En esta ocasión queremos hacer una reseña de un post titulado Why Faculty Still Don’t Want to Teach Online que se publicó el mes pasado en Inside Higher Ed y nos gustaría comentar aquí.

El autor, Robert Ubell, comienza afirmando que, en la mayoría de las universidades, enseñar online no aporta méritos para la carrera académica de un docente. Cuando se hace, la motivación puede ser en algunos casos ganar un dinero “extra” o en otros sentirse parte de algo nuevo ¿quizá el futuro de la educación superior?.

Enseñar online implica salir de nuestra zona de confort. Mientras que la formación presencial se asume como parte del desarrollo profesional de un docente universitario, y la calidad en dicha formación es evaluada en los rankings, raramente es así con la formación online, que incluso puede considerarse como una distracción.

En cualquier caso, quizá el problema principal es que muchos de los docentes no tiene todavía una opinión muy favorable hacia la formación online. Según algunos estudios referenciados por el autor:

  • person-apple-laptop-notebookMuchos docentes piensan que la formación online permite poca interacción con los estudiantes y que la calidad es menor que en la formación presencial.
  • Hay más rechazo a la formación online entre los docentes menos familiarizados con la misma, cuanto mejor conocen esta modalidad menos la rechazan.
  • El profesorado siente que le falta de apoyo técnico y pedagógico por parte de sus instituciones.
  • Les preocupa perder el control o autonomía que tienen en la formación presencial sobre qué enseñan y cómo lo enseñan, ya que en la formación online requieren ayuda técnica y pedagógica (cámaras, diseñadores instruccionales…) y su labor está enmarcada en el trabajo de un equipo.

No obstante, a pesar de que algunas instituciones han venido ofertando cursos de baja calidad, también se están realizando otras muchas buenas prácticas, y se dice que la formación online ha venido para quedarse y seguramente se incrementará significativamente en los próximos años.

Según el post de Ubell, la formación online puede tener importantes beneficios para las universidades con recursos limitados, ya que los costes de lanzar nuevas clases online es mucho menor que el de mantener o crear nuevos campus presenciales.

Por otro lado, cada vez la división entre online y presencial es menor debido a que la tecnología va penetrando tanto en las aulas que es posible que pronto esta distinción entre virtual y presencial esté obsoleta. De hecho, son cada vez más los profesores que ofrecen la misma clase a sus alumnos presenciales y virtuales.

En cualquier caso, Ubell afirma que ya hay un gran número de estudios que muestran que la formación online puede ser tan buena o mejor que la presencial. Este hechoestá contribuyendo a que el número de docentes partidarios de la formación online se vaya incrementado, ya que se dan cuenta de que la batalla no es entre la formación presencial y virtual, sino entre viejas y nuevas formas de enseñar.

Por otro lado, parece que los buenos docentes presenciales también son buenos docentes online, puesto que en ambos casos, son personas apasionadas con su trabajo, capaces de empatizar con sus estudiantes y que tratan de sacar lo mejor de ellos. Al igual que la formación online requiere una adaptación y esfuerzo por parte del profesor por conocer las posibilidades que le ofrece este nuevo medio, también requiere al principio una adaptación por los estudiantes y como docentes necesitamos encontrar formas innovadoras de llegar a nuestros estudiantes aunque no puedan vernos ni oírnos.

La formación online no es sólo introducir recursos tecnológicos para pasar una clase presencial a virtual, el autor hace el símil de que es como salir al extranjero, donde tenemos que aprender un nuevo lenguaje y una nueva cultura.

Ubell aconseja a los docentes que, como primer paso para conocer más sobre la formación virtual, se acerquen a las unidades de formación online de sus universidades, donde estarán encantados de mostrarles cómo es un curso online, cómo interactúan los estudiantes, etc. Y, por supuesto, también les recomienda apuntarse como estudiantes online en un curso de algún área que les interese, puede ser un curso MOOC (Massive Open Online Course) como los de MiriadaX, edX o Coursera.

Ubell cierra su ensayo señalando que, a la larga, no ganará ni la educación presencial ni la virtual, sino las mejores prácticas pedagógicas para desarrollar el aprendizaje activo de los estudiantes.

 

Imagen “online learning”: Giulia Forsythe

Reseña del ensayo publicado por Robert Ubell vicedecano de aprendizaje online en la Escuela de Ingeniería Tandon de la Universidad de Nueva York, adaptado de su libro “Going Online: Reflections on Digital Education
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Sonia Arranz

Sonia Arranz

Directora de la Unidad de Deusto Online, soporte y asesoría para la formación online de la Universidad de Deusto.