7 de septiembre, Viernes XXII, tiempo ordinario, Natividad de la bienaventurada Virgen María
De vez en cuando se nos recuerda que la soledad es uno de los principales problemas de nuestras sociedades occidentales. Parece que nuestro modo de vivir agudiza esa individualidad que somos y se convierte en problema vital.
Dios con nosotros es el nombre de Jesús y representa la apuesta de Dios por la humanidad. No lo hace aparte de nosotros, sino haciéndose uno entre y con nosotros. Y para ello necesita ser nosotros, necesita experimentar la humanidad y su libertad, donde en este caso es María la que dice que sí a la propuesta de Dios.
El yo frente al nosotros es una tensión intrínsica de todo proyecto humano. Estamos siempre ajustando ese yo, con otros (pareja, familia, amigos, sociedad,…) y en ese ajuste hay veces que no acertamos. El reto consiste en descubrir que en el nosotros está Dios. Feliz viernes.