Alboan y REAS han lanzado una propuesta para que las empresas puedan “resituar su papel” dentro de la sociedad. La iniciativa parte del modelo de Empresa ciudadana planteado por el Centro de Ética Aplicada y propone cinco “pistas prácticas” para que las organizaciones puedan reconocerse y transformarse en “agentes responsables” frente a los retos ambientales y sociales actuales.
La iniciativa, recogida en el documento ‘Empresa ciudadana. propuestas para una nueva forma de pensar y hacer empresa’, es fruto de la reflexión de un grupo de representantes de la sociedad civil, empresarial, cooperativista, ámbito universitario y de las administraciones públicas, desarrollada en un seminario promovido por ONG ALBOAN y la Red Economía Alternativa y Solidaria de Euskadi (REAS Euskadi). La reflexión partió de una investigación desarrollada por los miembros del CEA Cecilia Martínez Arellano, Peru Sasia y Galo Bilbao en torno a la Empresa ciudadana.
¿Cómo es la Empresa ciudadana?
Mary Tere Guzmán, de Alboan, Cecilia Martínez Arrellano, del CEA, y Carlos Askunze, de REAS, presentaron los resultados del trabajo el pasado jueves 29 de noviembre en un evento en Arrupe Etxea de Bilbao. También asistieron algunos de los participantes en la iniciativa, Cristina Murillo, de la Asociación de Industrias de Conocimiento y Tecnología Aplicada de Euskadi GAIA; Aitor Cobanera, de la Agencia Vasca de Desarrollo SPRI; Ricardo Anton, de la cooperativa de iniciativa social ColaboraBora, y Joseba Garzón, de la consultora Accenture.
Mary Tere Guzmán destacó que “la transformación de la empresa requiere de una narrativa, un discurso motivador e integrador” que le anime a ponerse en marcha. En este sentido, Cecilia Martínez Arellano defendió la «metáfora» de Empresa ciudadana para cambiar la mirada que la sociedad y las propias organizaciones tienen sobre estas.
¿Cómo es la empresa que se considera ciudadana? Es una empresa que se entiende a sí misma como agente responsable, como sujeto de derechos y deberes, y participa en el debate público para construir el bien común.
“Una empresa ciudadana que se identifica con esa sociedad en la que trabaja y que, como contrapartida, la sociedad reconoce como miembro. Esto implica que tenga capacidad de participar en el debate público en el que se dirime cuáles son las cuestiones éticas y de justicia que son necesarias para construir el bien común”, señaló Martínez Arellano.
5 pistas prácticas
Por su parte, Carlos Askunze desgranó las estrategias o “pistas prácticas” que pueden resituar el papel de las empresas ante los retos que debe afrontar la sociedad.
En este sentido, se refirió a la necesidad de impulsar ecosistemas de innovación y construcción colectiva en el territorio, así como nuevos modelos sostenibles de producción. Otras estrategias para avanzar hacia el modelo de Empresa Ciudadana implican reformar el modelo de gobernanza y de participación en las empresas, favorecer procesos de cambio empresarial pro-equidad de género e incidir sobre el marco regulatorio y las políticas públicas.
Askunze explicó que la propuesta no plantea escenarios utópicos, sino que las empresas afronten estos retos desde sus propios “contextos concretos” y la coyuntura en la que se desenvuelven.
El representante de REAS Euskadi destacó que generar nuevas prácticas empresariales exige un “trabajo colaborativo, tanto hacia dentro, entre empresas, pero también entre estas y el resto de agentes” e hizo por ello un llamamiento a impulsar espacios de encuentro para dialogar en torno a estas propuestas.