8 años de rigor, calidad y un objetivo claro que nos guía para capacitar de manera más completa al alumnado. Así vemos y vivimos la formación dual universitaria.
Escribo estas líneas 8 años después de que comenzáramos a diseñar e implantar titulaciones duales, tanto de grado como de posgrado, gracias a la implicación e impulso de nuestras administraciones autonómicas.
Sí, fue en 2017 cuando nuestra Agencia de Calidad de referencia, UNIBASQ, desarrolló el denominado “Sello Dual” según el cual se sentaban las bases y los principios para el desarrollo de este modo de aprendizaje destinado a estrechar más los lazos entre el ámbito empresarial y la Universidad. Un modo de aprendizaje nacido por y para capacitar de forma más significativa a los estudiantes que estuvieran dispuestos a fortalecer sus competencias mediante un proceso de “work based learning” hecho en COoperación entre la universidad y la empresa.
La Universidad de Deusto lo tuvo claro, y así fuimos pioneros en este ámbito. Lo abordamos como una innovación de nuestros procesos y con la responsabilidad de dar respuesta a lo que desde “fuera” de nuestros campus se nos estaba solicitando (mayor intensidad de procesos formativos que permitieran a los agentes económicos y sociales identificar personas a incorporar).
Hoy, 8 años después, podemos afirmar que la irrupción de la Formación Dual en el sistema universitario español es todo un hecho. En este tiempo, tanto el marco legislativo universitario (fundamentalmente desde la entrada en vigor del RD 822/2021 en el que por primera vez se incorpora la opción de incluir menciones duales en los grados y postgrados oficiales), como el laboral (con el desarrollo del Contrato de Formación en Alternancia incorporado por la popularmente conocida “Reforma Laboral”) han sentado los cimientos para su desarrollo y crecimiento paulatino. Sin que todas las preguntas sobre cómo abordarlo estén resueltas, sin duda, ha supuesto un marco suficientemente válido para poder crecer sobre el mismo.
En el informe “Radiografía de la Formación Dual Universitaria en España” (Fundación Bertelsmann, Madrid, 2024) se recoge que en la actualidad “el 85% de las universidades o bien tienen ya implementada alguna titulación dual o muestran interés en hacerlo”. Este dato es altamente significativo.
Si bien los intereses estratégicos de cada universidad pueden ser diversos, como factor común se muestra la preocupación de dar respuesta a las necesidades del mercado laboral y la necesidad de integrar nuevos canales de atracción de estudiantes en un contexto en el que la demografía va a provocar al sector retos de gran calado.
Y por ello, cuando ya las dudas sobre las bondades de incorporar la formación dual a la Universidad están resueltas (la dualidad ha venido para quedarse y las empresas también lo están ya integrando en sus procesos de relación con las Universidades), entramos ya de lleno en el “cómo” hacerlo. Y es ahí donde desde la Universidad de Deusto podemos decir que lo tuvimos claro desde el inicio.
No perder el rigor, ni la calidad del proceso de aprendizaje, ni perder de vista el objetivo central (la mejor capacitación del alumnado) fueron principios irrenunciables. Principios que derivaron en el desarrollo del Modelo Deusto de Formación Dual y en la puesta en marcha de la Escuela para la Facilitación Dual para el aseguramiento de dicho rigor. Elementos distintivos de nuestra forma de ser y de evitar caminos rápidos que se alejen del objetivo perseguido.
Con ambos instrumentos, el Modelo y la Escuela, acompañamos y capacitamos a todas las personas involucradas: desde los propios participantes (alumnado) en formación, hasta las personas que les ayudan a crecer y desarrollarse, sus facilitadores en la Universidad y en la empresa.
Desde la Escuela desarrollamos formaciones para que cada persona, en el rol que le corresponda, entienda su contribución, entienda los procesos, los métodos, las metodologías, los mecanismos de relación y convierta, en consecuencia, el aprendizaje en lo que siempre debe ser: un aprendizaje “significativo”, el que te marca, el que te deja huella. Porque por muy innovadora que sea la formación dual universitaria, no debe dejar atrás la responsabilidad que asumimos con los procesos formativos de las personas.
Finalizo como empezaba. Han pasado 8 años desde que iniciamos este camino. 8 años en los que hemos aprendido, y compartido. 8 años que nos permiten entender la aportación hecha y el potencial de la aportación que nos queda por hacer.
IRENE CUESTA GOROSTIDI · Directora de la Unidad de Formación Continua y Dual