Artículo publicado en Empresa XXI (01/04/2024)
Implantar medidas ESG de forma cosmética para cumplir con la regulación, o porque ahora se ha puesto de moda, es un error.
Te sonará igual «Sentido y Sensibilidad», una conocida novela de Jane Austen escrita en 1811. Fue llevada al cine en 1995, Emma Thompson se llevó el Óscar al mejor guion adaptado.
En el título, «Sentido» se refiere a la racionalidad, la prudencia y el autocontrol emocional de una de las protagonistas, Elinor Dashwood. Reservada y práctica, muestra un sentido agudo de la responsabilidad y el deber, de la importancia de tomar decisiones basadas en la razón. «Sensibilidad» se refiere a la pasión, la emotividad y la intensidad emocional de su hermana Marianne, que es impulsiva y romántica.
La importancia de encontrar un equilibrio entre la razón y la emoción en la vida y en el amor es un tema recurrente en la obra de Austen, sobre el que podríamos conversar largo y tendido, y también debatir sobre las dosis adecuadas de ambos ingredientes en el ámbito de las decisiones profesionales me parece que tiene su recorrido.
Pero este artículo no se refiere a ninguno de estos sugerentes dilemas, porque ya te habrás fijado que he cambiado una de las dos palabras y se titula «Sentido y Sostenibilidad». Una pena que Austen no escribiese también una novela con este título, porque ahora sería sin duda un best seller…
Y es que la Sostenibilidad está llegando a la gestión de nuestras empresas, pero a veces se echa en falta la lógica, el pragmatismo, el sentido común. Un exceso de regulaciones, incertidumbre en la forma en la que acabaremos reportando la información no financiera (ahora mismo, cada uno cuenta un poco lo que quiere), una música de fondo apocalíptica de cambio climático…
Estuve hace unos días en una interesantísima mesa redonda en la que tres excelentes ponentes reflexionaban sobre el papel de órganos de gobierno y alta dirección en la implantación de las nuevas normativas ESG en la empresa (ya sabes que esas siglas responden Enviromental, Social & Corporate Governance, y persiguen un comportamiento empresarial más responsable y comprometido
con el medio ambiente y la sociedad).
Básicamente, sus reflexiones y conversaciones trataron de aportar racionalidad y sentido común, con un mensaje de fondo: la correcta gobernanza, antes y después de esta fiebre por la sostenibilidad ambiental y social, no ha cambiado en lo esencial. Lo único que hace falta es que al frente de las empresas haya personas que tengan sólidos principios éticos, una mirada humanista y liderazgo para transformar.
Implantar medidas ESG de forma cosmética para cumplir con la regulación, o porque ahora se ha puesto de moda, es un profundo error. Los cambios deben servir al propósito de garantizar la supervivencia del proyecto en el largo plazo, sin perder de vista los retos que sean urgentes en cada momento. Este propósito debe integrar al conjunto de los grupos de interés, y no centrarse únicamente en la satisfacción a corto plazo de los accionistas.
Me parecieron interesantes los rasgos que deben aportar los nuevos liderazgos que detalló uno de los ponentes, Ramón Gómez de Olea. El primero de ellos es la capacidad de integración estratégica, esa combinación de ser personas visionarias sin dejar de ser pragmáticas, de acertar en las prioridades en cada momento, sin miedo a ser disruptivas si es preciso.
El segundo rasgo es tener las competencias básicas para innovar sistemáticamente en productos y en procesos. La innovación no es una moda, es una condición de supervivencia.
El tercer rasgo tiene que ver con la pericia en la gestión de las operaciones, del supply chain. Y hace ya bastantes años que nos hemos dado cuenta de que no se trata de exprimir a los proveedores, de encontrar los más baratos, o de aplicar el just in time. Se trata de ver la cadena de suministro como una parte más de la empresa, y por lo tanto buscar también su sostenibilidad.
El cuarto rasgo era el de ser capaz de construir y compartir un relato de todo ello, de forma que todas las personas de la empresa sepan el viaje que está haciendo. Entiendan su propósito, entiendan su legado. Esta dimensión de saber contar historias con sentido siempre me ha parecido esencial…
En fin, nada nuevo. En el fondo, lo que hace falta es «Sentido y Sostenibilidad» 🙂
gdorronsoro@zabala.es
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