La historia bonita de esta semana va dirigida a unos jóvenes, antiguos alumnos de Deusto Business School, que están persiguiendo un sueño. Ese sueño tiene un nombre. Y se llama Fair Saturday.
Vivimos tiempos complicados. Tiempos en los que parecen levantarse muros en lugar de tender puentes; en los que el mundo naufraga sin importarle quien lo haga. Probablemente los tiempos más inciertos desde los años 30. Es precisamente en estos momentos en los que es más importante identificar y ayudar a todas aquellas personas que tienen ideas que merecen la pena.
Y la de estos jóvenes es la de ayudar a cambiar el mundo a través del arte y la cultura. ¿Si el Black Friday es capaz de movilizar tantos millones de personas para consumir…por qué no podemos hacer lo mismo por la cultura? ¿Por qué no inundar la ciudades de eventos culturales un día determinado, ahora que la cultura es más necesaria que nunca? ¿Y si en lugar de bajar salvajemente los precios se dedicara parte del valor de cada evento a causas sociales elegidas por los propios artistas? ¿Y si lo hacemos justo al día siguiente de Black Friday?
Y así nació un sueño llamado Fair Saturday.
No eligieron el camino fácil de las sendas ya exploradas. Ni la seguridad de lo conocido. Ni siquiera los consejos de los rectores de la rutina. Uno a uno y mirando a los ojos dijeron bien alto: “Yo quiero hacer realidad Fair Saturday”. Y estos jóvenes se pusieron a perseguir su sueño.
Los comienzos nunca son fáciles. ¿Lográis imaginar por un momento cómo pudo ser el primer día de Fair Saturday? ¿Qué teléfono marcar? ¿Cuál es el manual a seguir? ¿A quien se lo podrían contar? Y comenzaron a arañar puertas para entreabrirlas. Y a cada “no” recibido, una mirada al cielo, una respiración honda, apretar los puños y decir…a la siguiente nos dirán que sí.
¡Y comenzaron a llegar los primeros “síes” Se fueron sumando a Fair Saturday personas que comenzaron a compartir el sueño. De esas que te regala la vida en alguna esquina inesperada. De esas que te dan lo necesario para seguir peleando, su aliento sincero: “No estáis locos. Me gustaría ayudaros”. Y estos jóvenes compraron una campanita. Como las que hay en los hoteles con encanto. Y se convirtió en la campanita de las buenas noticias. ¡Cada vez que había #anygoodnew sonaba la campanita! ¡Celebrándolo todos! Y diciendo con la mirada…somos capaces. Un paso más.
Con mucho esfuerzo y fe se fueron asomando con timidez marcas, instituciones y medios de comunicación que comenzaron a dar legitimidad al sueño de estos jóvenes. Estas entidades demostraron visión, sensibilidad y coraje. Visión por creer en una idea tan emocionante como lejana en su realización. Sensibilidad por escuchar con el corazón e ir más allá de una cuenta de resultados. Y coraje por dar un paso adelante y hacer el camino unos jóvenes con el único poder que el de sus ideas apasionadas.
Y lo más importante. Lo que más hacía brillar los ojos de estos jóvenes era cada vez que un artista se sumaba a su movimiento. Algo les decía en su interior que tenían que seguir trabajando. Con más fuerza. Coros, graffiteros, grupos de música, teatros, museos, pintoras, cuentacuentos, poetas, sopranos, fotógrafos, bailarines, escuelas de danza,…amateurs y profesionales, privados y públicos, de aquí y de allí, de un lado y de otro, jóvenes y veteranos…así hasta los más de 7.500 artistas que formarán parte de Fair Saturday en la edición de 2016. Artistas que creen en el poder de su acción, en la capacidad transformadora de lo que hacen, y que quieren actuar colectivamente para construir un futuro más rico, más desarrollado, más sostenible, más vertebrado. Más humano. Sobre todo, más humano.
El próximo sábado 26 de Noviembre soñaremos juntos. Con estos jóvenes. Y con las 7.500 personas soñadoras que actuarán en 350 eventos en más de 75 localidades de 6 países, apoyando cada evento una causa social elegida por ellas mismas. Juntas provocarán una de las mayores movilizaciones culturales con impacto social que se hayan vivido. Lo viviremos y compartiremos a través de #fairsaturday. Todo esto es gracias a vosotros y vosotras.
Y muy particularmente gracias a aquellos jóvenes, y los que estáis por venir, que un día decidieron, además de soñar, perseguir sus sueños.
Nunca dejéis de hacerlo. Os necesitamos. Y que siga sonando la campanita.
Jordi
Jordi Albareda Ureta
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¡Enhorabuena Jordi por un sueño hecho realidad!
Ayer fue un gran día y me gustaría daros la enhorabuena a todo el equipo de Fair Saturday.
Conociéndoos, estaréis ya pensando en nuevas ideas, otras propuestas, más compromisos solidarios… para el 2017.
¡Los que pudimos disfrutar de la jornada de ayer os animamos a seguir trabajando y a que no dejéis de soñar!
Qué bueno leer estas palabras, un placer contar en esta aventura con instituciones como la Universidad de Deusto. ¡Gracias!