Profesionales con responsabilidades directivas en el sector de la Salud y la Banca explican los retos éticos y efectos de la pandemia en su sector. Son miembros de Directica, la Comunidad de Aprendizaje de la Función Directiva del Centro de Ética Aplicada.
«La pandemia ha afectado a las empresas en más aspectos que el puramente económico»
Ignacio Lekunberri, gerente de Mutualia
¿Cómo está afectando la pandemia al sector de las Mutuas Colaboradoras con la Seguridad Social? En primer lugar, como cualquier sector, ha tenido que adaptarse a las medidas de seguridad y salud laboral, al confinamiento de su plantilla y a la reducción de ingresos. En segundo lugar, como sector sanitario, ha tenido que implementar medidas preventivas extraordinarias y poner todos sus recursos humanos y materiales a disposición del Departamento de Salud. Y, en tercer lugar, como sector que colabora con la Seguridad Social, ha tenido que dar respuesta urgente a las miles de solicitudes de prestaciones de las personas que se han visto obligadas a suspender su actividad.
¿Cuáles son los dilemas éticos que debe afrontar su sector en la actual situación? Se han tenido que tomar decisiones urgentes sobre el derecho a prestaciones de seguridad social de miles de personas y para ello ha sido necesario implementar programas informáticos que ayuden al procesamiento de datos. La cuestión de debate ha sido hasta qué punto del proceso dejamos a los programas informáticos hacer su trabajo y facilitar el nuestro. ¿Cuándo estaríamos dejando tomar la decisión a un programa informático? En contraposición, ¿asumimos el riesgo de no abonar estas prestaciones a tiempo?
¿Qué va a cambiar en el escenario posterior a la pandemia? Probablemente, nuestro sector se verá abocado a una reestructuración total. Era algo que ya se estaba gestando, pero que esta crisis sin duda va a acelerar enormemente con la excusa de un déficit de solvencia de todas las Mutuas Colaboradoras. Me parece mucho más difícil saber si los cambios en la sociedad, que ahora podemos intuir, serán duraderos. ¿Mantendremos el nivel de alerta en lo que respecta a la higiene y salud laboral?, ¿permanecerá la escala de valores que ahora ha cambiado tanto?
¿Cuál debe ser el papel de las empresas en la situación de recesión económica derivada de la pandemia? Las empresas deben sentirse y ser organizaciones de personas que colaboran. La pandemia ha afectado a las empresas en más aspectos que el puramente económico. Las organizaciones son entidades que deben aprender de las experiencias que viven. Lo que se aprende en la empresa debe servir para que la sociedad también aprenda.
¿Qué diferenciará esta crisis de la de 2008? En mi opinión, desde el punto de vista económico, saldremos de esta crisis mucho más rápido. Esta es una crisis sanitaria que ha afectado gravemente a la economía, pero esta se recuperará porque el problema de base no ha sido económico.
«El sector financiero debe actuar con transparencia como dinamizador de la economía»
Izaskun Armentia, Controller Financiera BBVA
¿Cómo está afectando la pandemia del coronavirus al sector financiero? La pandemia está creando una gran incertidumbre por el desconocimiento de cuál será su evolución. Ya se está constatando el desplome y la alta volatilidad en los mercados bursátiles, dando lugar al traslado de los fondos con mayor riesgo a otros más seguros. A pesar de que hoy los bancos disponen de reservas de capital y de liquidez, los precios de las acciones, su valor en bolsa, se han reducido fuertemente por la preocupación que suscita su rentabilidad en los inversionistas.
¿Cuáles son los retos éticos que debe afrontar su sector? Trabajar con criterio solidario y compromiso con los sectores más vulnerables, manteniendo abiertos los flujos de liquidez y flexibilizando los criterios habituales para la concesión de créditos. Proteger el empleo, apoyando medidas de líneas de crédito a autónomos, pymes y empresas y empoderar las estrategias digitales que palíen la reducción de la actividad presencial, prestando atención especial a los que por sus condiciones particulares no cuentan hoy todavía con la suficiente cobertura.
¿Qué va a cambiar en su sector a consecuencia de la pandemia? La transformación digital y el teletrabajo se asentarán con fuerza. Aparecerán nuevos competidores digitales y algunas entidades verán rebajadas sus calificaciones. Se reactivarán las posibilidades de fusiones bancarias, afectando a las entidades de medio y pequeño tamaño. Disminuirá el número de oficinas, se reducirán recursos también en servicios centrales holding y el crecimiento se verá afectado. Los dividendos quedarán contenidos con objeto de aumentar las reservas para favorecer la solvencia. En función de lo que dure la pandemia, aumentará la mora y las pérdidas por créditos fallidos.
¿Qué papel debería tener en nuevo escenario de recesión? Actuar con transparencia como dinamizador de la economía, utilizando su capacidad y recursos para amortiguar el impacto económico, apoyando las políticas económicas que se establezcan por parte de la Unión, el BCE y los gobiernos. Mantener operativo el sistema financiero con apoyo a la economía real y creación de riqueza, evitando en lo posible que la falta de liquidez dé lugar al cierre de empresas y pérdidas de empleo. Es una oportunidad para contribuir a la sociedad atendiendo la economía social y solidaria.
