para llegar al poder municipal.
Con las mismas gafas 23-J aplicadas a todo el territorio español, contemplamos que el Partido Popular ha escenificado que su prioridad es gobernar y ha presentado con naturalidad a sus nuevos compañeros de Gobierno autonómico y municipal. Y no solo ha pactado el reparto de cargos públicos con Vox, sino que ha dejado por escrito ya el suficiente número de acuerdos para saber que la ultraderecha va a influir en las políticas que desarrollará el PP de Alberto Núñez Feijóo contra los derechos de las mujeres, contra la lucha para mitigar la crisis climática, contra el plurilingüismo o contra la acogida de migrantes y las políticas LGTBI.
Demasiadas líneas rojas pisoteadas para que no sea exagerado decir que la decisión de los populares coloca a este partido del lado de los que ponen en peligro la convivencia democrática. El portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados y candidato para las elecciones del 23-J, Aitor Esteban, nos alertaba la pasada semana de que Núñez Feijóo había traspasado una línea roja con estos pactos, contribuyendo a normalizar a la ultraderecha y demostrando que no era un político moderado.
El presidente del Gobierno y candidato del PSOE para las elecciones, Pedro Sánchez, declaraba este domingo que hay algo «mucho más peligroso que Vox, y es que los populares asuman sus políticas». Estas declaraciones contundentes no han impedido que este Partido Popular tan «peligroso» haya sido decisivo para que el PNV y el PSE hayan conseguido las importantes alcaldías de Durango y Vitoria, por ejemplo. En Pamplona, el Partido Socialista de Navarra ha priorizado el veto a EH Bildu y ha permitido que UPN, que gobernará en San Adrián gracias al único concejal de Vox de Navarra, se haga con la Alcaldía.
El PSOE no está cómodo con el bloque progresista. Tampoco el PNV, que está dejando en Euskadi que sea EH Bildu el que rentabilice las políticas sociales que han desarrollado en la última legislatura juntos y el rechazo que provoca Vox y sus posiciones políticas en la ciudadanía vasca. Por eso las gafas del 23-J parecen potenciar aún más el verde Bildu que colorea la mayoría del poder municipal en Euskadi y Navarra.
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