Lecturas 19 de septiembre. Sábado XXIV tiempo ordinario.
¿Cuántas veces nos ha pasado que estamos buscando una cosa y resulta que no la vemos hasta que alguien nos la señala? En la vida, especialmente cuando nos afecta por dentro no terminamos de ver ni terminamos de entender qué nos pasa. Vivimos a una velocidad y con un cierto orgullo de autosuficiencia que ni vemos ni oímos.
Jesús explica las parábolas a los discípulos, porque tienen (tenemos) que entender que tienen una misión. No vale con decir maestro, sino que tenemos que poner en práctica aquello que Jesús nos enseña y para eso tenemos que entender qué es eso del Reino de Dios.
En estos meses pandémicos, ni vemos ni oímos, ni entendemos que pasa.Como sociedades vamos probando, ensayando, y ciertamente adaptándonos cada día a una circunstancia nueva. Es también en la incertidumbre donde vemos semillas del Reino de Dios que dan fruto, vemos la solidaridad, vemos el compromiso de muchísimos con los demás, vemos cómo se ejerce la vocación sanitaria, del cuidado, de la de informar. Sólo tenemos que ver y oír lo que tenemos delante.
Debo de entender que cuando dirijámoos nuestra atención, cuando en nuestro corazón hay un interés genuino, lo hacemos no viendo, sino observando. Igualmente nuestra atención no es sincera si simplemente oímos pero, no escuchamos, y Dios que escudriña nuestros corazones, sabe quien es quien…Dios les bendiga
Esa parte la entiendo , lo que no entiendo que quiere decir Jesús, cuando dice no sea que se conviertan,
Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
1 Corintios 2:12-14. Muchos son llamados pero pocos los escogidos. Si usted es un escogido lo entiende y le son perdonados todos sus pecados.
Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Muchos son llamados pero pocos los escogidos. Si usted es un escogido lo entiende y le son perdonados todos sus pecados.
Comparto la inquietud de Isabel del 6 de febrero a las 6:34. Dios quiere que todo el mundo se arrepienta de sus pecados y que sea salvo!
Cómo se entiende ésto?