El filósofo sostiene que la aporofobia, el rechazo al pobre, tiene ahora como principales «sujetos» a los inmigrantes
Entrevista publicada en El Correo (24/05/2025) | Alba Cárcamo.

El doctor en filosofía Xabier Etxeberria Mauleon (Arroitz, Navarra, 1944), galardonado recientemente con el Premio Eusko Ikaskuntza-Laboral Kutxa 2025 por su «bagaje científico, docente y cívico» se muestra muy crítico con el «rechazo al pobre» instalado en la sociedad. Lo reiteró ayer en ‘Gizartegune’, el foro de reflexión impulsado por el Departamento de Empleo, Cohesión Social e Igualdad bajo el lema ‘Servicios sociales para cuidar la comunidad y la vida’ que se celebró en la Universidad de Deusto, donde es catedrático emérito.
– ¿Qué es la aporofobia?
– Literalmente, la fobia al pobre, aquella inclinación que sienten ciertas personas a aborrecer a la persona pobre solamente por el hecho de serlo, y lo hacen con un sentimiento que es entre el miedo y el odio.
– ¿Ha existido siempre?
– Por supuesto, pero cada época tiene sus formas, sus sujetos, lo que pasa es que en un momento determinado se vio importante darle un nombre porque cuando una cosa es nombrada se puede empezar a atender.
– ¿De dónde nace?
– Básicamente de los prejuicios. Las sociedades crean prejuicios infundados respecto a aquellos grupos de los que quieren defenderse y protegerse.
– ¿Y qué grupos son esos?
– En estos momentos, dominantemente los inmigrantes en situación irregular. Es el colectivo que más fuertemente está impactado por la aporofobia, porque en ellos además se mezclan dos cosas que conviene distinguir: aporofobia y xenofobia.
– ¿Somos aporófobos o racistas?
– Hay un sector relevante de la población que es aporófobo y es xenófobo, y para ciertas personas esos sentimientos se viven separadamente, pero ante ciertas personas, inmigrantes, funcionan a la vez, y son especialmente fuertes en ese momento.
– La inmigración es algo que está de plena actualidad. Hasta el lehendakari ha diferenciado entre la inmigración que necesitamos y la que recibimos.
– Cuando yo planteo cruda y duramente la inmigración que necesito, estoy viendo a la persona inmigrante como un instrumento. Es legítimo tener conciencia de identidades particulares nacionales, pero tenemos que tener conciencia de identidad global humana, de modo que las identidades particulares no vayan en contra de esa identidad global humana. Aún sabiendo que existen enormes grados de pobreza, cuando digo que venga lo que necesito, ¿me desentiendo del resto como si no existieran?
– Hay mucha gente que lo querría así, que piensa que la RGI es para gente que no quiere trabajar.
– Ese discurso es engañoso, tramposo y falso. Además, los datos dicen que el crecimiento económico de este país ha sido posible por la presencia de inmigrantes. Aunque tampoco hay que decir que lo tolero por eso, porque no estás valorando a las personas.
– Los vascos, según las encuestas, son tolerantes con la inmigración, pero sobre todo con quienes tienen papeles.
– Es que no saben la realidad de lo que son otros países, otras circunstancias y otras violencias. No tenemos esa conciencia universal que debe estar como trasfondo de las políticas migratorias.
– El auge de la extrema derecha, ¿se puede vincular al rechazo al de fuera y al pobre?
– Globalmente hablando, cuando yo digo que bienvenidas sean las grandes fortunas, los grandes deportistas, lo que hay es rechazo al pobre, porque si ese extranjero no es pobre, yo le acojo.
– ¿Y por qué se rechaza a la gente con menos recursos?
– Porque no les conocemos, no tenemos datos reales fiables y estamos, además, en un juego político desgraciado de que todo lo que dice el adversario está mal por principio.
– Hay quien vincula pobreza y delincuencia.
– La gran delincuencia no está ligada a la pobreza; hay una gran delincuencia de los ricos que pasa desapercibida.
– ¿Cómo se manifiesta la aporofobia en la sociedad?
– Cuando vas por una acera y te apartas de un sintecho, si vas a manifestaciones que sabes que están dirigidas contra esas personas, si te sientes incómodo cuando vas al médico y es de fuera…
– ¿Y cómo se puede cambiar esa mentalidad?
– Para empezar, uno debe cambiar personalmente, ser consciente de que está alimentando prejuicios. Y después cambiar las dinámicas colectivas, como las organizaciones sociales que han estado pidiendo la regularización de inmigrantes.
– ¿Qué responsabilidad tienen las instituciones?
– Una responsabilidad fuerte que es la gestión colectiva. Y en las políticas que hacen hay aporofobia. No podemos decir que Europa se remite a los derechos humanos como un valor irrenunciable y a la vez tener una aporofobia de alta intensidad.
– ¿Se ha normalizado de tanto oír hablar de ella?
– Las tasas de pobreza son interesantes para que se muestre objetivamente la realidad y su evolución. Nos tendría que avergonzar que se mantengan las tasas de pobreza cuando hay crecimiento. Es escandaloso que se esté concentrando la riqueza en tan pocas manos. Los pobres son pobres porque han encontrado una sociedad que les ha forzado a sumirse en la pobreza, que no les ha dado oportunidades de salir de ella.
– Esta semana Save The Children aseguraba en un estudio que el 13% de las familias vascas con trabajo viven en situación de pobreza.
– Y ahora se está haciendo pobre también gente por el precio de las viviendas, porque sube muchísimo más que lo que sube tu sueldo, y algo que hace cinco o seis años no te metía en situación de pobreza, ahora sí.
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