Hace unos días leía una noticia escrita por Paulette Delgado, especialista de Tendencias Educativas en el Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación. La noticia me llegaba desde el Tecnológico de Monterrey. Hoy quiero compartir con vosotros/as las principales ideas sobre las que trata y animaros a acudir a la fuente original, que seguro que aprendéis un poco más y disfrutáis de su lectura.

La noticia versa sobre el concepto de “innovación” y la autora se plantea si realmente estamos innovando o no. Según Paulette,

“En los últimos años, la noción de innovación educativa ha perdido su significado genuino y se ha convertido en un término sobreutilizado, y a menudo, malentendido […] La palabra innovador pareciera reducirse a un adjetivo más”. 

Paulette delgado

Paulette fundamenta sus argumentos en el libro de uno de los autores más conocidos del ámbito de la educación, Zabalza (2012), (Zabalza Beraza, M.A., y Zabalza Cerdeiriña, M. A. (2012). Innovación y cambio en las instituciones educativas. Argentina: Homo Sapiens Ediciones).

Entre las ideas que subraya Zabalza y que destaca la autora de la noticia, os comparto las siguientes:

  • La educación se relaciona con procesos que miran al futuro.
  • Estamos instalados en la cultura de la supervivencia, de ir tapando huecos como se puede.
  • Es difícil saltar a una cultura de cambio y mejora.
  • Las innovaciones precisan de un referente teórico que les sirva de base.
  • Para que realmente exista una verdadera innovación, se deben introducir procesos innovadores que vayan asentando prácticas que supongan una mejora de la calidad de lo que se está haciendo.
  • Muchas veces la innovación es resultado de pequeños cambios sucesivos.
  • Innovar no es solo hacer las cosas distintas sino de tratar de mejorar las cosas.
  • La innovación educativa no es sólo cambiar por cambiar, supone un proceso intencional y deliberado, que requiere de planificación previa y de constancia en su desarrollo.
  • La innovación no es una moda pasajera.
  • Innovar supone introducir elementos nuevos (NOVA) en lo que ya veníamos haciendo (lN-) a través de acciones (-ClÓN), y que llevará un tiempo completar, exige cierta continuidad y esfuerzo.
  • Para que realmente haya una innovación se debe tener apertura, actualización y seguimiento.
  • Para que una innovación pueda progresar y acabar configurando ambientes de aprendizaje más ricos y efectivos, debe existir un compromiso con la mejora o cultura del cambio. Para que esta se produzca, deben existir cuatro recursos básicos: estructuras de apoyo, informar a las personas involucradas, evaluar para reajustar si fuera preciso, y formación. 
  • Los cambios que producen las innovaciones puedes ser reducidos o muy grandes. Destacan, los cambios:
    • en la tecnología instrumental (sólo se modifican alguno de los recursos que los docentes emplean y suelen afectar a una clase y el trabajo del profesor),
    • en infraestructuras o en patrones organizativos (no siempre buscan cambiar las prácticas educativas, sino la imagen institucional),
    • en la planeación y estrategia, (supone modificar el trabajo conjunto de la institución, la forma en que se desarrollan los procesos de enseñanza-aprendizaje, los roles de profesor-alumno), y
    • en la concepción de la enseñanza (esta debería ser la meta de cualquier innovación).

No os perdáis el texto completo de Paulette. Merece la pena.

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Arantza Arruti

Arantza Arruti

Profesora de la Facultad de Educación y Deporte, miembro de la Unidad de Innovación Docente y del equipo de investigación eDucaR -Deusto Education Research (https://blogs.deusto.es/educar/) de la Universidad de Deusto. Apasionada del emprendimiento y la persona emprendedora. Es editora del blog https://www.arantzaarruti.com/ y coordinadora del blog Aprender para Enseñar (https://blogs.deusto.es/aprender-ensenar/). Puedes contactar con ella a través de su mail: aarruti@deusto.es
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