El trabajo de la Cátedra Ocio y Discapacidad de la Universidad de Deusto, desde 1994, se ha centrado en el ámbito del ocio. Las personas con discapacidad han tenido serias dificultades, en el acceso al ocio, por no considerarse un ámbito prioritario y ha sido posible, fundamentalmente desde los servicios y programas que han desarrollado las asociaciones de los colectivos de discapacidad, y que han posibilitado el acceso a equipamientos, servicios y programas de ocio deportivos, culturales, turísticos y recreativos.
En el siglo XXI debemos apostar por la inclusión entendida como el principio que guía las acciones encaminadas a que todas las personas formen parte real de la sociedad, destaca especialmente la idea de la responsabilidad que tiene el entorno/la comunidad de generar políticas, acciones y prácticas que fomenten la aceptación de la diferencia y que respondan a las necesidades de todas las personas. Esta filosofía, convertida en herramienta de trabajo, implica diferentes niveles de intervención: inclusión física, comunicativa y social.
Abanderar un ocio inclusivo es aceptar la diferencia como un valor. Una comunidad inclusiva es capaz de crear las condiciones adecuadas para responder a las necesidades de todos los ciudadanos en los equipamientos, infraestructuras, servicios y programas desarrollados en los diferentes ámbitos de ocio.
En diciembre de 2003 se aprueba la Ley de la no discriminación y la accesibilidad universal, además hay que constatar el gran avance producido en la concepción de la discapacidad, ambos instrumentos, de diferente naturaleza, constituyen un marco incomparable para garantizar plenamente el ejercicio del derecho al ocio en todas las personas.
Desde los años setenta del siglo XX, en el sector asociativo se ha ido consolidando la importancia del ocio en el desarrollo personal y los beneficios que implica. Por ello, se han desarrollado servicios y programas de ocio para las personas con discapacidad con una filosofía sustentada en los principios de normalización e integración. Esta situación, hoy día muy consolidada para todos los tipos de discapacidad y generalizada en todo el Estado Español, supone que quien lidera el acceso al ocio, es el mundo asociativo que aglutina a todos los colectivos de y para personas con discapacidad.
Evolución en la consideración del binomio ocio y discapacidad
Conviene detenerse brevemente en los cambios que se han gestado en torno a la concepción de la discapacidad porque constituyen, en la actualidad, un punto de apoyo fundamental para articular la plena participación de las personas con discapacidad en el ámbito del ocio y de forma simultánea poner en práctica la equiparación de oportunidades. Y además, ha sido la referencia que ha marcado el papel secundario que se ha otorgado al ocio en los colectivos de personas con discapacidad, hecho que ha derivado en dificultades de acceso a equipamientos, servicios, programas y actividades de ocio. Toda esta idea hay que contextualizarla en el concepto de ocio que ha imperado en la sociedad en general, aunque en la actualidad es considerado un fenómeno individual (una experiencia personal y un derecho humano) y social, no siempre ha sido así.
La evolución de la concepción de la discapacidad junto con los cambios en el significado del ocio condicionan la consideración del binomio ocio y discapacidad de irrelevante a esencial en el ejercicio de todos los derechos de una persona con discapacidad.
El cambio desde un modelo médico, centrado en un diagnóstico clínico, hacia un modelo funcional, ajustado a las capacidades y necesidades de cada persona respetando la condición de discapacidad, ha sido una de las claves que ha posibilitado el cambio y el avance en la prestación de servicios de calidad.
Pasar de una concepción de discapacidad centrada en el individuo a otra centrada en su contexto y en la interacción entre ambos es una de las consideraciones más importantes que han suscitado el cambio.
El problema no se sitúa tanto en el individuo como en las dificultades o barreras para su integración existentes en el ambiente, por tanto, las intervenciones no pueden centrarse únicamente en mejorar destrezas de la persona, sino que deben también desarrollar programas y actividades centrados en la supresión de barreras físicas y sociales. Por tanto, los profesionales deben plantear su trabajo en la comunidad, a fin de mejorar la calidad de vida de la persona con discapacidad. El ocio es considerado una de las áreas que define la calidad de vida tanto a nivel comunitario como personal.
Además, es muy importante evaluar la calidad de los programas y servicios desde una perspectiva de las personas con discapacidad como cliente y usuario. Para ello, es necesario dejar de ver la calidad de vida como una idea y considerarla como un proceso, como un concepto organizacional que guíe nuestro trabajo para mejorar las condiciones de vida de todas las personas.
