Hablar en público

Hacer una presentación en clase o hablar delante de otras personas es una tarea que nos genera cierta inquietud. Muchas veces porque no sabemos cómo empezar o cómo conseguir trasmitir de manera adecuada el mensaje que queremos hacer llegar; otras veces porque al hablar en público nos ponemos nerviosos y tenemos miedo de quedarnos en blanco u olvidarnos de parte de la presentación.

Hablar en público no es una tarea fácil, pero es algo a lo que nos tendremos que enfrentar a lo largo del Grado siempre que sea posible. Solo de esta forma conseguiremos mejorar nuestras habilidades y destrezas en comunicación oral, una de las competencias más valoradas en el entorno laboral.

¿Qué aspectos debemos tener en cuenta a la hora de preparar una presentación oral?

Antes de empezar a pensar en el contenido de una presentación, es importante que valoremos ciertos aspectos previos que nos ayudarán a adecuar nuestro discurso.

  • Lo primero y más importante será tener claro cuál es el objetivo que perseguimos; ya que, en base a esto, crearemos todo nuestro discurso. Mi objetivo puede ser contar una experiencia, justificar un proyecto, informar o concienciar sobre un tema… Cada uno de estos objetivos tiene unos matices diferentes que tendremos que tener en cuenta a la hora de desarrollar nuestra presentación.
  • Otro aspecto muy importante es la duración, es decir, cuánto tiempo tenemos para hacer nuestra presentación. Hoy en día tendemos a realizar presentaciones breves, por lo que nuestro discurso deberá ser lo más conciso posible y tendremos que tener claras las ideas que queremos trasmitir. Siempre es mejor ajustarnos a un tiempo algo menor al indicado.
  • Necesitaremos pensar también en el estilo que debe tener nuestra comunicación y en las características del público al que nos dirigimos. Un estilo formal requiere el uso de un lenguaje más técnico y cuidado, además de una expresión corporal más acotada. Una presentación más informal, nos permitirá, en cambio, poder interactuar más con el público y usar expresiones más naturales.
  • Es importante también conocer las características del público al que irá dirigida nuestra presentación: cuál es su nivel de conocimiento sobre el tema que vamos a tratar, cuáles son sus expectativas e intereses, etc. De esta forma podremos adecuar el contenido y el lenguaje de nuestro discurso y nos resultará más sencillo captar su atención.
  • El espacio en el que tendrá lugar la presentación es otro aspecto por el que tendremos que preguntar.  Saber si haremos la presentación sentados/as o de pie, si podremos ver las diapositivas o no, si tendremos espacio para movernos, dónde estará situado el público…  Conocer de antemano todos estos aspectos nos ayudará a visualizarnos en él a la hora de ensayar.
  • El contenido de la presentación es algo esencial y hay que prepararlo muy bien. Presentarnos al inicio, enmarcar de manera adecuada nuestra intervención, darle una estructura coherente y saber cómo acabar la intervención son elementos que no deben faltar en nuestro discurso.  
  • El lenguaje corporal también tiene su protagonismo en nuestras presentaciones orales. Debemos cuidar lo que decimos y cómo lo decimos. Cuando hablamos en público, nuestros gestos y expresiones tienen que acompañar y apoyar a nuestro discurso. La sonrisa y el contacto visual con la audiencia no deben faltar nunca, transmiten confianza y cercanía y les ayuda a mantenerse concentrados en nuestro discurso.
  • El ensayo. El éxito de una presentación oral va a depender en gran medida del tiempo que ensayemos nuestro discurso. Cuantas más veces practiquemos nuestra presentación, mayor confianza tendremos en nosotros mismos y en nuestro discurso, adquiriremos mayor soltura y podremos mejorar el lenguaje corporal que acompañe a nuestra exposición.

Estructura de una presentación oral

Una vez que tengo claro cuáles son las ideas clave o el contenido que va a formar parte de mi presentación y qué es lo que quiero trasmitir a la audiencia llega el momento darle a ese contenido una estructura de discurso.

Organizar nuestro discurso en base a una estructura o esquema nos ayudará a seguir un orden lógico a la hora de ir profundizando en las ideas y también a darle una coherencia y un hilo argumental a nuestra presentación. Por lo general, los discursos o las presentaciones orales suelen seguir la siguiente estructura:

Presentación.

Es un momento clave, ya que es nuestro primer contacto la audiencia. Lo primero que haremos será colocarnos frente al público y saludar o dar la bienvenida. Después nos presentarnos como oradores y mencionaremos también el título o tema principal de la presentación.

Introducción.

Aunque en la presentación ya establecemos la primera conexión con el tema de la exposición, aquí es el momento de ampliar un poco esta información. Podemos comentar cuál es el origen o la idea que han dado lugar al trabajo, las razones por las que se ha elegido este tema… En la introducción también se pueden presentar los principales objetivos o hipótesis y la metodología que se ha utilizado.

Desarrollo

Esta es la parte central de nuestro discurso. Es donde debemos profundizar más en las ideas principales y secundarias de nuestro trabajo. Se pueden mencionar aquí algunos aspectos conceptuales o teóricos, sin embargo, en este apartado lo más importante es destacar los resultados. Si nuestro trabajo nos ha aportado muchos resultados tendremos que hacer una selección de los más importantes. De esta forma no saturaremos de información a nuestra audiencia. 

Conclusiones

El momento de las conclusiones es una parte fundamental en nuestra exposición y aquí nos tenemos que lucir. Muchas veces ocupamos la mayoría del tiempo de nuestra presentación en los apartados anteriores y pasamos muy rápido por las conclusiones. Esto es un error, tenemos que dedicar a las conclusiones el tiempo que requiere.

Aquí podemos resumir las ideas principales y resaltar los puntos más importantes, enlazando nuestras conclusiones con las ideas clave que hemos comentado al inicio y la motivación de nuestro trabajo/presentación. También es un momento importante para destacar qué es lo que aporta nuestro trabajo.  Es posible que nuestro enfoque sea algo novedoso o que hayamos logrado una mejora o innovación en el tema que hemos tratado. 

Cierre

Es fundamental dar un cierre a nuestro discurso. El cierre es el momento de agradecer al público su asistencia y su atención. También es importante hacer saber a la audiencia que estamos a su disposición para responder a las preguntas que tengan, aclarar posibles dudas o ampliar la información sobre alguno de los aspectos mencionados.

Recursos digitales:

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