Los cambios y giros a los que nos podemos ver sometidos a lo largo de nuestra carrera profesional pueden causarnos miedo o angustia por no saber enfrentarnos a ellos o no dedicarles todo el tiempo que necesitan. Antes de actuar es necesario saber qué queremos hacer, a dónde queremos llegar y muchas veces contestarnos a esa preguntas puede ser más difícil que la práctica o el hecho de reinventarnos profesionalmente.
Para no sucumbir al intento o mandar al traste tu idea de cambiar de carrera profesional, te proponemos una serie de consejos que te ayudarán a reforzar tu motivación y convertirte en ese nuevo profesional que pretendes ser.
Otra posibilidad que también te puedes plantear es proponerte un cambio sin la necesidad imperiosa de cambiarlo todo, sino realizar una serie de ajustes para sentirte más integrado y contento con tu vida laboral. El fin de este post no es ni mucho menos incentivarte a realizar cambios recónditos y acentuados que desequilibren tu estabilidad laboral sino proponerte una reconciliación contigo mismo y con tu quehacer profesional, dándote los medios para hacer frente a esa inquietud y a esas ganas de cambio, para que puedas apostar por ti mismo.
En primer lugar, visualiza objetivamente qué es lo que quieres cambiar y por qué. Necesitas planear tu transición, sin presiones. Tómate tu tiempo y prepara el cambio evaluando e investigando tus posibles opciones, las presentes y las futuras, para formar tu balanza. Si eres demandante de empleo y no investigas en profundidad la demanda de perfiles en el mercado al que quieres incorporarte, puedes encontrarte con menos de lo que tenías. En este punto es primordial desarrollar la paciencia y apostar por la reflexión para marcarte tu propia estrategia de cambio, decantándote por lo que más te interese y mejor se adapte a tus habilidades y competencias.
Se aconseja que pongas las cartas sobre la mesa. Toma conciencia e identifica tus capacidades y talentos para poder valorarlos en positivo, ya que se te puede abrir un abanico de posibilidades que ni creías que estaban a tu alcance al empezar a valorarte.
Es importante perder el miedo a probar lo desconocido pero igual de importante es asumir que existen riesgos e impedimentos que hay que superar, invierte en autocontrol. Ir de un trabajo a otro sin recapacitar previamente lo que puedan suponernos esos cambios, puede avocarte al fracaso más sonado.
¡No te precipites y busca el mejor momento!
Por último, actualiza tus conocimientos y ponte al día en todo lo que pueda requerir el nuevo trabajo que esperas conseguir. Tendrás que pulirte y sacar todo el partido que tengas.
Si tomas en cuenta todos estos consejos y estás convencido de tu hazaña, estás preparado para dar el salto a una nueva iniciativa profesional.
No estés esperando una revelación divina que te incite a tomar las riendas en el asunto.
Comprométete y piensa en los contratiempos del día y día para hacer un análisis con la perspectiva que necesitas y a por todas. Te deseamos mucha suerte.
