Parece imposible empezar cualquier reflexión sobre la actualidad en la que en las primeras líneas no se hable de la crisis económica. Pasado ya, en cierta medida, el periodo en el que la crisis afecta a lo que podemos llamar “la ´macroeconomía” y se hablaba de falta de fluidez del capital, inyecciones millonarias al sistema bancario, rescate de bancos y aseguradoras, (muy recomendable la lectura del Blog de Leopoldo Abadía) llegamos a la segunda fase, la de la economía real. Ahora nos fijamos en indicadores como el paro, la morosidad en el pago de las hipotecas, los Expedientes de Regulación de Empresas (ERE) y otros, mucho más relacionados con caras, nombres, personas y situaciones de nuestro entorno cercano. Y en este situación, ¿Qué decir del ocio?.
Es en la tercera fase cuando hablamos de las implicaciones sectoriales de esta crisis y como algunas industrias están más o menos afectadas. Parece que poco a poco aparecen reflexiones, pocas aún, pero muy interesantes sobre el efecto de la crisis en el sector del ocio.
Por poner un ejemplo, en La Vanguardia del viernes 31 de Octubre, aparecían dos artículos aparentemente no relacionados entre si, uno en la sección de Deporte y el otro en la sección de Medios, que nos daba dos buenos motivos para reflexionar al respecto.
En el primero de los casos, titulado ¿Cómo afectará la crisis económica al fútbol? Ferran Soriano expresaba que si bien la crisis podía y estaba afectando a los ingresos atípicos de este sector en lo que se refiere a los ingresos por publicidad y las inversiones inmobiliarias de los clubes, no parecía tan claro que lo haga en otros elementos fundamentales de sus economías. El primero, las finanzas, que como consecuencia de una adecuada gestión en tiempo de bonanza están más o menos saneadas. En el segundo, el de la fidelidad expresada en la asistencia al campo y el número de abonados, en el que no se aprecia ni se prevé un descenso de los ingresos. Dice Ferran textualmente “La demanda de fútbol, de entretenimiento y evasión no va a disminuir… Para los aficionados, su abono al estadio, no está entre los primeros gastos que cortar”.
En el segundo artículo, titulado ¿Cuatro horas de tele al día por la crisis?, Josep M. Orta hace un análisis del tiempo invertido en ver la televisión entre los meses de septiembre (233 minutos) y Octubre (245) de los ciudadanos catalanes y lo relaciona con la crisis y sobre todo con la capacidad ahorradora de los ciudadanos en estos tiempos de crisis. Asimismo, y en relación a otros ámbitos del ocio, recoge las declaraciones del presidente del Gremi de Restauració de Barcelona que afirma un descenso del 10% en la actividad en la zona de Barcelona. Mientras tanto, el Director artístico del Teatre Nacional de Catalunya cuenta como han vendido un 30% más de abonos que el año pasado, quizá porque “los precios resultan mucho más baratos”
Y que hablar del turismo y los problemas de las aerolíneas nacionales e internacionales o de los trabajadores de los aeropueros, cancelación de rutas, cierre de empresas…
La crisis llega a todos los sectores y la experiencia nos dice que afecta en gran medida a algunas industrias del sector del ocio como la restauración, el turismo y la cultura. Pero tomando las palabras de Ferran Soriano, las crisis también presentan oportunidades “Y después… a pensar en el futuro. Las mejores empresas del mundo aprovechan el momento para repensar su modelo de negocio. Después de una crisis, tarde o temprano, la economía se recupera, y lo hace en formas impensadas anteriormente”. Estemos atentos a como la crisis afecta a nuestro sector y como desde todos los agentes implicados podemos ayudar al mismo, teniendo siempre en la mente la oportunidad que toda crisis representa.