Cómo preparar los distintos tipos de examen III: Exámenes tipo test

En las entradas anteriores hemos podido ver cómo podemos prepararnos para los exámenes orales y los de desarrollo. Hoy veremos un tipo de examen que, aunque en principio puedan parecernos más sencillos, tienen su dificultad y a muchos se nos atragantan. Hablamos de los exámenes tipo test.

Exámenes tipo test

En los exámenes de desarrollo podemos reproducir lo que hemos estudiado (incluso si no lo comprendemos bien del todo) y si hay algún dato que omitimos o no recordamos no será un gran problema, posiblemente solo perdamos unas décimas en la puntuación de la pregunta, pero aprobaremos.

En un examen tipo test nos dan la respuesta, pero muchas veces las opciones que nos dan son muy parecidas, haciéndonos dudar de cuál es la correcta. Además, el tiempo del que disponemos para hacer estos exámenes suele ser muy ajustado, por lo que tendremos que decidir la respuesta de forma muy rápida. Por tanto, para los exámenes tipo test comprender bien la materia y recordar bien los detalles es fundamental, puede ser lo que marque la diferencia entre obtener el punto de esa pregunta o que nos reste puntos de los aciertos.

Dentro de los exámenes tipo test existen diversas modalidades: pueden penalizar o no las respuestas incorrectas, pueden ser de verdadero o falso, de respuestas múltiples, de ordenar procesos… Intenta recopilar toda la información que puedas sobre el examen: cómo serán las preguntas, cuántas habrá, la duración… podrás prepararte mejor para enfrentarte al examen.

¿Cómo podemos prepararnos para un examen tipo test?

A la hora de recuperar la información utilizamos 2 procesos diferentes: proceso de recuerdo y el de reconocimiento. En los exámenes tipo test necesitaremos más la memoria de reconocimiento que la de recuerdo. Es decir, ya tenemos la respuesta, solo tenemos que identificar los detalles que forman parte del concepto por el que se nos pregunta (respuesta correcta) y descartar los que no lo son (incorrectas).

Vamos a ver algunos consejos que nos pueden ayudar a preparar este tipo de exámenes.

  • Estudia de forma activa. No trates de memorizar toda la materia, aquí la clave está en comprender y dominar conceptos, definiciones, datos concretos…
  • Ten claros los conceptos, las similitudes y las diferencia. A la hora de estudiar puede ocurrir que algunos conceptos compartan algún tipo de detalle o información. Cuando veas algo que te haga dudar contrasta esa información identificando las posibles diferencias. Una buena técnica en este caso pueden ser las tablas comparativas.
  • Haz esquemas, mapas conceptuales, tablas... Utiliza las técnicas de síntesis más adecuadas al tipo de contenido de la asignatura. Estas técnicas nos permitirán retener mejor la información y de visualizar los detalles.
  • Invéntate preguntas. Cuando estudies intenta detectar posibles preguntas de examen y respóndelas. Razona tu respuesta, de esa forma te resultará más sencillo asimilar e interiorizar los conceptos. Puedes hacer un documento con todas las posibles preguntas que se te ocurran y utilizarlas para repasar haciendo simulacros de examen.
  • Haz flashcards con los conceptos que tienes que aprender. Es un buen método para el estudio y el repaso. Anota en una cara el enunciado y en el reverso la respuesta.
  • Repasa la información hasta que hayas interiorizado la materia de estudio.
  • Haz simulacros. Una vez que domines la materia puedes ponerte a prueba con alguna batería de preguntas. También puedes intentar conseguir exámenes antiguos y practicar con ellos. Procura recrear una situación similar a la del examen, cronometrando el tiempo.

El día del examen…

  1. Revisa las instrucciones del examen. Te darán las indicaciones más importantes:  tiempo disponible, cómo puntúan los aciertos, si penalizan los errores… No te confíes, puede haber cambios con respecto a la información previa que teníamos.
  2. Lee con atención las preguntas localizando las palabras clave y subráyalas. Trata de adivinar la respuesta antes de leer las opciones.
  3. Lee las opciones de respuesta
    • Si alguna coincide con nuestra respuesta puede ser la correcta. Hay que comprobarlo.
    • Si no coincide, vamos eliminando las que tienen algún detalle que no se ajusta a la pregunta. De esta forma reducimos las opciones.
    • Si hay dos respuestas similares que pueden ser correctas, selecciona la más completa (siempre y cuando no haya una opción que te indique que las 2 opciones son correctas).  
    • Si tienes dudas busca pistas en el enunciado o en las respuestas que te den alguna clave paren identificar la correcta.
  4. Contesta primero las preguntas que tengas seguras, te ayudará a calmar los nervios
  5. No te atasques en las preguntas que no te sabes, déjalas para el final y avanza con otras más sencillas o que tengas más clara la respuesta. Ya volverás sobre ella al final cuando tengas aseguradas las que sabes.
  6. Ten cuidado si en el enunciado te encuentras:
    • Palabras como “siempre”, “nunca”, “todo”, “nada”, “generalmente”, etc.
    • Preguntas en negativo, por ejemplo: “¿Cuál de las siguientes opciones no está relacionado con x?”
    • También cuando en las respuestas aparezca “Todas las opciones anteriores son correctas”, “Ninguna de las opciones es correcta” o  “La c y la d son correctas”.
  7. Si no existe penalización por respuestas incorrectas puedes tratar de adivinar si…
    • tienes seguridad de que has respondido bien a todas las que sabías y la suma de los aciertos es suficientemente amplia para arriesgarte a que te resten algunos puntos.  
    • has eliminado varias opciones que son claramente incorrectas y la probabilidad de acertar es de un 50%.
    • En estos casos ten en cuenta que:
      • si hay dos opciones que sólo se diferencian en un detalle. Es probable que una de ellas sea la correcta.
      • las respuestas que contienen palabras generales y absolutas del tipo “todo”, “nada”, “siempre”, “nunca”…. es probable que sean falsas.
  8. Repasa siempre, tanto en la hoja de examen como en la de respuestas. Pon especial atención a la hora de completar la hoja de respuestas, si hemos dejado alguna pregunta sin contestar es muy común que anotemos respuestas en el lugar incorrecto.

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