Hablar de datos hoy en día está más de moda que nunca. Hace unas semanas salió la noticia de que una empresa inglesa había hecho “mal uso” de los datos de usuarios que proporciona Facebook y con ellos participó en las elecciones estadounidenses en favor de Trump.
Pero, ¿de qué datos hablamos? Empecemos por el principio.
Cuando nos descargamos una app en nuestro móvil, es curioso ver cómo la mayoría de ellas son gratuitas, ¿de dónde obtienen ingresos entonces? Muchas de ellas de publicidad tal y como la conocemos habitualmente (en periódicos digitales con anuncios display, o por ejemplo mediante cuñas como puede ser en spotify). Pero donde de verdad se encuentra la clave de estas aplicaciones es en nuestros datos.
Al registrarnos y hacer clic en Acepto condiciones de uso, estamos dando consentimiento a que sepan todo sobre nosotros, y cuando digo todo es absolutamente todo. Vamos a hacer un pequeño ejercicio de creatividad y ver qué se nos ocurre con los datos de: Facebook, Google, Whatsapp, Instagram, Spotify, Amazon, Fintonic, Booking, Netflix… y podría enumerar muchas más.
Básicamente saben quién eres, saben por supuesto tu sexo y edad, dónde estás, dónde has estado, qué has comprado, qué cosas te gustan y qué no, dónde vas a ir de viaje, tus preferencias musicales y tu serie favorita. Ahora piensa que esos datos tienen un precio, que se pueden comprar y cruzar entre sí y que como profesional del marketing les puedes sacar mucho partido para tus campañas.
La era de la publicidad customática.
Hace un año la publicidad programática, es decir, aquella que compra audiencias en internet y no espacios como lo hace la publicidad online tradicional, se presentaba como el futuro del canal online. Pensad el mensaje tan certero que podemos dar a un target bien definido en una campaña, si unido a todo lo que sabemos ya de él por nuestros propios medios, sumamos los datos de terceros (Facebook, Amazon, Fintonic…).
A medida que los medios para producir piezas online (anuncios display, vídeo, etc) se abaraten, seremos capaces de hacer campañas de publicidad programática casi de manera exclusiva para cada individuo. El mensaje que vea yo y el que veas tú, aun siendo de la misma campaña, serán distintos en forma y en mensaje, todo con el objetivo de que ambos hagamos clic. Bienvenidos a la era de la publicidad customática.