El reto: promover la inclusión en ocio
Se puede decir de forma resumida que ha habido diferentes formas mediante las cuales la sociedad ha articulado la atención a la diversidad. En una primera etapa no se responde a las necesidades, posteriormente se van ordenando respuestas individuales y sociales (supresión de barreras), y en la actualidad se intenta que se generalice la promoción de la Accesibilidad y la Filosofía del Diseño para Todos, con el fin de responder a las necesidades de todas las personas desde la misma organización estructural de la sociedad a todos los niveles.
La inclusión es una política y un proceso que permite que todas las personas participen en todos los servicios y programas. Uno de los principales marcos de actuación de la inclusión es el ámbito de la legislación. Es aplicable a cualquier ámbito, pero en esta comunicación se ve desde la óptica del ámbito del ocio y lo que supone su aplicación en este contexto.
El modelo de cambio que propicia la inclusión constituye un proceso de innovación, puesto que pretende la reconstrucción de la sociedad desde un enfoque institucional y transformador. Desde esta perspectiva, se buscan propuestas de trabajo que den respuesta a la heterogeneidad de las personas que conforman cada sociedad o comunidad. La inclusión consiste en una serie de procesos permanentes con el objeto de que, por ejemplo, las personas con discapacidad puedan participar plena y activamente de la oferta de ocio que se desarrolla para el resto de la población en la comunidad.
Se consideran aspectos básicos de la inclusión:
- La concepción de la discapacidad como fruto de la interacción entre la persona y el entorno en el que vive
- Una visión transformadora de las posibilidades de las personas con discapacidad enfatizando: la autonomía, la integración, la igualdad y las capacidades
- La asunción del paradigma de apoyo en vez de centrarse en prestar servicios específicos para las personas con discapacidad
- La importancia de la relación entre el concepto de calidad de vida con el de mejora de la calidad en la prestación de servicios y programas
- No apoyarse en diagnósticos médicos, focalizar las actuaciones en las conductas funcionales y las necesidades de apoyo de cada persona con discapacidad
La inclusión es una filosofía asentada sobre la idea de que todas las personas son iguales y deben ser respetadas desde la óptica de los derechos humanos. En la práctica un proyecto de ocio inclusivo responde a las siguientes dimensiones:En la práctica un proyecto de ocio inclusivo responde a las siguientes dimensiones:
En la práctica un proyecto de ocio inclusivo responde a las siguientes dimensiones:
- Toma como referente el ideal democrático de la sociedad
- Incluye a todos los miembros de la comunidad
- Es una filosofía institucional que implica actitudes, valores y creencias
- Desarrolla el sentido de comunidad, de apoyo y de trabajo en equipo
- Mejora la calidad y relevancia de las oportunidades y experiencias
- Considera a todas las personas protagonistas en primera persona de las actividades de ocio considerando sus características, necesidades e intereses
- El interés se centra en prestar apoyo a las necesidades de cada persona
- Se ofrece el apoyo en contextos naturales y grupos heterogéneos
- Se trabaja desde una perspectiva institucional
- Las dificultades se afrontan como una oportunidad para mejorar el sistema
- La entidad y/o equipamiento se transforma para responder a los usuarios
- La atención se centra en los recursos ofrecidos para responder a todos
En síntesis la Inclusión en Ocio está definida por los siguientes elementos: se considera un derecho humano, se dirige a todas las personas, se basa en un modelo sociológico, se apuesta por la inclusión total y global de toda persona en cualquier ámbito, implica una reforma estructural, se toma como referencia la comunidad y el entorno social, plantea una oferta común para todas las personas, se articula desde una organización inclusiva y supone un compromiso: adaptar la realidad a las necesidades de cada persona y adecuar la oferta a usuarios distintos por diferentes razones
El objetivo de este artículo era poner de manifiesto la importancia de trabajar desde y por la inclusión en el ámbito del ocio. Reto esencial que debemos asumir los profesionales que trabajamos en ocio y discapacidad y qué, en términos generales, conduce y supone para el mundo del ocio responder, de forma inclusiva, desde todos sus ámbitos de actuación (cultura, deporte, turismo y recreación) a todas las personas. Asimismo, implica para el mundo asociativo de la discapacidad la redefinición de su papel en la prestación de servicios de ocio y subraya su rol de intermediador en garantizar el libre ejercicio del derecho al ocio por parte de la persona con discapacidad. Supone que quien debe liderar la inclusión en ocio es la propia comunidad, el entorno y la sociedad. Esta afirmación, a día de hoy, es una meta más que una realidad, encaminamos nuestro trabajo en esta dirección para lograr un ocio inclusivo real.
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