La muerte de Ricardo nos ha cogido de improviso.
Este tipo de sucesos siempre sorprenden y dejan a uno el corazón helado,máxime si es un amigo, si es un miembro del grupo, el más joven.
Una circunstancia así nos pone una vez más ante la sorpresa y el dolor en primer término; luego ante el inconformismo y la rebeldía y es, tras un esfuerzo emocional grande, cuando la razón y la confianza empiezan a pergeñar trazos de esperanza.
Ricardo hacía gala e pasado miércoles, en nuestra tradicional reunión semanal, de sus proyectos y expectativas, derrochando la sensatez, y el buen humor característicos en él.
Aspiraba a seguir en este proyecto de formación permanente que nos une a todos. Comentamos sobre asignaturas y temáticas. Estaba inmerso en un proceso de diseño de una asociación en torno al mundo sanitario y quedamos comprometidos algunos en echar un cable, si fuera preciso. Ideas, proyectos de futuro, ganas de vivir. Todo aparentemente truncado por una muerte que se nos antoja absurda.
En estos momentos es difícil racionalizar que la muerte es la otra cara de la vida y que forma parte de nuestro destino.
Vivir es morir poco a poco y la muerte es sinónimo de vida para quienes nos sentimos cristianos. Yo estoy seguro de que la identidad de Ricardo, aquella que le permitía ser él, más allá de sus circunstancias, aquella que le distinguía como el Ricardo que conocimos y con el que convivimos está a buen recaudo en las manos amigables de Dios. A nosotros toca compartir su memoria y gestionarla desde la emoción y la esperanza. No se nos ha ido un compañero y amigo, sigue con nosotros.
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El funeral de nuestro compañero de curso y miembro de la Asociación RICARDO URIBARRI AJA, es hoy lunes.20 a las 19h en la iglesia de Santa Mª Magdalena de Plencia
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