30 de septiembre, Sábado XXV, tiempo ordinario
Desde el mundo religioso surge la queja continua de que no se entiende el lenguaje simbólico y religioso. Es algo que dificulta la comunicación y hay que evitar la tentación de quedarnos cada uno en nuestra propia burbuja e incomunicados.
A Jesús tampoco le entendían del todo sus discípulos. Todo el lenguaje que apuntara a la cruz y a la entrega chocaba contra la lógica del mesianismo glorioso. Será la vida de Jesús en coherencia con su predicación lo le hará más comprensible.
El reto en la vida no consiste en entenderlo todo, que si se puede es algo estupendo. El reto consiste en mantener la comunicación que a su vez mantiene la relación. Es el reto que tenemos como sociedad frente a los intentos de polarización y división que algunos pretenden. Feliz sábado.