“Aunque sólo haya pasado una década, parece que la distancia que nos separa del siglo XX es aún mayor. Ello no se debe sólo a la crisis económica o a que las tecnologías que utilizamos en nuestra vida diaria queden obsoletas en cuestión de meses, sino también a que la mirada y los valores desde los que nos acercamos al mundo han dado un giro radical. Uno de los ámbitos en los que más se puede constatar esta transformación tal vez sea el ocio, el tema que nos ocupa en este monográfico”
Así comienza la presentación del número Nº 754 de la Revista Arbor, revista de ciencia, pensamiento y cultura, correspondiente marzo-abril 2012, un monográfico que tiene un significado especial para la UD al estar liderado por los investigadores de la línea oficial “Ocio y desarrollo humano” del Instituto de Estudios de Ocio. El proyecto comenzó hace más de dos años, cuando el entonces director del Instituto y coordinador del número, el Dr. Manuel Cuenca, se comprometió con el director de la revista, D. Alberto Sánchez Álvarez, para preparar la publicación que ahora sale a la luz.
El monográfico, en el que participan 12 investigadores de la Universidad de Deusto, 6 investigadores de otras universidades españolas y 3 de países de habla inglesa, muy reconocidos a nivel internacional , agrupa todas estas aportaciones en dos grades apartados: Cambios en la comprensión del ocio y aproximaciones actuales al fenómeno del ocio. En ellos se ha intentado plantear el tema desde una mirada interdisciplinar, abierta y global.
Por un lado se pone especial énfasis en desvelar el proceso, y algo del contenido, del cambio conceptual del ocio. En realidad estamos ante una transformación cultural que arranca en el siglo XIX, momento en el que se revaloriza el concepto de vivencia (de ello se ocupa el artículo de Jaime Cuenca), y termina a finales del siglo XX, donde se desarrolla la visión del ocio experiencial desde el que se aborda el estudio del fenómeno en la actualidad (artículo de M. Cuenca – A. Goytia). Esta transformación conceptual no es ajena a los cambios en la percepción del tiempo y su incidencia en nuestra vida (artículos de J. A. Caride y R.A. Stebbins), como tampoco lo es al ascenso indiscutible de la valoración del ocio y el tiempo libre en nuestra sociedad (artículo de I. Arístegui – M. Silvestre).
El valor del tiempo de ocio ha aumentado exponencialmente, no sólo como valor económico y social, sino también, temporalmente, como espacio de ocio posible en la vida media de nuestras sociedades y en la vida media de las personas. No cabe duda de que ello se debe al aumento de la esperanza de vida, que ha conducido a un alargamiento de las distintas etapas de nuestro tiempo vital y nos obliga a pensar en un modo diferente de entender todo ocio, inclusive el ocio festivo (artículo de A. Madariaga – C. Ortega).
En ese contexto, conviene recordar que el ocio de los jóvenes (artículo de K. Roberts) ha jugado un papel esencial en la configuración de una sociedad del ocio de la que actualmente disfrutan mayoritariamente los jubilados, un sector de la población mundial que preocupa y donde las experiencias de ocio tienen un papel esencial tanto en el envejecimiento activo como en la calidad de vida (artículo de D. Kleiber). El ocio que los ciudadanos del siglo XXI decidan practicar va a tener una importancia capital en su propio futuro, como se puede ver ya en el análisis del impacto económico de nuestras prácticas de ocio en la actualidad (artículos de M. Álvarez – A.Fernández Villarán y Noguera-Ferrándis-Riera).
El ocio que nos rodea forma parte de un ocio tradicional que ha cambiado y al que se le exigen condicionamientos inéditos, pero también de un ocio nuevo, el ocio digital (artículo de García-López-Samper), que no sólo tiene valor en sí mismo, sino que también crea nuevos espacios de comunicación que inciden en la generación y la transformación de los públicos a los que se destinan las ofertas de ocio (artículos de Bayón y Cuenca-Amigo).
Todos estos planteamientos son los que se desvelarán ante quien se sumerja en la lectura del número monográfico que aquí se comenta. Los textos, redactados desde el rigor y la experiencia investigadora del nutrido plantel de profesionales, realizan aportaciones significativas desde áreas de conocimiento diferenciadas y complementarias: filosofía, sociología, economía, gestión de empresas, psicología, geografía, educación, filología, ciencias del turismo y estudios de ocio. Sus páginas invitan a repensar la función del ocio en nuestra época, intentando esclarecer su relación con los procesos de innovación personal, social y económica. También invitan a buscar un equilibrio inteligente y aristotélico entre el ocio y el comercio, el ocio y el trabajo o el sentido de nuestros actos y su valor de uso.
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