«Esperemos que la crisis no posponga la apuesta por la sostenibilidad»
Javier Alli, Planificación y control de gestión-Calidad, RSE y medioambiente. Caja Laboral.
¿Cómo está afectando la pandemia del coronavirus al sector financiero y al tejido cooperativo? ¿Cuáles son los restos éticos que deben afrontar? En un primer momento, está suponiendo un importante esfuerzo humano para nuestra plantilla, ya que las oficinas permanecen abiertas para poder dar un servicio esencial a la población. Al mismo tiempo existe una elevada carga de trabajo como consecuencia de la necesidad de intentar dar soluciones financieras a las empresas, negocios, autónomos y familias afectadas por esta crisis.
Con respecto al grupo cooperativo, la parte industrial ha estado parada por lo que en algunos casos se han empezado a implantar las herramientas preventivas con las que cuenta el modelo cooperativo para proteger los puestos de trabajo: bajadas de sueldos, calendarios móviles,
¿Qué diferenciará esta crisis de la de 2008? Las causas que han originado esta crisis son diferentes. En el caso actual ha sido un elemento externo e inesperado, un cisne negro. Esto ha sucedido en un momento en el que, sobre todo en Europa, se estaban tomando decisiones para orientar la economía hacia modelos más sostenibles, especialmente desde el punto de vista ambiental. Esperemos que la urgencia por recuperar la riqueza perdida no posponga esa otra prioridad.
¿Qué va a cambiar en el escenario posterior a la pandemia en su sector? ¿Qué papel deberían jugar las entidades financieras en el escenario de recesión? El sector financiero no había terminado de recuperarse del todo de la crisis anterior. Al proceso de saneamiento y consolidación se le ha sumado la revolución digital que está transformando profundamente la forma de relacionarse y proporcionar servicios financieros. A esos retos se suman ahora las consecuencias económicas (cierre de empresas, desempleo, dificultades de pago…) de esta crisis y la necesidad de que las entidades financieras seamos un agente activo, en la medida de nuestras posibilidades, en el sostenimiento de la economía.
«Es el momento de que los bancos impulsen los objetivos ODS que se marcaron»
Marcos Mansur Piccioni
Finance, Transfer Pricing Management BBVA
¿Cuáles son los retos éticos que afronta el sector financiero? Desde la caída de Leman Brothers en 2008, la sociedad reclama activamente al sector bancario un cambio en sus prioridades y comportamientos. Hoy tiene la oportunidad de mostrar que sabe aprender de sus errores y debe demostrarlo. Las respuestas que está dando en Europa para salvaguardar la economía de las empresas y ciudadanos son positivas. El sector financiero deber ser parte de la solución y tiene que prepararse para co-liderar la recuperación, haciendo realidad los principios de banca responsable que ha proclamado en los últimos años.
¿Qué va a cambiar en el sector? Nos dirigimos a una profunda recesión global. Se relocalizarán algunas actividades de producción estratégicas y seguramente muchos comportamientos de consumo serán diferentes. El sector público tendrá en el corto plazo más relevancia y tendremos nuevas regulaciones. El sector financiero se adaptará a estos cambios. Y, desde mi punto de vista, tendría que contribuir a crear un modelo económico que prime las inversiones sostenibles e inclusivas, para que, a diferencia de otras crisis, los sectores más vulnerables no sean los más golpeados.
¿Qué medidas concretas debería adoptar? Profundizar en las políticas que ya está aplicando. Debe dotar de liquidez a la economía y diseñar esquemas de financiación que se adapten a la capacidad de generación de ingresos de ciudadanos y empresas, protegiendo el empleo y apoyando financieramente la cadena de producción industrial. Los principales bancos se han adherido a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2015. Es un buen momento para que el sector ponga el pie en el acelerador en esta agenda y la impulse, incluyendo las finanzas sostenibles en el core de nuestra actividad. Tenemos que construir una sociedad en la que mayores capas de población eleven su poder adquisitivo y su capacidad de autodesarrollo.
¿Qué diferenciará esta crisis de la de 2008? Creo que la magnitud de la crisis es mucho más grande y global, tanto en países como en sectores afectados. El origen de la crisis y el impacto también es diferente. Afecta a todo lo comentado anteriormente, pero también generará muchas nuevas posibilidades.
Todas las referencias e ideologías están puestas en cuestionamiento desde hace tiempo y esta pandemia potencia la sensación de pérdida de referencias y elevada incertidumbre. Será un contexto tremendamente fértil, si lo miramos de una forma amplia, para innovar y crear nuevas formas de ser y hacer.
Encontraremos una vacuna y el pánico bajará. Y todo aquello que está desapareciendo generará espacio para lo nuevo que ya está naciendo. A diferencia del 2008, esta pandemia afecta a todos por igual y es un buen momento para reflexionar sobre el tipo de sociedad que queremos construir.