Castilla-La Mancha:¿La baronesa breve?

Escrito por Ignacio Urquizu*  @iurquizu

En mayo de 2011, por primera vez en la reciente historia de la democracia, el Partido Popular se hacía con el gobierno autonómico de Castilla-La Mancha. Y no era una candidata cualquiera. La Secretaria General del PP, María Dolores de Cospedal, lograba convertirse en baronesa territorial mientras dirigía los designios del Partido Popular a nivel nacional. Como veremos a continuación, esto último no es una cuestión baladí.

Hasta la fecha, las victorias autonómicas del PSOE siempre habían sido por mayoría absoluta. En cambio, las elecciones generales eran otro cantar: desde 1996, el Partido Popular se había hecho con la victoria elección tras elección. Si nos detenemos en los comicios locales, sólo en 1995 el PP logró ser el partido más votado en la región.

Por lo tanto, desde hace 17 años, Castilla-La Mancha es una comunidad dual: mientras que en las elecciones generales ganaba el PP, en las autonómicas se imponía el PSOE. Pero, ¿cómo son sociológicamente los castellano manchegos para presentar este comportamiento?

 

La tabla 1 muestra la media ideológica en las comunidades autónomas, así como el porcentaje de ciudadanos de izquierdas en cada territorio. Para calcular ambos datos, he tenido en cuenta la escala ideológica 1-10, donde 1 es extrema izquierda y 10 extrema derecha. Si nos detenemos en la media ideológica, podemos ver que la región más progresista es Navarra y la más conservadora Castilla y León. En cambio, si el criterio es el porcentaje de personas que se definen a sí mismos como progresistas, la comunidad autónoma más de izquierdas es Navarra, pero la menos progresista es Canarias. Castilla-La Mancha se encuentra entre las más conservadoras, situándose por debajo de la media en progresismo. No obstante, su media ideológica nos dice que, como la gran mayoría de comunidades autónomas, este territorio se sitúa dentro del espacio centro-izquierda.

 

Estos primeros datos nos ayuda a entender parte de la dualidad de Castilla-La Mancha. Aunque de media se ubica en el espacio ideológico más próximo al PSOE, también es cierto que el porcentaje de ciudadanos progresistas es reducido y no llega al 25 por ciento. Ambos datos dan esperanzas a las dos principales fuerzas políticas.

Quizás algunos piensen que el eje izquierda-derecha es algo “antiguo” y hoy en día las etiquetas van más allá de estas dos categorías. La tabla 2 muestra como se ven a sí mismos los castellano manchegos según distintas categorías ideológicas. Conservadores y socialistas están empatados. Algo parecido ocurre con demócrata cristiano y progresista. La categoría socialdemócrata inclina la balanza hacia la izquierda, mientras que los que se identifican como liberales se convierten en el oscuro objeto de deseo, puesto que ellos pueden cambiar mayorías.

¿A quién votan los liberales? Según la encuesta postelectoral autonómica del CIS de mayo de 2011, en las elecciones autonómicas de 2011, el PP ganó al PSOE por 10 puntos en esta etiqueta ideológica. En cambio, en las de 2008, la ventaja fue para el Partido Socialista por algo más de 6 puntos.

Desde luego que la ideología y el voto de los liberales no son los únicos factores que explican la victoria de María Dolores de Cospedal. La política nacional tuvo mucho que ver. Cuando en el barómetro autonómico se solicitaba a los castellano manchegos que valorasen a su gobierno regional, la nota media era muy buena y las respuestas positivas superan a las negativas en 16 puntos, algo que no ocurría en el conjunto de comunidades autónomas.  Además, el Presidente Barreda tenía la confianza del 50 por ciento del electorado, cuando la media nacional de confianza en los presidentes autonómicos era del 35,5%. En la encuesta elaborada en su momento por Noxa, mientras Barreda sacaba un 6,1, Cospedal se situaba en el 4,8. Así, que todo eran parabienes para el gobierno autonómico.

Pero si se interrogaba a los castellano manchegos por el Gobierno de Rodríguez Zapatero, las respuestas negativas superaban a las positivas en 38,1 puntos, ligeramente por encima de la media nacional. En cambio, el trabajo de oposición de Mariano Rajoy era mejor valorado en Castilla-La Mancha que en el conjunto de comunidades autónomas.

En definitiva, la región de Castilla-La Mancha es un lugar propicio tanto para victorias socialistas como victorias populares. La ideología de sus ciudadanos puede permitir ambos escenarios y los liberales parecen clave a la hora de definir la victoria. Quizás, el elemento más definitorio está en la política nacional. Hemos visto que una buena valoración de la gestión autonómica no fue suficiente para mantener el gobierno regional en manos del PSOE. Por ello, en el futuro, el enorme desgaste del PP a nivel nacional puede acabar devolviendo Castilla-La Mancha a los socialistas.

* Es profesor de Sociología en a Universidad Complutense de Madrid y colaborador de la Fundación Alternativas