Que los tiempos están cambiando es tanto una gran obviedad ampliamente repetida como una gran realidad. Y la necesidad de adaptarse resulta ya una obligación. También en el mundo de la formación superior. Y no me refiero al impacto de los avances tecnológicos que estamos viviendo.
De modo paulatinamente recurrente leemos en los medios de comunicación una crítica hacia las Universidades desde el punto de vista de que no forman bien para el empleo. En esta línea, recientemente se publicaba este artículo de El Mundo en el que se volvía a cuestionar este tema a partir de varios datos significativos. Entre ellos, por ejemplo, que España es el segundo país europeo con mayor paro entre las personas con estudios universitarios.
Si bien en dicho artículo se alegaban tres motivos para intentar explicar este desajuste entre el número de universitarios y las plazas de trabajo cualificado, aquí vamos a poner el foco en el tercer motivo señalado: la falta de capacitación desde la perspectiva de que las personas que acaban la universidad no están lo suficientemente preparadas como para saltar al mundo laboral. Además, el artículo menciona que los estudiantes dicen que su formación es muy teórica y poco práctica.
Si a este problema de falta de acceso al mercado laboral añadimos la dificultad que tienen las empresas para atraer y retener talento en sus organizaciones, tenemos ya muchos elementos para la reflexión.
Las reglas del juego están cambiando. También lo ha hecho el contexto normativo en el que desarrollamos nuestra actividad, tanto por los cambios en el marco legislativo que afecta a las Universidades, como por los cambios legislativos en el marco laboral. Por ello, desde la Universidad de Deusto, como miembro del Sistema Universitario Vasco, nos sentimos corresponsables a la hora de capacitar y preparar al talento del futuro en su futuro educativo y laboral, incorporando procesos de aprendizaje diferentes, mucho más cercanos a las necesidades del entorno.
Con humildad, pero con determinación, creemos que la formación dual universitaria, y la manera específica y diferenciadora con la que la abordamos en la Universidad de Deusto, aporta un plus relevante que contribuyen a mitigar los desajustes mencionados.
Por un lado, las estancias en las empresas hacen que la formación del estudiantado sea totalmente real y práctica, a la vanguardia de lo que acontece en el mundo.
Por otro lado, la Escuela para la Facilitación Dual nos permite capacitar tanto a estudiantes como a sus facilitadores, de manera que la experiencia formativa contribuya a que los profesionales del futuro trabajen sus hard y soft skills.
Ambos elementos son fundamentales para que los estudiantes duales de la Universidad de Deusto cuenten con un mejor nivel de empleabiilidad: aceleran su incorporación al mercado laboral y, además, lo hacen con mayor conocimiento e información sobre qué áreas son más adecuadas para su futuro profesional.
Además, las empresas de nuestro ecosistema dual están pudiendo tener acceso directo a los estudiantes duales, adaptando, acelerando y reforzando sus programas de captación de talento.
Desde la Unidad Dual creemos que el Modelo Deusto de Formación Dual, con su planteamiento y puesta en marcha y el servicio dado desde la Escuela para la Facilitación Dual, son fundamentales para asumir la corresponsabilidad que mencionábamos en la preparación del talento del futuro y el futuro del talento.
IRENE CUESTA GOROSTIDI · Directora de Formación Dual y Continua