Sabemos que estás cansado de dar vueltas buscando trabajo, de leerte todos los consejos y recomendaciones que encuentras, pero hay que seguir esforzándose: las partidas se juegan a 22, amigo. La mejor estrategia de todas es confiar en uno mismo, superando tus propias inseguridades profesionales y personales.
Llegado a este punto, es el momento de pasar a la acción, a un plan de ataque más agresivo. Tu objetivo final será encontrar un empleo, pero antes deberás ser consciente de dónde estás, de a dónde quieres llegar y, finalmente, definir qué camino seguir.
En primer lugar tenemos que pensar de qué nos vale todo lo que hemos estudiado y experimentado de cara a conseguir un puesto, cuál es el entorno geográfico donde nos movemos y cómo podemos cubrir sus necesidades laborales. No es lo mismo si vives en una ciudad o en un pueblo, en una zona industrial o turística… Piensa cómo compatibilizar tus aspiraciones laborales con la demanda que se pretende cubrir en tu entorno. ¿Qué valores añadidos le puedes reportar a una empresa de la cuidad donde quieras trabajar y donde crees que tu perfil profesional puede encajar?
Debes tener clara tu valía profesional y su encaje en el entorno: es un buen punto de partida para comenzar a buscar empleo.
Planteadas y respondidas estas preguntas, hay que marcarse el camino a seguir para trabajar donde queramos trabajar. Para ello una buena organización es fundamental, hacer uso de una agenda puede resultarnos muy útil para poder apuntar cada contacto que hagas, las empresas donde envías tu curriculum y todas las ofertas donde te hayas inscrito para no cometer el error de enviarlo varias veces.
Dada la teoría, pasamos a la práctica ¿de qué modo obro para conseguir mi objetivo?
Tómate tu tiempo para escoger las empresas a las que quieras dirigirte, y ve a por todas. Si te decantas por trabajar en el sector público, estate atento de las convocatorias y a la página web de Lanbide.
Si por el contrario quieres abrirte camino en el sector privado, plantéate la forma en la que vas a comenzar la búsqueda de empleo. Ten encuenta que todos los portales de empleo no tienen el mismo rendimiento. La mayoría están masificados y es difícil destacar en una oferta. Además de los portales de empleo web, también puedes dirigirte a las ETTs y agencias de colocación para ayudarte a sobrellevar el mes, sacándote un dinerito o incluso puedes acudir a los bancos del tiempo («te paseo a los perros a cambio de clases de francés») o a las comunidades de servicios profesionales.
Pasando al plan de ataque; ¿Cómo digo lo que sé hacer?
La mejor manera no es contarlo, sino demostrarlo. No digas que tú vales para el puesto, demuéstralo. Para ello, usa herramientas con las que estes cómodo y así podrás venderte mejor, sin tratar de ser una persona que no eres. Puedes presentar tu curriculum en persona, al igual que la carta de presentación o enviarlos por email en formato PDF (mucho mejor esta vía), siempre y cuando los adaptes a la empresa a la que vayas a enviarlos. Si decides dirigirte personalmente a la empresa, puedes utilizar la técnica del elevator pitch e incluso echar mano de tu business card (hazte tarjetas de visita, no son caras y dan buena imagen). Intenta demostrar que vales desde el momento cero en el que pisas la empresa. Es importante contar con buen aspecto físico, un tono de voz seguro y ahuyentar todas las vergüenzas que podrían sobrevenirte.
Otra manera de darse a conocer es por internet. Créate un blog profesional, cuentas en Twitter, LindkedIn… incluso un dominio propio de email o una página web. La cuestión es elegir la mejor forma de darte a conocer e interactuar con diferentes personalidades del sector.
Teniendo en cuenta los factores económicos de nuestro entorno, encontrar un trabajo fijo en la empresa que queramos puede resultarnos complicado aunque la autocandidatura sea una buena opción para comenzar a buscar, porque actuaremos en orden de preferencia a la hora de presentar nuestras solicitudes. Los resultados pueden llegar a largo plazo porque a lo mejor tenemos que esperar a que salgan vacantes, a que haya alguna baja etc.
Te aconsejamos que no te obsesiones con tus objetivos, tampoco que los dejes de lado. No aboges por el conformismo, pero juega bien tus cartas. Buscar trabajos que se puedan compatibilizar con varias empresas puede ser una alternativa a los tiempos que corren, un ejemplo de ello son los freelances.
Otra alternativa podría ser irse al extranjero para adquirir nuevas aptitudes lingüísticas y profesionales, ya que las empresas hoy por hoy valoran mucho este tipo de experiencias.
No debemos olvidarnos del dicho que dice “siempre hay algún roto para un descosío”, traducido al lenguaje laboral, ¡hay una empresa que está esperando conocerte!
Recuerda que DeustoAlumni, el Servicio de Empleo de la Universidad de Deusto, pone a tu disposición una Bolsa de Trabajo, con numerosas ofertas en las que inscribirte.
Gracias por tan excelente publicación, pasos que se tendrán muy en cuenta.