Tenía ganas de verlo

22 de septiembre. Jueves de la XXV semana del tiempo ordinario

La curiosidad es algo muy propio del ser humano, con ella hemos conseguido avanzar en la ciencia, hemos conocido nuevos lugares y hemos progresado. El asunto es que hay curiosidades que no son tan positivas, sino que surgen de la frivolidad e incluso se convierten en morbo.

Herodes es la antítesis de Jesús, mandó decapitar a Juan, su antecesor mandó matar a los inocentes, solo que ahora quiere conocer a Jesús. La predicación de Jesús genera, hasta en los enemigos, el deseo de conocerlo.

Se me ocurre que hoy podríamos jugar entre las ganas y el deseo. Podemos pensar qué cosas son los que generan ganas en nosotros y contrastarlas con aquellas que se convierten en deseo. ¿Dónde poner la diferencia? Las ganas son más impulsivas e irreflexivas, mientras que el deseo, según Ignacio, habla más de voluntad, de racionalidad, de sensisibilidad. En definitiva cómo deseamos orientar nuestra vida y nuestra acción, frente al estímulo puntual. ¿Qué deseas hoy?

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